Ya ha pasado un año y parece que fue ayer. Los jugadores del Campus JGBasket volvieron a reencontrarse en las pistas de la Universidad de Alcalá con la ilusión del que está a punto de vivir una experiencia única. Los saludos y abrazos de los amigos que se han hecho con el paso de los años en las canchas madrileñas o en el propio Campus levantan el telón de esta undécima edición.

Un poco perdidos y cansados, como es habitual, después de varias semanas sin entrenar, pero con las ganas de escuchar y aprender cualquier pequeño detalle que les haga mejorar como jugadores y reafirmar su pasión por el baloncesto. No es fácil seguir el ritmo el primer día. Por eso, las caras de agotamiento en el viaje de vuelta en autobús eran un claro reflejo de la primera jornada.

El mayor momento de indecisión lo han vivido los jugadores a la hora de decidir el número para su camiseta personalizada. ¿Pondré el que llevó en mi equipo o el de mi jugador favorito? ¡Bendita duda! Al final, tras algo de demora, el número más solicitado fue el 23, el de Michael Jordan. Son jóvenes, pero saben de sobra valorar al que ha sido uno de los mejores jugadores de todos los tiempos.

Dawizard y Pelonchi se han conocido por fin y ya se han retado. Este año viviremos un reto especial. Los jugadores se dividirán en dos equipos, cada uno con un maestro del manejo de balón, para practicar los trucos y exhibirlos después en una competición sin igual. Todo está preparado para uno de los momentos más esperados del Campus.

Hoy, unos llegarán contando a su casa que han metido su primer triple, otros, que les han dado una camiseta y un pantalón nuevos. Los habrá que repasarán los nombres de sus compañeros de grupo y opinarán sobre la comida. Los más mayores ya habrán tenido tiempo para darse el móvil o el tuenti. Pero lo que está claro es que todos hablarán del Campus y eso que esto no ha hecho más que empezar.

Por Víctor Escandón Prada
Gabinete comunicación Campus JGBasket

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