El base francés, que ha llegado a las finales de la NBA con San Antonio Spurs, ha sido de los jugadores que más partidos ha disputado este año. A pesar de ello, Parker no olvida sus raíces y, al contrario que sucede con muchos jugadores europeos que compiten en la liga norteamericana, vuelve un verano más con su selección, con la que debutó en el año 2000. Este año, con un objetivo muy claro, llevarse el oro.

Siempre hace un gran esfuerzo para estar vistiendo la camiseta “bleu” en todas las competiciones. No hay que olvidar que el verano pasado a punto estuvo de perder un ojo en una pelea en la que se vio inmerso y, tras una delicada operación, no obstante, decidió acudir a los Juegos Olímpicos de Londres.

Está claro que los galos lo tendrán difícil, sobre todo, si se tienen en cuenta la ausencia de jugadores interiores como Noah, Turiaf o Traoré, pero a Parker le gustan los retos y su experiencia será clave para hacer de hermano mayor de promesas francesas como Ajinca o Lauvergne. En el Eurobasket 2011, promedió 22.1 puntos y 4.4 asistencias por partido, anotándole 26 puntos en la final a España.

Esta temporada ha tirado del carro en su equipo y cuando todos daban por muertos a los Spurs por su elevada edad, dieron un paso al frente y tuvieron contra las cuerdas a Miami Heat, sólo les sobraron 30 segundos en el sexto partido para llevarse el anillo. Por eso, aunque sabe que es difícil, el base francés confía en llegar lo más lejos posible e intentar superar por fin a España, su bestia negra en los dos últimos grandes campeonatos.

Disfruta jugando y hace disfrutar a sus compañeros con sus asistencias y su visión de juego. Siempre con una sonrisa, su juego de pies le permite realizar penetraciones y acciones espectaculares. Con una gran rapidez y variedad de movimientos es difícil de parar en el uno contra uno. No en vano fue el ganador del concurso de habilidades de la NBA en 2012. Quizá su único “pero” en ataque sea su tiro de larga distancia, ya que se prodiga poco en el lanzamiento aunque cuando lo hace obtiene buenos porcentajes.

Su padre siempre ha sido un ejemplo para él y le ha ayudado a forjar su carácter competitivo. El patriarca de la saga se formó en la Universidad de Loyola (Estados Unidos) y, a finales de los 70, se trasladó a Europa para jugar en Holanda, Bélgica -país en el que nació Tony Parker cuando se encontraba jugando allí- y Francia.

Tony, el mayor de tres hermanos, se formó baloncestísticamente en Francia y jugó dos temporadas en el París Basket Racing antes de ser elegido en el puesto 28 del draft de 2001 por San Antonio Spurs. Un romance que dura ya doce años y que le ha dado tres títulos NBA (2003, 2005 y 2007), cinco participaciones en el All-Star (2006, 2007, 2009, 2012 y 2013) y un MVP de las Finales (2007).

Su pasión por Francia hizo que durante el lockout, a pesar de tener ofertas de grandes equipos europeos, se decantó por jugar en el Asvel Villeurbanne. Ídolo en su país espera guiar a los galos a conquistar su primer Europeo.

Por Víctor Escandón Prada
Periodista
Analista Eurobasket para JGBasket

Foto: FIBA Europe

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