Un inicio prometedor puso contra las cuerdas la ilusión del joven equipo de Oklahoma, el hecho de jugar su primera final de la NBA, y hacerlo además ante su público supuso una carga de presión que atenazó el juego del equipo dirigido por Scott Brooks.

La salida fulgurante de Miami distanciándose en el marcador fue aplacada por el de siempre, un estelar Kevin Durant, quién con dos triples consecutivos se encargó de acortar distancias en el marcador. Por primera vez en los playoff, los secundarios de Miami dieron un paso al frente, ayudando a las dos grandes estrellas del equipo a la hora de aportar en el plano ofensivo, unos inspirados Chalmers, y Battier hacían presagiar que los Heat no iban a regalar la primera victoria en esta final. Ambos contribuyeron a mantener las distancias en el marcador entorno a los 5-8 puntos hasta el tercer cuarto, momento en el que la profundidad de banquillo, y mayor calidad de los Thunder salió a relucir. Comandados por Kevin Durant, no tardaron en aparecer a su lado las figuras Harden, o Westbrook, ambos con unos números siderales, especialmente el segundo. Poco a poco dieron la vuelta al marcador, llegando al último cuarto con la incertidumbre en el marcador de quién se llevaría el primer duelo. El mayor acierto de Durant se impuso sobre el de Lebron, de nuevo sólo ante un reto mayor, permitiendo poner el 1-0 en la eliminatoria a favor de Oklahoma.

Esta noche tendrá lugar el segundo partido de unas finales que, ya en el primer enfrentamiento, están teniendo unos índices de seguimiento, y audiencia como hacía años no ocurría. El enfrentamiento entre dos polos tan opuestos, como Durant, y James, vende, y la NBA se está encargando de aprovechar el filón que sus dos máximas estrellas. Más allá del marketing salvaje que rodea un evento tan especial como las finales de la NBA, el primer partido nos dejó algunos detalles interesantes que pueden tener relevancia esta madrugada. El equipo de Spoelstra encontró por fin la tecla por la que los secundarios dieron un paso hacia delante, la cerrada defensa de los Thunder permitió una mejor ocupación de los espacios, especialmente en el perímetro, tanto Lebron, como Wade se encargaron de ceder balones a jugadores mejor posicionados, incrementando porcentajes de tiro, que durante más de 30 minutos permitió a Miami ir por delante en el marcador. Sin embargo, en el último cuarto, con la tensión en su punto más alto, de nuevo la mala selección de tiro castigó a los Heat, de nuevo la dependencia a los milagros de Lebron. Por el contrario, Oklahoma en finales de partido se siente muy cómodo, con tres jugadores que asumen con total naturalidad lo que para muchos sería una carga de presión difícilmente asumible. El control de la emoción en los minutos finales supone un punto a favor para los Thunder, que junto a el apoyo de su afición convertirán de nuevo al Chesapeake Arena en un fortín. El ajuste de la defensa, y el aumento en la agresividad a la hora de cerrar el rebote, permitió desplegar una mayor velocidad a su juego ofensivo, aspecto clave para que sus jugadores se sientan cómodos en pista.

Si los Heat desean regresar a Miami con la eliminatoria empatada deberán volver a ejecutar el guión que tan bien realizaron 30 minutos, pero esta vez los 48 minutos de partido. Sin olvidar el gran factor de desequilibrio que se espera que sea Chris Bosh, cuyos números distan un abismo de del rendimiento que se espera de una de las estrellas de la liga, y que tras la recuperación de su lesión, no ha sido capaz de volver a la titularidad en los esquemas de Spoelstra, sin embargo no podemos pasar por alto la enorme calidad que atesora su zurda, aunque su carácter blando choca frontalmente con las murallas que tiene enfrente, tanto Perkins, como Ibaka, y también Nick Collison, no dieron opción alguna al juego interior de Miami. El guión indica que Oklahoma puede anotarse una nueva victoria, las declaraciones llamando a la prudencia por parte de los pesos pesados de los Thunder nos indican el enorme grado de madurez de estos jóvenes, llamados a convertirse en los nuevos campeones de la NBA.

 

Por Alex Senra del Cerro
Analista NBA JGBasket

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