¿Cuáles son los problemas por los que los Wolves no alcanzan los playoff?

Una nueva temporada, y la desilusión se vuelve a instalar en la ciudad de Minnesota, un equipo alegre y divertido de ver para el aficionado pero que aún es capaz de alcanzar las plazas de playoff. Cada año el equipo se refuerza con jugadores que encajan a la perfección en el sistema de Rick Adelman, pero el resultado final siempre es decepcionante. Es cierto que las lesiones han azotado con fuerza la franquicia, hay que recordar las de Love, y Rubio, ambas de muy larga duración, o la retirada definitiva de Brandon Roy, pero desde los despachos se han realizado esfuerzos para obtener la renovación de jugadores clave como Pekovic, o la llegada de agentes libres de calidad como Barea, Brewer, o Kevin Martin. Entonces, ¿Cuáles son los problemas por los que los Wolves no alcanzan los playoff?.

No cabe duda que el estilo ofensivo de Adelman tiene como lado negativo el desequilibrio y la inconsistencia en el plano defensivo, en ocasiones el intercambio de canastas es el modo habitual de juego de este equipo, y en ocasiones la eficacia anotadora de gente como Love, Martin, y Brewer hace que el rodillo anotador sea insostenible para el equipo contrario. La velocidad en la salida de los contraataques de Brewer, unido a la mano de la pareja Love-Martin garantizan una media de 50-55 puntos por partido a los Wolves. Del trabajo sucio se encarga Pekovic, jugador que media NBA suspiraba por sus derechos.
Hay una gran diferencia entre los titulares, y la segunda unidad, en la que sólo destaca el boricua JJ Barea, Shved ha desaparecido de la rotación, y jugadores como Cunningham no dan una rotación de garantía en el juego interior. Con la salida de Derrick Williams, y la llegada de Mbah a Moute la rotación se ha debilitado aún más. Kevin Love ya ha deslizado en varias ocasiones su descontento con la falta de competitividad de su equipo, y no alcanzar los ocho primeros puestos de playoff supondría prácticamente la salida de este magnífico ala pívot a una franquicia con aspiraciones de anillo. En los Wolves hay cuatro titulares que están en sus medias, pero hay un jugador en concreto que la franquicia espera que dé un salto cualitativo en su juego, pero éste no ha llegado, el rendimiento ofensivo de Ricky Rubio sigue en entredicho, las mejoras vistas en el último Eurobasket no se han terminado de concretar, y no cabe ninguna duda que la aportación de Rubio influye directamente en la dinámica irregular de estos Wolves.

No podemos obviar su labor en el plano defensivo, magnífica en muchos aspectos, especialmente en el de robos de balón, y que en ocasiones sirve para cambiar los ritmos de los partidos, pero tampoco podemos pasar por alto la tendencia que tiene en algunos partidos de cargarse excesivamente de faltas al comienzo de los mismos, lo cual hace que sus minutos en pista disminuyan. El talento innato que tiene para anticiparse a las decisiones de los atacantes permite tener en él una mina en la defensa colectiva. Llega bien a rotaciones defensivas, lee desajustes y trata de corregirlos, pero otra cosa es el cuerpo a cuerpo, en la defensa individual podemos ver cómo es incapaz de frenar de forma regular a los mejores bases de la liga, hay que recordar que para estar en playoff has de jugar varias veces al año con jugadores como Parker, Paul, Westbrook, Lillard, o Curry, entre otros. La desventaja física de Rubio ante estos atletas es una losa, su defensa de 1×1 en penetraciones es mejorable, el exceso en el uso de manos es castigado por jugadores con tendencia a ir bastante a la línea de tiros libres.

Esos detalles en el plano defensivo no son destacables, al fin y al cabo todos los jugadores tienen algún punto en el que puedan tener ese margen de fallo, pero el gran debe en el juego de Ricky Rubio viene en el plano ofensivo, ¿Realmente su aportación influye tanto en el rendimiento de su equipo?.

