Para cualquier aficionado que se siente delante del televisor y vea algún partido de los equipos de esta división la diversión y el espectáculo está garantizado. Pocos equipos en la NBA juegan de una forma tan atractiva desde el punto de vista ofensivo que Clippers, Warriors, o Suns. Ese torrente de caudal ofensivo tiene como contrapunto cierta pasividad en el plano defensivo que les condena para ser aspirantes al anillo, ¿Será esta la temporada en el que equilibren su juego y sean capaces de subir de escalón estos aspirantes?
LOS ANGELES CLIPPERS: 57-25
Tras una épica batalla ante Warriors en primera ronda sucumbieron en segunda ronda ante Oklahoma, el papel mostrado la temporada pasada puede calificarse de excepcional, y más teniendo en cuenta el peliagudo caso de racismo del propietario de la franquicia, Donald Sterling, que puso en serio peligro la participación de sus jugadores en playoff, la amenaza de boicot al final quedaron en protestas puntuales. Sin embargo muchos de los jugadores, y el propio entrenador, Doc Rivers confirmaron que si Sterling no vendía la franquicia abandonarían los Clippers. La tranquilidad se ha instalado en la soleada California, de nuevo el objetivo de alcanzar las finales de conferencia es la prioridad número uno de estos Clippers.
El que para muchos aficionados es el mejor base de la NBA, Chris Paul, es el encargado de poner orden y coherencia al juego de los Clippers. Bajo su batuta la figura del resto de compañeros se agranda, especialmente la de Blake Griffin, receptor de la mayor parte de sus asistencias. Entre los dos conforman una de las parejas más espectaculares de toda la NBA. El progreso de Blake Griffin se ha hecho patente a lo largo de estas temporadas, en las que su juego ha ido creciendo en facetas como el lanzamiento exterior, o sus movimientos al poste bajo. En las últimas votaciones a MVP de la temporada regular ambos aparecen con asiduidad en el top 5, lo cual deja bien claro que estamos ante dos de los jugadores más dominantes de la liga. Junto a ellos aparece la figura de DeAndre Jordan, un center con unos porcentajes muy pobres en un rango de 3-4 metros, pero que eleva hasta casi el 65% cuando se encuentra en la pintura, toda una garantía para los Clippers, aunque donde realmente explota sus cualidades es en el plano defensivo, donde su capacidad para el rebote, e intimidación resulta determinante.
Sin grandes novedades en su plantilla, la salida de Darren Collison será cubierta por Jordan Farmar, procedente de sus vecinos Lakers. Especialmente significativa puede resultar la incorporación de Spencer Hawes, quién aportará mayor solidez a la estructura defensiva del equipo. Más incógnitas despierta la llegada de Joe Ingles, un jugador cuya eficacia está más que probada en el viejo continente, pero no sabemos cómo encajará en la rotación de Doc Rivers. Y es que la línea exterior de los Clippers estará compuesta por jugadores como Matt Barnes, o el anotador JJ Redick, sin olvidarnos del eterno sexto hombre Jamal Crawford, quién a sus 34 años sigue siendo determinante saliendo desde el banquillo, su calidad y talento para la anotación le convierten en un fijo en la rotación de Rivers. La llegada de Chris Douglas Robertson no debería suponer un problema para Ingles, aunque su falta de físico puede lastrar su participación en la dinámica del equipo.
Con la paz social, y mediática que conlleva la salida de Sterling, y ser vecinos de unos erráticos Lakers, junto a OKC, y Spurs, los Clippers se asoman como principales favoritos a todo en la conferencia Oeste esta temporada.
GOLDEN STATE WARRIORS: 51-31
Juventud, calidad, talento, y descaro. Éstas son algunas de las señas de identidad de esta plantilla, que aspira a convertirse en el nuevo dominador de la costa Oeste. La progresión de estas últimas temporadas invita al optimismo a los aficionados de la bahía de Oakland, quienes pueden disfrutar de la presencia de la franquicia en unas finales de conferencia antes de su mudanza a la vecina San Francisco. Para alcanzar este objetivo ambicioso se han encomendado a Steve Kerr, una de las figuras más respetadas dentro del mundo NBA, quién sustituye a Mark Jackson al frente del banquillo de los Warriors.
