Tras ganar la ULEB y la ACB, el Madrid quería dar un paso más y alzarse con la Euroliga. Los problemas en el juego interior de la temporada pasada parecían solucionarse con la llegada de un pívot dominador como Lazaros Papadopoulos, pero la historia se repetía y el gigante heleno no fue la pieza que faltaba en el proyecto de Plaza y su alto caché (2 millones brutos al año) lo único que generó fue envidias en el vestuario blanco. Especialmente en Felipe Reyes, que veía como se le intentaba renovar a la baja, después de su gran actuación el último año.

A los pocos meses, el capitán blanco firmó su nuevo contrato hasta la temporada 2010, convirtiéndose en el jugador mejor pagado del equipo (1,8 millones de euros), con la opción de un año más. El esfuerzo y la valía de Reyes se veían recompensados y no sólo en los despachos, su carácter de luchador le hizo ganarse el puesto, relegando al gran fichaje griego y siendo elegido en el quinteto ideal de la temporada. Una gran temporada regular, logrando el primer puesto, se ve ensombrecida tras caer a las primeras de cambio ante el Unicaja. Un fiasco para toda la plantilla. La única alegría para Felipe llegaría en Pekín al colgarse la única medalla que le faltaba con la selección, la plata en los Juegos Olímpicos de Pekín.

Otra nueva temporada y más competencia para el puesto de pívot (Massey y Van den Spiegel). Aún así, eso no es obstáculo para Reyes que con unos números de escándalo (16,3 puntos y 9,1 rebotes) se convierte en el MVP de la liga regular. Aún así, el Real Madrid se queda en blanco y deciden buscar un sustituto para Plaza. El verano vuelve a ser el mejor antídoto para el capitán madridista, logrando el campeonato de Europa con la selección española.

El elegido para el nuevo proyecto era Messina. Se esperaba que el italiano fuese el talismán que buscaba la directiva desde Obradovic, pero, desde el principio, el carácter del técnico chocó con los jugadores veteranos que permanencia en la plantilla tras la limpieza realizada. Los problemas de espalda no ayudaron a Felipe, que se convirtió en un jugador secundario. Al acabar la temporada, antes de que se activase la cláusula de renovación automática, llega a un acuerdo con el club para firmar por tres temporadas, bajándose el sueldo.

Un esguince de tobillo, la irrupción de Mirotic y la tensión con Messina marcaron la temporada 2010/11. Sus minutos se veían reducidos y la relación con el técnico italiano se vio rota tras unas declaraciones del jugador cordobés defendiendo a su amigo Garbajosa al que el club blanco había dejado sin ficha. La derrota ante el Siena en Euroliga precipita los acontecimientos y Messina dimite, cansado de sus jugadores. Molin, segundo entrenador, coge el equipo y consigue, por primera vez en 15 años, clasificarle para la Final Four de la Euroliga, acabando en el cuarto puesto.

A pesar de la mala temporada de Reyes, Scariolo decide apostar por él y llevarle al Europeo. Durante la concentración con la selección, Felipe vivirá uno de los momentos más duros de su carrera, el fallecimiento de su padre. Aún así, demostrando su garra y carácter ganador se sobrepuso y ayudó a España a levantar su segundo título continental, dedicándoselo a su progenitor.

La llegada de Laso al banquillo fue un alivio para el pívot cordobés. Aceptado su papel secundario, a base de trabajo se fue ganando minutos y, tras dos años llenos de dudas, volvió a encontrar su nivel de juego. El Madrid, por fin, vuelve a ganar una Copa del Rey y Reyes se cuelga otra medalla de plata en unos Juegos Olímpicos. Su edad y el achaque de las lesiones le hacen tomar la decisión de renunciar a la selección tras no descansar ningún verano desde 1998.

El rendimiento de Felipe es espectacular en la segunda temporada de Laso y aprovecha, a pesar de no salir en ningún partido de la ACB de titular, a la perfección sus minutos en cancha. Si, como en la NBA, hubiese un premio al mejor sexto hombre sería, sin ninguna duda, para Reyes. Pero como para él no hay techo ni trabas, en la final ante el Barça vuelve a demostrar su calidad y es elegido MVP de la Final. El Madrid sabe recompensarle y le ofrece otros dos años más de contrato. Eso sí, con una nueva bajada de sueldo.

Una leyenda del baloncesto español que sólo tiene una idea en su mente, levantar la ansiada Euroliga. El año pasado estuvieron a un paso, pero acabaron sucumbiendo ante Olympiacos. En esta ocasión, con la lección aprendida, superaron a los griegos en el playoff y accedieron a la Final Four de Milán para intentar conseguir su noveno título continental. Luego habrá que ver si Felipe Reyes vuelve a vestir la camiseta de la selección española para jugar “su” Mundial.

Felipe Reyes besa el trofeo de la Copa del Rey de Baloncesto 2014

Por Víctor Escandón Prada
Entrenador superior de baloncesto. Periodista especializado en baloncesto
Analista baloncesto europeo JGBasket

Fotos: ACB Photo

Publicada el: 25 abril 2014 23:51 pm

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