A nivel de porcentaje global de esta temporada ya podemos comprobar que su porcentaje de 34,7% en lanzamientos de 2 puntos no es de los mejores de la NBA, y ni mucho menos si lo comparamos con gente como Westbrook (42,7%), Parker (51%), Paul (45,6%), Calderón (48,5%), o Lillard (41,2%), aunque hay una mínima diferencia a favor en ese porcentaje cuando juega en el Target Center (36,2%) a cuando lo hace en un campo rival (33,6%), la principal diferencia la encontramos en el rendimiento en el balance de victorias (38,7%), y de derrotas (30,4%). Esas diferencias se agrandan cuando hablamos de lanzamientos desde el perímetro, aunque su porcentaje global es mejor que en los lanzamientos de 2 puntos (35,2%), observamos grandes diferencias cuando lanza como local (42,9%), o de visitante (30,3%), y en el balance de victorias (45,2%), y derrotas (21,7%).

Aunque los porcentajes del resto de sus compañeros también sufren esa tendencia, no lo hacen con esas diferencias tan grandes, la irregularidad y la falta de acierto en el los desplazamientos fuera de Minneapolis se salda con un contundente balance negativo de 5-11, los porcentajes del equipo en tiros de 2 es del 42,5%, incluso unas décimas mejor que en casa (42,3%), en lanzamientos de 3 puntos el porcentaje se establece en 34%. En las derrotas los porcentajes disminuyen, pero aún lejos de los límites a los que llegan los números de Rubio.

La disminución de los porcentajes de Ricky también tiene cierta progresión a lo largo de esta temporada, y es que a medida que las defensas, y el tono físico de sus rivales ha ido en aumento la progresión de sus números habla por sí sola, mientras en Noviembre lanzó con un 36% en tiros de 2, y 38,7% en tiros de 3 puntos, en Diciembre esos guarismos se sitúan en un 33%, y 30% respectivamente. Sus medias de puntos fluctúan en exceso en los partidos de casa (10,3), respecto a los visitantes (7,4), esa diferencia es aún mayor en las victorias (11,8), y las derrotas (6,5). El balance en Noviembre fue de 8-9, mientras que en Diciembre se empeora algo más con un 4-6. Es significativo también la bajada en los minutos de juego, que actualmente se sitúa en 31,5 por partido.

El rango de tiro de Ricky Rubio:
De todos es conocido los problemas en la larga distancia del base de los Wolves, y la NBA nos ha dado grandes ejemplos de bases que aún teniendo problemas con sus porcentajes a canasta a lo largo de su carrera han sido capaces de destacar en la mejor liga del mundo, los espejos en los que debería mirarse Ricky son los de Jason Kidd, Tony Parker, o Rajon Rondo. Jugadores que han sido capaces de explotar al máximo sus limitadas virtudes en el lanzamiento a canasta. Comprobando las zonas de lanzamiento de Ricky observamos que el 35% de sus lanzamientos se realizan en las proximidades al aro, y que su porcentaje es de un 38,8%. El juego sobre bloqueo directo es una de las principales armas de los Wolves, basado también en la innegable visión, y talento para el pase de Ricky, pero cuando las defensas colapsan la zona, y ocupan los espacios, Rubio no duda en buscar la penetración, sin embargo el resultado final suele ser desastroso para los wolves, mientras que jugadores como Parker, o Rondo rondan el 55%, Ricky tan sólo alcanza el 38,8%, un bagaje muy pobre, y más cuando asume más de un tercio de sus lanzamientos desde esa posición.

Ese porcentaje agudiza aún más su caída aproximadamente a 2-3 metros del aro, especialmente en el lado izquierdo de la cancha, donde sus porcentajes se sitúan en el 17,8%. La mayoría de las penetraciones suelen ser muy forzadas, en busca del contacto con el defensor para poder ir a la línea de tiro libre, sin embargo no consigue obtener un buen número de faltas de tiro ya que acude tan sólo una media de 1,9 veces por partido a la línea del 4,60. El forzar las acciones implica finalizaciones en posición de desequilibrio, lo cual genera este porcentaje tan bajo. Éste es precisamente uno de los puntos que más urge mejorar en el juego de Ricky Rubio, su eficacia en posiciones cercanas al aro, y finalizaciones. Por sus características el juego sobre bloqueo directo será un pilar clave en su carrera, y optimizar cada una de las acciones resulta vital para obtener beneficios para el ataque de su equipo.
Cuando nos alejamos del aro a posiciones intermedias (4-6 metros) esos porcentajes rondan el 41,6% desde el eje central, 41,1% desde el lado izquierdo de la cancha, y un 20% desde el derecho. Curiosamente la distribución de tiro ofrecida por nba.com nos indica que es desde este último lado donde realiza un mayor número de tiros a canasta.

