Con más de tres décadas de experiencia a sus espaldas, el actual seleccionador de Madagascar tiene claro que “antes de comenzar con una enseñanza pormenorizada y detallada de los diferentes fundamentos del baloncesto conviene que los jugadores experimenten e intenten acercarse personalmente a las respuestas tanto técnicas como tácticas”. En su libro Cómo formar al jugador completo. Esencias del baloncesto de ataquedisponible en Basketspirit– explica de manera detallada y muy clara, con ilustraciones y ejercicios, elementos del juego, los fundamentos técnicos y los puestos específicos.

Es importante evitar que los jugadores abandonen el baloncesto durante su etapa formativa. Para ello, es esencial que los jugadores participen, se diviertan, estén motivados y, a la vez, aprendan. Los jugadores cuando empiezan se centran instintivamente más en el ataque que en la defensa, lo que les importa es meter puntos. De ahí que si lo que les interesa es el bagaje ofensivo, habrá que dotarles de recursos para que puedan lograrlo de la mejor manera, siempre incidiendo en que se trata de un deporte de equipo y no individual, introduciendo el pase como un elemento esencial.

Si se analizan los elementos del juego, Manzano incluye los técnicos, tácticos, estratégicos, físicos, influyentes en la competición y reglamentarios. Estos elementos son fundamentales en la formación del jugador y es labor del entrenador ir mezclándolos en el entrenamiento en función de la edad de los jugadores. Lógicamente, en cada etapa deportiva, habrá elementos a los que dotar de mayor importancia, por ejemplo, en las edades tempranas considera que no se le debe prestar ninguna importancia a los factores intrínsecos de la propia competición (resultados, minutos de juego…), mientras que, en lo que se refiere a los elementos técnicos, los jugadores deben tener una atención constante y permanente.

En lo que se refiere a los puestos específicos, está claro que cada día se tiende a la versatilidad del jugador y ello se fomenta desde las edades tempranas, enseñando a todos los jugadores a hacer de todo. La organización en el juego se basará en el lugar en el que se encuentren los jugadores en cada situación, por ejemplo, los tres más cercanos al aro irán al rebote ofensivo y los dos más alejados harán el balance defensivo. Una forma de implicar a todos y mantenerles concentrados en el juego.

Uno de los aspectos más destacados del libro y que lo diferencian de otros de las mismas características es el gran número de ejercicios que ofrece al lector. Ejercicios sencillos y bien explicados que van aumentando el grado de dificultad y permiten al entrenador tener una gama amplia de ejercicios para trabajar el manejo de balón, el agarre, los pivotes, los pases, las recepciones, el tiro, el bote y las fintas.

Un buen libro tanto para entrenadores que están empezando como para aquellos que, a pesar de su experiencia, tengan alguna carencia a la hora de trabajar un fundamento concreto del juego. Además, es recomendable para aquellos jugadores que quieran entrenar por su cuenta y continuar con su mejora. En definitiva, un sinfín de ejercicios para que los jugadores aprendan divirtiéndose y sin que las sesiones se hagan repetitivas y aburridas.

 

Por Víctor Escandón Prada
Entrenador superior de baloncesto. Periodista
Gabinete técnico JGBasket

 

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