Liderando la franquicia nos encontramos a un jugador cuya cara de niño bueno no corresponde en absoluto con la capacidad que tiene para infligir daño y dolor de cabeza a los equipos contrarios, Stephen Curry, jugador que reúne las cuatro características comentadas al principio. Su capacidad para la anotación desde todas las posiciones del campo, su inteligencia, y su carisma le colocan como una de las principales referencias mediáticas en la NBA. Junto a él nos encontramos a otro killer cuyas rachas de anotación pueden desestabilizar cualquier partido, Klay Thompson, quién esta temporada además cuenta con la motivación extra de conseguir un contrato máximo en el verano de 2015. Sólo estos dos jugadores serían capaces de llevar a los Warriors a posiciones de playoff, sin embargo la gran baza de esta franquicia es poder contar con una estructura de plantilla equilibrada, y poderosa que acompaña a estos dos grandes jugadores.
La línea exterior se completa con Shaun Livingston, y Leandro Barbosa, ambos nuevas caras respecto a la temporada pasada, que se unirán a Andre Iguodala, y Harrison Barnes. El despliegue físico de los dos últimos aporta equilibrio al equipo, sin ser especialistas puros en el plano defensivo su contribución permite poner la primera piedra para poder desplegar el juego rápido que caracteriza el estilo de los Warriors. En posiciones interiores nos encontramos a David Lee, y Andrew Bogut, el primero es un reloj suizo en cuanto a contribución estadística se refiere, con medias cercanas a los 15 puntos y 10 rebotes a lo largo de su carrera, aunque su nivel defensivo deja bastante que desear. Para tapar esas lagunas está el australiano Bogut, todo un número 1 del draft que ha sabido reconducir su carrera sin ser la referencia principal del equipo. El rookie James Michael McAdoo aspira a entrar en la rotación de la franquicia de los Warriors, condiciones para ello tiene, ¿Será Kerr capaz de darle el protagonismo suficiente para que pueda explotar sus cualidades?
PHOENIX SUNS: 48-34
En una conferencia Oeste en la que una entrada para playoff está tan cara nos encontramos con equipos como los Suns que con 48 victorias la temporada pasada no pudo acceder a la fase final de la temporada pasada. Un varapalo que puso en serias dudas la continuidad de su gran estrella, Eric Bledsoe, quién hasta hace pocas fechas no se decidió por renovar su contrato con la franquicia de Arizona. Pretendientes no le faltaban a este base-escolta que la campaña pasada de destapó como una de las revelaciones de la NBA, firmada ya su renovación, ¿Bajará su rendimiento o por el contrario alcanzará el status de All Star?
Jeff Hornacek cuenta con una de las plantillas más jóvenes de toda la NBA, carente de una figura veterana de referencia, los galones se reparten a partes iguales entre Bledsoe, y Goran Dragic, el genial base esloveno se convirtió en el máximo anotador de los Suns la temporada pasada. Junto a ellos podremos ver esta temporada a Isaiah Thomas, procedente de los Kings, y fichado en previsión de no poder retener a Bledsoe. Todos ellos con gran capacidad para la anotación pero bastante irregulares desde el punto de vista defensivo. Las elecciones procedentes del draft, Tyler Ennis, y TJ Warren, no hacen más que añadir leña a una línea exterior a la que se ha sumado Zoran Dragic. La franquicia hubiese agradecido la llegada de otra referencia en el interior, dado que sólo cuenta con Miles Plumlee y Alex Len, del cual se espera que explote esta temporada. Las buenas sensaciones mostradas la temporada pasada deberán ser refrendas en la 2014/2015 si desean aspirar a una de las codiciadas plazas de playoff, su competencia: Wolves, Nuggets, y Pelicans. ¿Podrán dar una alegría a sus aficionados esta campaña?
SACRAMENTO KINGS: 28-54
El equipo dirigido por Michael Malone no parece que vaya a convertirse en una de las sorpresas en la NBA esta temporada. Todas las aspiraciones de la franquicia de la capital de California pasan por la estabilidad de DeMarcus Cousins, uno de los pívot más talentosos de toda la liga, pero cuya inestabilidad mental termina por pasar factura al equipo. Capaz de lo mejor y de lo peor, deberá dominar su volcánico carácter para asumir el liderazgo de esta joven plantilla. Junto a él nos encontramos a otra de las figuras sobre la que más dudas hay en la liga, Rudy Gay, un jugador sobrevalorado que necesita en la mayoría de los partidos un balón para satisfacer su ansia personal por el lanzamiento a canasta. Dos figuras inestables que marcan el destino de una franquicia que aún añora cómo comenzó el siglo XXI de la mano de jugadores que marcaron una época.
