Bird aprovechó el fin de semana de las estrellas para dejar conmocionados a los aficionados al baloncesto con unas declaraciones lapidarias: “Me voy a morir pronto”. El 33 de los Celtics, al que se le diagnóstico una arritmia en 1995, reflexiona a sus 59 años sobre su muerte, ya que “no se ven a muchos tipos de mi altura a los 75 años. Sé que sólo unos pocos de nosotros viviremos más porque la mayoría de jugadores altos no parecen vivir demasiado”. Lo dice con conocimiento de causa, ya que muchos de sus coetáneos han fallecido por problemas cardíacos (Bob McCann, Orlando Woolridge, Moses Malone, Jerome Kersey, Anthony Mason…).

Por si sus malos augurios se cumplen, repasemos la trayectoria de una de las grandes estrellas de la NBA. Nacido en West Baden (Indiana) en el seno de una familia humilde, Larry ya despuntaba en el instituto de Springs Valley, sus números en el último año –promedió 31 puntos y 21 rebotes– le sirvieron para abrirle las puertas de muchas universidades. Sólo tenía en mente jugar en Kentucky, pero los Wildcats no le ofrecieron una beca y tuvo que buscar otra alternativa. Bobby Knight decidió apostar por Larry y reclutarle para sus Hoosiers, pero el idilio apenas duró un mes y Bird decidió hacer las maletas y volver a casa.

Después de un año en blanco, trabajando en lo que le iba saliendo, decidió matricularse en Indiana State. En abril del 78, se celebrara el draft de la NBA y Larry, a pesar de quedarle todavía un año en la universidad, podía ya ser elegido. Indiana, que contaba con el número 1, trató de convencer por todos los medios a Bird para que se incorporase a la plantilla y renunciase a su último año, pero las negociaciones fueron en vano. A pesar de su intención de agotar su periplo universitario, los Celtics decidieron apostar por él y le escogieron en el sexto puesto, sabedores de que no contarían con él hasta la siguiente temporada. Como si de una premonición se tratase, en su última temporada universitaria (1978-79) guio a su equipo hasta la final de la NCAA. Delante, los Spartans de Michigan State, capitaneados por Magic Johnson. La derrota de los de Indiana fue una gran decepción para Larry y el comienzo de una rivalidad con Magic que se alargaría durante años.

En su primera temporada en la NBA, esa rivalidad ya quedó patente en la elección de rookie del año. Bird vapuleó en las votaciones a Magic por un rotundo 63-3, pero para sacarse la espina, el de los Lakers no sólo consiguió llevarse el anillo sino también hacerse con el MVP de las Finales. La batalla estaba servida. Al año siguiente, Boston reforzó su juego interior con Robert Parish y Kevin McHale, pero se quedó sin Pete Maravich –retirado–. Esta vez sí pudieron con los Sixers de Julius Erving en la final de conferencia, pero por desgracia no se pudo vivir el duelo Magic-Bird en las finales, ya que los Lakers habían caído frente a Houston. Los Celtics se hicieron con el anillo y Larry por fin pudo celebrar un título, aunque la alegría no fue completa, ya que fue su compañero Maxwell el que se llevó el MVP de las Finales.

Por fin, cinco años después de medirse en la final de la NCAA, Magic y Larry se iban a medir en la final de la NBA. Los Celtics se llevaron el título en el séptimo partido y Bird fue nombrado MVP de las Finales con una media de 27,4 puntos, 14 rebotes, 3,6 asistencias, 2,1 robos y 1,1 tapones. La temporada siguiente congregó a los mismos protagonistas en la última ronda, pero la final quedaría marcada por el episodio más oscuro en la carrera del 33 de Boston. En mayo, en plena final de conferencia ante los Sixers, Larry, su compañero de equipo Quinn Buckner y un amigo decidieron ir a tomar unas copas y la noche se complicó, terminando en una pelea en el callejón cercano al bar Chelsea´s, en la que Bird golpeó con dureza al implicado. Las secuelas de la pelea fueron evidentes en el dedo índice de su mano derecha, dejándoselo completamente deformado. Sus porcentajes, en esa serie y en la final contra Lakers, bajaron considerablemente y no pudo llevar a su equipo a revalidar el anillo.

