Mitad del tercer cuarto, la diferencia en el marcador se sitúa en los 19 puntos a favor del CSKA, y tan sólo tres jugadores de tu equipo han sido capaces de anotar, todos los ingredientes para firmar una derrota en el final de la Euroliga estaban sobre la mesa, sin embargo en el banquillo de Olympiakos había un entrenador que aún creía posible una remontada, en su afán porque sus jugadores no perdiesen la cara al partido, pudiendo cosechar una derrota humillante, realizó una serie de ajustes en su rotación que surtieron efecto. El resultado final es por todos conocido, una remontada histórica que dejó al gran favorito de la competición sin su título más preciado. Un nuevo título para Dusan Ivkovic, uno de los grandes maestros de los banquillos del viejo continente.

Nacido en Belgrado en 1943, su carrera como jugador se dilató  durante una década en el profesionalismo desde 1958 a 1968. Su llegada a la élite de los banquillos europeos no fue hasta 1978, donde fue contratado como entrenador jefe por el Partizan de Belgrado, al frente consiguió su primer título de Liga, Copa Korakc, y de Copa. Sin embargo, al año siguiente la inestabilidad del Club estuvo a punto de tornarse en tragedia, el equipo de Ivkovic evitó el descenso en un playoff dramático. Tras su salida de Partizan llegó el primer contacto con el baloncesto heleno, fue el prestigioso Aris de Salónica quién depositó la confianza en el entrenador Serbio. Su estancia en el Aris no se alargó más que dos años, y su regreso a Yugoslavia no se hizo esperar, pero su trayectoria parecía presagiar un estancamiento en su carrera. Pasaron diez años, y el comienzo de la guerra de los Balcanes, hicieron de nuevo hacer las maletas a Ivkovic, rumbo de nuevo a Grecia. El éxodo de jugadores de la antigua Yugoslavia no se hizo esperar, y en Paok conformó una de las plantillas más fuertes de Europa, una nueva Liga que añadió a su palmarés fue el anticipo a su segunda Copa Korac, dirigiendo una nave en la que había jugadores con un gran talento como Walter Berry, Savic, Prelevic, Korfas, o un jovencísimo Rentzias. Tras un paso efímero por el Panionios, llegó su gran oportunidad al frente de Olympiakos.

En 1997 en Roma llegó la primera Euroliga para Ivkovic, en una final en la que se impuso con contundencia al Barcelona. Con un David Rivers que fue nombrado MVP, y con jugadores de tanta clase como Nakic, Sigalas, o Tarlac, hizo realidad el gran sueño de los hermanos Angelopoulos, propietarios del equipo griego. Por fin, y tras muchos años de fuertes inversiones consiguieron llevar por primera vez a sus vitrinas el torneo más prestigioso de Europa. Su caché a nivel europeo ya le permitía codearse con la élite de los entrenadores, y su paso por el AEK de Atenas no hizo más que incrementarlo, obteniendo dos Copas de Grecia, y una Recopa. También dio la oportunidad a un joven Fotsis Katsikaris, al cual tuvo de ayudante en su etapa ateniense. En 2002, y tras un año inactivo, una oferta mareante desde Rusia hizo que Ivkovic volviese de nuevo al ruedo de los banquillos, y es que el todopoderoso CSKA de Moscú llamó a sus puertas para hacerse con sus servicios, el paseo por la competición doméstica fue apabullante, sin embargo no fue capaz de obtener resultados a nivel europeo, principal objetivo del equipo moscovita, que no conseguiría la Euroliga hasta la llegada del italiano Messina. Su último paso por los banquillos rusos fue en el Dinamo de Moscú. Hay que recordar la gran cantidad de dinero que hubo en esos años en el baloncesto ruso, fichando a golpe de talonario a grandes estrellas, su mayor logro la ULEB Cup conseguida en 2006.

Tras cuatro años en los que se dedicó en exclusividad a la Federación Serbia, una nueva llamada de los hermanos Angelopoulos hizo cambiar de nuevo el rumbo de su carrera, el veterano entrenador volvía a ponerse al frente de Olympiakos. La promesa de confeccionar grandes plantillas para asaltar Europa pudieron influir en esta decisión, la cuestión es que fiel a su promesa, a Ivkovic le rodearon de grandes jugadores con el objetivo de conseguir la segunda Euroliga. En la competición doméstica la hegemonía de sus vecinos atenienses no dieron opción a conseguir algún título liguero, sin embargo el 13 de Mayo obró un milagro que pasará a la Historia de la competición por la forma en la que consiguieron remontar una diferencia tan abultada en el marcador para doblegar al CSKA.

La trayectoria de Ivkovic se completa con un éxito rotundo al frente de la selección de Yugoslavia, y posteriormente la de Serbia. Un Mundial en 1990, y tres Europeos (1989, 1991, 1995) hablan claramente del éxito que supuso su primer paso al frente de la selección de Yugoslavia, con el conflicto de los Balcanes se abrió un profundo cisma en el seno de los Balcanes, la inestabilidad fue la nota dominante a lo largo de varios años. La limpieza en las listas de seleccionados obligaron a una regeneración desde los cimientos de una selección, que tradicionalmente ha marcado el ritmo en el viejo continente. El encargado de volver a poner esas bases fue Ivkovic, cuyo manejo de las jóvenes promesas está más que contrastado a lo largo de su trayectoria, ejemplo claro es la estelar actuación de Papanikolau en esta Final Four. En 2009 obtuvo ante la selección de España una meritoria medalla de plata que completa un palmarés más que envidiable.

Hombre familiar, negó a su hijo jugar en la cantera de Olympiakos para evitar el qué diran, su extensa trayectoria fue reconocida, siendo nombrado como uno de los 50 mayores contribuyentes en la Historia de la Euroliga. Aún no sabemos cuál será el futuro de Ivkovic, aunque seguramente conociendo el enorme ética de trabajo que tiene, ya esté pensando en remodelar la plantilla del actual campeón de Europa.

 

Por Alex Senra
Analista Euroliga JGBasket

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