La final soñada se ha vuelto a producir por tercer año consecutivo. Los playoffs no hicieron más que alargar una postemporada en la que los claros favoritos fueron superando sin problemas sus eliminatorias para plantarse en la gran final de la NBA. Golden State volverá a tener el factor cancha, pero viendo el nivel de LeBron todo puede pasar.

Es cierto que al principio de temporada todas las apuestas daban por seguro que se repetiría la final de los últimos dos años, pero, sorprendentemente, los Cavs no lideraron su conferencia. En un último mes nefasto de liga regular, en el que algunos expertos sospechaban que Cleveland se estaban dejando ir para evitar cruzarse en primera ronda contra unos Bulls que les habían ganado en todos sus enfrentamientos.

Lo que no cabe duda es que estos playoffs, calificados como aburridos por algunos ex jugadores por la superioridad mostrada por los dos finalistas, han servido para batir día tras día récords. Golden State se ha plantado en la lucha por el título sin haber perdido ni un solo partido, 4-0 ante Portland, Utah y San Antonio.

Los Spurs apuntaban que serían, a priori, un rival que les podía poner las cosas difíciles a los de Curry, pero la eliminatoria quedó finiquitada en el primer partido cuando el tobillo de Kawhi Leonard dijo basta y la resistencia del equipo de Gasol, vio muy mermadas sus esperanzas y, sobre todo, su poder ofensivo.

Mientras, por el otro lado del cuadro, Cleveland sufría más de la cuenta para eliminar a Indiana aunque el resultado global dijese lo contrario, 4-0. Los Pacers pusieron contra las cuerdas en todos los partidos al actual campeón, perdiendo en todos ellos por seis puntos o menos. La eliminatoria ante Toronto, otro 4-0, les sirvió a los de Tyronn Lue para ir cogiendo ritmo y recuperar la mejor versión de Irving o Love.

Parecía que la final del Este ante Boston iba a suponer un duro obstáculo, pero las dos victorias en el TD Garden y la baja definitiva de Isaiah Thomas dejaba más encarrilada la eliminatoria, pero, sorprendentemente, los Cavs cayeron en casa. Fue un espejismo. Encabezados por un LeBron James que ha superado a Michael Jordan, sí a Jordan, como máximo anotador histórico de los playoffs, finiquitaron por la vía rápida los dos siguientes choques, poniendo el definitivo 4-1.

Por fin ha llegado la hora de la verdad, habrá que esperar una semana para el primer duelo, pero el mundo del baloncesto se paralizará para ver, hoy por hoy, a los dos mejores equipos del mundo. Lo único que hay que esperar es que ambos conjuntos rompan sus rachas de victorias tan holgadas y podamos disfrutar de una gran final igualada.

 

Por Víctor Escandón Prada
Entrenador superior de baloncesto. Periodista
Gabinete técnico JGBasket

Foto: NBA Photo

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