El segundo punto básico a pulir en el juego de Ricky Rubio debe ser precisamente la mejora de los porcentajes en este rango de tiro, como hemos comentado anteriormente el uso de los bloqueos directos es la base del juego en la NBA, y el ser capaz de obtener buenos tiros tras bote saliendo del pick le debe convertir en una mayor amenaza para las defensas. El tiro tras bote con mano derecha no puede situarse en el 20%, en una competición en la que sus rivales rondan el 50-55% desde esas posiciones del campo. Estos dos puntos, unidos a una mayor confianza pueden dar un salto cuantitativo importante en la carrera de Rubio, situarse en la franja de 14-16 puntos de media por partido puede convertirlo automáticamente en un jugador All Star.

Las defensas conocen perfectamente las limitaciones de Ricky en el lanzamiento, y ya es norma habitual contemplar cómo se le conceden lanzamientos desde la línea de 3 puntos. Las amenazas de otros jugadores hacen que las defensas prioricen cerrarse sobre ellos y conceder espacios a Rubio. Sus porcentajes no son malos desde el perímetro, aunque el cierto que no es su zona más cómoda, ni en la que realiza la mayor parte de sus tiros, ronda el 35,2%. Aún siendo un porcentaje mejorable sin duda hay una evolución clara respecto al 29,3% de la temporada pasada. La mayoría de esos lanzamientos se producen tras pase y en estático. Jamás se le podrá pedir a Ricky la eficacia y consistencia en el lanzamiento de tres puntos de jugadores como Curry, o Calderón, a lo largo de su carrera sus medias desde esta distancia rondarán los 35-37%, siendo un 40% la cifra soñada, especialmente por los técnicos de su franquicia.

Otros aspectos:
Gracias al nuevo y completo banco de estadísticas de nba.com podemos sacar un dato curioso, por desgracia estos datos son de nueva implementación por lo que no es posible realizar una comparativa respecto a temporadas pasadas, pero intuimos que la tendencia de estos datos es a la baja en la actualidad. Ricky rubio es el 9ª jugador en la NBA en entrar una mayor número de veces en contacto con el balón por partido, y el 11ª en tiempo con la posesión del balón, grandes números, sólo las grandes estrellas de la liga tienen guarismos similares, sin embargo su ratio de puntos por toque de balón le sitúa en el puesto 412 de la NBA, cuando el resto de su competencia sitúa ese ratio en torno al 0,30, el ratio de Ricky no supera el 0,11. En esa comparativa sale perdiendo con su competencia en los Wolves, dado que Barea, y Shved obtienen mejores ratios. El balón pasa mucho tiempo por las manos de Ricky, sin embargo no termina de ser productivo para Minnesota. La mejora de los porcentajes de tiro, unido al control en las pérdidas de balón ayudará a que ese ratio se sitúe en la media que corresponde a los bases la liga.

Consideraciones finales:
El gran valedor de Ricky Rubio se llama Rick Adelman, un entrenador cuyo estilo de juego encaja a la perfección con las características de Rubio, sin embargo hemos ido comprobando cómo de forma ligera la influencia en el juego colectivo de Rubio se ha ido reduciendo. Su otro gran valedor en los despachos fue despedido la temporada pasada, David Khan, y reemplazado por Flip Saunders, un General Manager cuya filosofía de juego difiere del veterano entrenador. Otro año sin playoff puede suponer la salida de Kevin Love de la franquicia, además de la de Adelman, las reconstrucciones en la NBA suelen ser traumáticas para los equipos. Ricky Rubio está ante la disyuntiva de convertirse en un mero jugador más de la NBA, con años mejores o peores, pero sin obtener grandes logros en su carrera NBA, o dar un puñetazo en la mesa y convertirse en jugador All Star, capacidades tiene, y margen de mejora también.
Si los números de Ricky siguen estancados, queda preguntarse si la paciencia de los responsables de la franquicia será infinita, o decidirán salir al mercado en busca de un base de garantías, que aún sin tener la capacidad de creación, y el talento defensivo de Ricky pueda aportar más en el plano ofensivo. Es un momento crítico en la carrera NBA de Rubio, y es que en poco más de año y medio tocará negociar un nuevo contrato. Cuando llegue ese momento Ricky deberá presentarse con alguna presencia en playoff, y una carta estadística que apoye las predicciones que le apuntaban como uno de los bases referentes de la NBA.

Por Alex Senra del Cerro
Entrenador superior baloncesto
Analista NBA para JGBasket

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