El rayo de esperanza recae sobre dos jóvenes jugadores, Ben McLemore, y Nik Stauskas. El primero aún no ha dado muestras en la NBA de todo el potencial que se le auguraba tras su periplo universitario, ésta debe ser la temporada en la que asuma mayor protagonismo en los Kings. Procedente de Michigan, el rookie Stauskas amenaza con convertirse en una pesadilla desde el perímetro, su capacidad de anotación en la larga distancia le augura un buen futuro, siempre y cuando las ventajas generadas por Cousins, o Gay sean correctamente distribuidas por éstos. Otra de las figuras que nos encontramos en los Kings es la de Derrick Williams, cuya llegada procedente de los Wolves parecía que traía consigo un nuevo rol que permitiese desplegar todo su potencial, los aficionados del Sleep Train Arena aún esperan con impaciencia esas gotas de talento no han llegado. Sin tanta repercusión mediática ha regresado a la franquicia de California el israelí Omri Casspi, un jugador que podría dominar Europa pero que prefiere ser actor secundario en la NBA. El toque exótico lo pondrá el indio Sim Bhullar, cuyos 226 centímetros no parece que vayan a tener excesivo protagonismo en la liga. Parece ser que Sacramento Kings afrontará de nuevo un año en blanco. ¿Esperando una elección alta de Draft en 2015 que cambie el rumbo de la franquicia?
LOS ANGELES LAKERS: 27-55
La vergonzosa temporada pasada supuso el final de la etapa D´Antoni al frente del banquillo angelino. Concluida la misma el desfile de aspirantes a dirigir los Lakers era interminable, aunque la mayoría de ellos eran promovidos por la prensa, dado que muchos de ellos, no estaban lo más mínimamente interesados en obtener el puesto, lo cual dice claramente la situación en la que se encuentra la mítica franquicia de púrpura y oro. El elegido al final fue un viejo conocido, Byron Scott, quién vivió como jugador la época más gloriosa de los Lakers, y que tratará de devolver la ilusión a una afición con grandes aspiraciones.
En el mercado de agentes libres los Lakers no han sido capaces de obtener a ninguna de las principales estrellas disponibles, para mitigar este sonoro fracaso se han producido las llegadas de Carlos Boozer, y Jeremy Lin, ambos jugadores alejados de su mejor nivel de forma, y cuyo rendimiento ha dado mucho que hablar, negativamente, las últimas temporadas. Tan sólo la llegada de Wayne Ellington puede aportar algo de consistencia al equipo, si bien su rol no será principal en el equipo. Como en todos los equipos en reconstrucción los principales beneficiarios pueden ser los jugadores jóvenes, Ryan Kelly dio alguna pincelada la temporada pasada de lo que es capaz de ofrecer en la NBA, pero las grandes esperanzas residen en la figura del poste Julius Randle, procedente de Kentucky, un jugador del que se espera un rendimiento inmediato en la liga. ¿Su inestable cabeza aguantará el frenético ritmo nocturno, y las posibilidades de distracción que ofrecen Los Angeles?
Si bien el panorama no parece muy alentador, las señales que nos ha dado Kobe Bryant no invitan al optimismo. La principal referencia de los Lakers, y uno de los mejores escoltas de la historia de la NBA se encuentra saliendo de una larga lesión que parece condenarle físicamente respecto a las principales estrellas de la liga. Aún así su talento marcará las diferencias en estos Lakers, especialmente una vez que vaya afinando la puesta a punto necesaria para poder competir en condiciones en la NBA. Más dudas recaen sobre Steve Nash, un jugador que por lo que ha significado en la liga debería haber puesto punto y final a una exitosa carrera recompensada con dos MVP. Esta será su última temporada como jugador, y por desgracia parece que verá la mayoría de los partidos vestido de traje más que de corto, buen anticipo a lo que puede ser una carrera en los banquillos. Entre ambos jugadores asumen cerca de 34 millones de dólares en salario, una hipoteca nada beneficiosa para la franquicia que limita los posibles movimientos de cara al futuro próximo.
Pocas esperanzas hay depositadas en que Lakers hagan una buena temporada, y es que la hoja de ruta pasa por obtener otra elección alta en el draft el próximo verano que se una al fichaje de alguno de los mejores agentes libres que haya disponible en el mercado. El sueño de Kobe Bryant de retirarse con un anillo más pasa obligatoriamente por una radical reconstrucción en 2015. De momento esta temporada parece que Lakers volverán a ser el principal objeto de crítica, y burla en la NBA.
Por Alex Senra del Cerro
Entrenador superior baloncesto. Especialista en baloncesto USA
Analista NBA JGBasket