El orgullo del jugador de Indiana le haría pasar página y volver a liderar a su equipo en la temporada 1985-86, logrando por tercer año consecutivo el MVP de la temporada regular y llevando a su equipo, de nuevo, a las finales. Antes de la ronda final, el Garden viviría uno de los partidos más memorables en la historia de la NBA. Un jovencísimo Michael Jordan anotaba 63 puntos en la casa de Larry, aunque la victoria quedó en Boston, esa fue la primera exhibición del mejor jugador de todos los tiempos y Bird lo certificó con una frase que ha quedado para siempre en el recuerdo: “Dios se ha disfrazado de Michael Jordan”. El sexto partido de Larry en la final ante los Rockets fue simplemente espectacular (29 puntos, 11 rebotes y 12 asistencias), lo que le valió para conseguir su segundo MVP de las Finales.

Una temporada redonda para Larry Bird que, en el fin de semana de las estrellas, había ganado la primera edición del concurso de triples. Los dos años siguientes repitió título, dejando una imagen grabada para la historia en el All Star de Chicago cuando, sin quitarse la sudadera en la final, levantó el dedo en señal de victoria antes de que entrase el último balón para derrotar a Ellis. Su carácter introvertido y su prepotencia le generaban muchas antipatías entre rivales y aficionados.

Las lesiones empezaron a cebarse con Bird. A sus problemas de espalda, en noviembre de 1988 tuvo que hacer frente a la operación de los dos talones de Aquiles, lo que le hizo perderse el resto de la temporada. Quizá hubiese sido el momento de retirarse, como más tarde él mismo reconocería, pero su ambición le hizo seguir hacia delante, aunque cada vez disputaba menos minutos por los problemas de espalda que le hacían pasar más tiempo tumbado en la banda que dentro de la pista.

A sus 35 años era el momento idóneo para poner fin a su carrera y qué mejor forma de hacerlo que formando parte del primer, único e irrepetible Dream Team en los Juegos Olímpicos de Barcelona. Está claro que no estaba en su mejor momento, por eso en un principio había declinado la oferta, pero la oportunidad de reencontrarse con Magic –retirado un año antes tras contraer el virus del SIDA–. Larry no fue de los mejores, aun así, disputó todos los partidos y cerró su carrera con un oro olímpico. El mejor colofón para una carrera brillante, en la que sólo el 2 de enero de 1981 ante los Warriors acabó un partido sin anotar un solo punto.

Después de su retirada, Bird siguió vinculado a los Celtics, ocupando un cargo en las oficinas del club. En 1997, Indiana buscaba un revulsivo para su banquillo y hablaron con el hijo pródigo. A pesar de su inexperiencia al frente de un equipo, llevó a los Pacers a la final de conferencia, forzando el séptimo partido ante los Bulls de Jordan. Su gran temporada en el banquillo le sirvió para hacerse con el título de Entrenador del año de la NBA. En la temporada siguiente, la del lockout, Indiana repitió final de conferencia, pero su verdugo, en esta ocasión, fueron los Knicks.

En su tercera temporada al frente de los Pacers, el equipo dio un paso más y consiguió meterse en la gran final, tras sacarse la espina del año anterior y derrotar en la final del Este a Nueva York. Como si del destino se tratase, el anillo lo disputarían ante su eterno rival, Los Ángeles Lakers. Ya no estaba Magic, Kareem y compañía, pero la dupla formada por Kobe Bryant y Shaquille O´Neal fue un obstáculo insalvable para los Pacers que se quedaban con la miel en los labios. Después de tres años, decidió poner punto y final a su periplo en los banquillos.

En 2003 volvió a Indiana para formar parte de la junta directiva hasta que en la temporada 2007-08, tras la marcha de Donnie Walsh a los Knicks, fue nombrado presidente de operaciones. El éxito también le acompañaba en los despachos y en la campaña 2011-12 fue elegido ejecutivo del año de la NBA, meses antes de que tuviese que renunciar al puesto por motivos de salud, poniendo fin a una relación de más de cuarenta años con el amor de su vida: el baloncesto.

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete técnico JGBasket

Fotos: NBA Photos

 

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