Una nueva edición de la Final Four dará a conocer al nuevo campeón del trofeo más prestigioso del viejo continente. Cualquiera de los cuatro equipos clasificados podría llevar sobre sí la etiqueta de favorito, por lo que la cita de este fin de semana en Londres se convierte en obligada para los aficionados al baloncesto. Tensión, rencillas del pasado, viejas rivalidades, todos los ingredientes están sobre la mesa para dilucidar si Olympiakos revalidará el título cosechado la temporada pasada, o por el contrario, tendremos un nuevo campeón de la Euroliga.

El torneo dará comienzo con la semifinal entre Olympiakos, y CSKA de Moscú, la reedición de la final del año pasado, en la que el conjunto heleno, dirigido por entonces por Dusan Ivkovic, consiguió arrebatar al equipo moscovita de una Euroliga que tenía prácticamente en el bolsillo. Ha pasado un año, pero en el ambiente flota la sensación que CSKA quiere ajustar cuentas, y vengarse de esa dolorosa derrota. De nuevo parten como claros favoritos, bajo la magnífica dirección de Ettore Messina, un clásico en estas citas, el CSKA parte con una plantilla sobrada de calidad, en la que jugadores como Krstic, Weems, o Teodosic pondrán las dosis de calidad, y en la que secundarios como Kaun, y especialmente Khryapa, pueden ser capaces de resultar determinantes para obtener un resultado final positivo. El control defensivo del equipo de Messina sigue siendo de manual, lo que le permite tener en su mano el ritmo de los partidos, aspecto básico para el juego moscovita.

Por su parte, con la única duda del estado físico de Printzesis, el conjunto heleno vuelve a partir en clara desventaja, especialmente a nivel mediático, pero cuando el balón se pone en juego, la competitividad del conjunto griego es máxima. Comandados por la figura de Spanoulis, y su juego basado en los bloqueos directos, cuenta con un arsenal de jugadores a tener muy en cuenta, especialmente Kyle Hines, y Papanikolau. Shermadini tendrá la difícil papeleta de minimizar el impacto del jugador más determinante del torneo en la pintura, Krstic. Pero Antic deberá dar un paso hacia delante en su aportación en el plano ofensivo para poder plantar cara al conjunto moscovita.

La segunda semifinal nos toca más de cerca, y es que Barcelona Regal, y Real Madrid disputarán su quinto partido esta temporada. El momento no puede ser más dulce para el conjunto de Pablo Laso, lanzado por las casas de apuestas como claro favorito al título junto a CSKA, pero pecar de falta de humildad, y pensar que el partido será fácil puede dar como resultado lo que pasó en la Copa del Rey, donde fueron eliminados a las primeras de cambio. El repertorio ofensivo del Madrid es prácticamente ilimitado, Rudy Fernández, Sergio Llull, o Jaycee Carroll son capaces de dinamitar el partido en cualquier momento, la figura de Mirotic adquiere mayor importancia ante el estado de forma de Jawai, y el de Lorbek, al cual Xavi Pascual medita colocarle en la posición de cinco. El jugador capaz de frenar a esta línea ofensiva ha causado baja, y sin duda que la ausencia de Pete Mickael afectará a la estructura defensiva del equipo blaugrana.

Xavi Pascual apostará por dar un giro a sus planteamientos buscando dar la sorpresa desde el punto de vista táctico, y es que el conocimiento de ambos equipos es máximo. Será interesante ver las defensas alternativas que planteará, con la idea de romper los esquemas al conjunto de Pablo Laso, y dificultar así sus lecturas en el juego ofensivo. Una apuesta arriesgada, pero coherente, que carga de ilusión, y esperanzas a muchos aficionados culés. Muchas voces unánimes reclaman la atención sobre Juan Carlos Navarro, su estado de forma puede llegar a ser una incógnita, pero el talento que posee sigue siendo único en Europa, él sólo es capaz de llevar todo el peso de su equipo sobre sus espaldas, y por todos es conocido la predilección por oler la sangre cual tiburón, especialmente cuando enfrente se encuentra el conjunto blanco.

 

Por Alex Senra del Cerro
Analista Euroliga para JGBasket

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