La igualdad en la NBA está siendo máxima, no hay que olvidar que ambas finales de conferencia se encuentran empatadas 2-2, y con opciones reales para cualquiera de los cuatro equipos para acceder a la gran final. De las dos finales la más espectacular, y en la que estamos viendo mayores dosis de calidad es la de la conferencia Oeste, donde Oklahoma, y San Antonio nos están brindando partidos en los que el baloncesto está alcanzando cotas de perfección, y actuaciones que están maravillando al mundo baloncestístico.

El duelo no sólo se limita a la pista, en los banquillos Popovich, y Scott Brooks están elevando el listón para que sus equipos sean capaces de rendir al máximo para doblegar al rival. Los perfiles de ambos son muy diferentes, pero tremendamente efectivos, y vistosos. El posible sucesor de Coach K al frente de la selección de USA, ha conseguido lo que muy pocos han logrado en la NBA, conformar una dinastía con un estilo propio, y reconocible a lo largo de los más de 16 años al frente del banquillo de los Spurs. Ha ido perfeccionando una forma de juego que le ha servido para ganar cuatro anillos de campeón. La ejecución, y fluidez de movimientos de ataque de sus jugadores es de manual, rozando la perfección en momentos como los vividos en el segundo partido, donde dinamitó la defensa de los Thunder. La gran virtud de Popovich no se limita sólo al plano táctico, la excelente gestión de las rotaciones ha permitido que sus estrellas, todas por encima de los 30 años, lleguen en un estado de forma óptimo a este momento de temporada, con un general en pista como Parker, la calidad infinita de Ginobili, o Duncan, unido a la extensa profundidad de banquillo, ha permitido que sus opciones para alcanzar el anillo aumenten cuanto más cerca está el final de la competición.

Cuatro años le han bastado a Scott Brooks para alcanzar un status de respeto entre los profesionales de la NBA. Su inteligencia le ha permitido saber perfectamente qué tipo de juego encajaba mejor con las características de su equipo. Juventud, una potencia física asombrosa, y talento en cantidades industriales, hace que el estilo de juego de los Thunder sea eléctrico, llegando en ocasiones a conformar lo que los especialistas denominan una tormenta perfecta. Mientras Perkins, e Ibaka se encargan de cerrar el aro, y controlar los rebotes (aunque ojo con las actuaciones de Ibaka, ya algún afamado periodista NBA le colocaba a nivel All Star), permite que Westbrook, o Harden desplieguen su velocidad, y calidad sobre el parquet para destrozar las defensas rivales. Mención aparte merece Kevin Durant, su actuación en el cuarto partido con 16 puntos consecutivos en el último cuarto fue una demostración de lo que supone este jugador para los Thunder, jugador clutch (decisivo) de la temporada, pese a su juventud, asume galones de estrella, y destronando a Kobe Bryant como killer, o anotador compulsivo de la liga.

Por delante, mínimo dos partidos más, con la eliminatoria de vuelta en San Antonio. Scott Brooks tratará de seguir desgastando a Tony Parker con la defensa de Sefolosha, clave en el tercer partido, confiando en Ibaka (inexplicable su ausencia en pista en el primer partido en el último cuarto), y dependiendo de la inspiración del mejor backcourt de la NBA. En frente Popovich volverá a tratar de establecer el guión perfecto para los suyos, baloncesto en estado puro. Electricidad, velocidad, y juventud, frente a inteligencia, lectura del juego, y veteranía.

Por Alex Senra del Cerro
Entrenador Superior Baloncesto
Analista NBA JGBasket

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