Ha saltado de nuevo a la palestra por su participación en el concurso de triples de la Supercopa Endesa, pero Paula Palomares tiene una amplia carrera detrás. Nada menos que trece temporadas entre Liga Femenina y Liga Femenina 2. Internacional sub18 y sub20, su mayor logro con la selección española fue el bronce conseguido en los Juegos del Mediterráneo de 2005.

Empezó a despuntar en la cantera del Estudiantes y pronto se convirtió en una de las jugadoras referentes de la generación del 84. Con el “13” de Azofra a la espalda –su ídolo estudiantil– fue dando pasos hasta llegar al primer equipo. En su debut en Vigo, con 18 años, deslumbró a todos al lograr 22 puntos y 9 rebotes. Su carrera estaba lanzada, pero el éxito no iba a ser fácil.

En el verano de 2004 volvió a ser noticia por acogerse al decreto 1006 para salir del Estudiantes. “Me quería ir del equipo, no estaba bien allí y lo mejor era salir. Me arrepiento de cómo me fui, podía haberlo hecho de otra forma, no estuve bien aconsejada. En Canoe no fue una buena temporada porque descendimos, pero necesitaba un cambio de aires y disfrutar otra vez jugando”, recuerda.

La Liga Femenina volvió a llamar a su puerta en la temporada siguiente. Esta vez tenía que hacer las maletas y abandonar su Madrid natal. Zaragoza fue su destino. Allí fue donde empezó a desarrollar la faceta triplista, teniendo que anotar 100 cada día. Paula reconoce que “aquello era muy profesional y me lo empecé a tomar más en serio”. A pesar de todo, las puertas de la selección se le cerraron y su gran progresión se había visto estancada. Ahora con la madurez que da el paso del tiempo, la base madrileña se siente “muy orgullosa” de su carrera. 

Jugona, descarada, competitiva y una líder en la cancha. Así era Paula Palomares, pero ¿cómo era fuera de ella? “Un poco rebelde, me costaba estudiar y aunque luego he sacado mis estudios, tengo que reconocer que me ha llevado tiempo”. Eso no quita para que las jugadoras profesionales puedan compaginar sus estudios con el baloncesto: “he tenido compañeras que se han sacado sus carreras mientras jugaban. Si te organizas bien tienes tiempo para todo”.

Los tiempos que corren no son precisamente buenos para los equipos femeninos españoles. A las dificultades económicas, se suma el éxodo de jugadoras nacionales en busca de otros destinos más rentables. A Palomares le tocó vivir la época dorada de la Liga Femenina: “era una competición muy potente, las mejores jugadoras querían venir aquí y todos los equipos tenían grandes estrellas”. Esa época ya es historia, “es una pena ver cómo ha cambiado todo y cómo se están yendo jugadoras. Lo único positivo es que se están dando oportunidades a gente joven nacional y eso es bueno para la selección”.

Eso sí, da un consejo a todas esas jóvenes jugadores que quieren triunfar en el baloncesto: “van a tener que sacrificarse y trabajar muy duro, pasarán por momentos difíciles y dudarán sobre si merece la pena tanto esfuerzo, pero si quieren jugar al baloncesto y disfrutar, que no lo dejen”. Ella lo sigue haciendo, aunque ahora, tras el nacimiento de su hija, tiene otras prioridades. Sabe que su futuro estará vinculado al baloncesto, pero, de momento, “no me veo como entrenadora”. Para eso, habrá que esperar porque Paula sigue derrochando clase y talento en cada partido con su Alcobendas.

 

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete comunicación JGBasket

Foto: ACB Photo

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