Ya hemos hablado en otros artículos de la defensa, pero resulta interesante hacer una reflexión al respecto, ya que desde hace ya unos años he ido viendo como se ha ido involucionando en este aspecto tan importante del juego. En el Campus JGBasket venimos observando que los jugadores cada vez tienen más carencias en el tema defensivo. Sobre todo en temas que, a priori, pueden parecer esenciales.

Por eso, año tras año, hacemos hincapié en realizar sesiones específicas de defensa. Empezaré por enumerar los errores más comunes a los que nos solemos enfrentar los entrenadores tanto en nuestros equipos como en el Campus. En primer lugar, la colocación defensiva, olvidándonos del clásico triángulo defensivo, nos interesa que el jugador proteja el aro. Ese es el primer concepto que tienen que asimilar los jugadores desde bien pequeños. Ser un muro entre el atacante y el aro. Cuántas veces nos hemos encontrado con jugadores que defiende a su defensor por delante, dejándole libre el camino hacia el aro.

Es común también que el jugador que defiende al atacante con balón vaya retrocediendo, sin motivo aparente, a medida que el rival avanza. Permitiéndole plantarse dentro del triple sin casi oposición. Si queremos que nuestros jugadores sean buenos defensores, tenemos que hacerles ver que tienen que convertirse en ese muro que señalaba antes y, como consecuencia de ello, no tienen que retroceder sino ser un obstáculo que tiene que superar el rival.

El siguiente problema viene dado por la precipitación del defensor por querer robar el balón al jugador que bota. Está bien que los jugadores sean ambiciosos, pero tienen que controlar sus ganas, principalmente porque si estamos hablando de que no saben defender, mucho menos saltar a una posible ayuda. Por lo tanto, si el defensor del jugador con balón es rebasado, el atacante tendrá muchas posibilidades de ir a canasta y anotar.

Cada entrenador tiene sus gustos, a mí, personalmente, me gusta que el defensor del balón tenga como objetivo frenar al atacante, que pare de botar, y que sean sus compañeros los que puedan recuperarlo en la línea de pase. Eso no quiere decir que el que defiende al balón esté relajado y deje pensar al atacante, se le tiene que presionar para evitar que realice pases o tiros cómodos.

Relacionado con lo anterior, hay que insistir a los jugadores que para recuperar el balón en la línea de pase, tienen que atacarlo cuando el balón está en el aire. Un error muy común es que el defensor de distancia a su atacante y cuando éste reciba el pase de un compañero, el defensor se pegue a él. Ese paso al frente facilita que el atacante le pueda superar y provocarle faltas. Recalcar que se evite esta situación puede permitir a nuestros jugadores mejorar sus prestaciones defensivas.

Por último, los jugadores, normalmente, no suelen disociar el movimiento de las manos con el de los pies. Hay que enseñarles que cuando están defendiendo al jugador con balón pueden ser intensos de manos sin que sus pies se muevan, ya que por inercia adelantan el pie de la mano con la que van a molestar al balón, permitiendo que el atacante con un simple cambio de mano pueda superarle.

Quiero recordar que éstos son los errores más comunes que he podido ir observando en los últimos años. Esto no quiere decir que todos los jugadores los cometan ni que los jugadores cometan todos los errores mencionados. Lo que este análisis nos puede permitir es ver cómo trabajamos en nuestros equipos la defensa y qué aspectos necesitan mejorar nuestros jugadores.

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete técnico JGBasket

Publicada el: 20 Ago de 2016

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