Armando Gómez, actual entrenador del cadete A del Real Madrid, con el que se ha proclamado recientemente campeón de España, volverá a aportar su experiencia y conocimientos en el Campus JGBasket. El técnico madrileño empezó su andadura en los banquillos en el colegio Cabrini, donde se había formado como jugador, para luego fichar por CREF ¡Hola! antes de recalar en Fuenlabrada, donde pasó por las categorías inferiores hasta llegar al primer equipo. Después de dirigir a varios equipos de LEB Plata (Murcia, Cáceres y Ourense) volvió al baloncesto de formación de la mano del club blanco.
Durante su trayectoria ha podido comprobar que la diferencia entre el baloncesto de élite y el de formación es que, en el primer caso, “es su trabajo y el objetivo del jugador es ganar y conseguir el mejor contrato posible para el próximo año”, mientras que en formación “el baloncesto tiene que ser un hobby, los jugadores tienen que disfrutar el día a día, vivir experiencias y equivocarse”. Eso influye a la hora de planificar los entrenamientos, aunque reconoce que este año con el Real Madrid cadete, “hemos hecho entrenamientos que se podrían hacer perfectamente con un LEB Plata por la calidad y el físico de los jugadores”. Eso sí, “nos hemos centrado más en desarrollar el talento y la toma de decisiones que en la mejora colectiva y la aplicación de sistemas, con el objetivo de que puedan desarrollarse y crecer como jugadores”.
Hace dos años, Armando Gómez se incorporó al grupo de entrenadores de JGBasket de la mano del director técnico del Campus, Fran Hernández y surgió el flechazo, porque “está enfocado 100% al baloncesto y los participantes pueden mejorar su juego de la mano de entrenadores con gran nivel y experiencia. Además, las charlas cuentan con grandes ponentes y existe una parte de competición muy atractiva, que hace los jugadores repitan de un año para otro y recuerden esa experiencia durante toda la vida”.
Uno de los fundamentos que más se trabaja en el Campus es el tiro, un aspecto “muy importante para el desarrollo del jugador, porque si tú no metes, no llegas arriba”. En ese sentido, “se les dan unas pequeñas pautas para que puedan poner en práctica y trabajar por su cuenta, porque la mejora en el tiro depende muchísimo de la repetición” y el verano es la mejor época para realizar algún cambio, ya que “el jugador puede echar horas y no tiene trascendencia el fallo como si lo pudiese tener durante la temporada, porque al principio los tiros no van a ir como el jugador quiere y si ve que en la competición no los mete, va a volver a su mecánica anterior”. La experiencia, como reconoce Gómez, “me ha demostrado que si un jugador tiene un tiro fluido y efectivo, no hay que cambiar nada, porque no hay una mecánica única y solo hay que fijarse en los grandes tiradores como Curry”.
En cuanto a la edad idónea para empezar a jugar al baloncesto no hay consenso y está demostrado que “cuando son pequeños es bueno que hagan multideporte para mejorar sus habilidades motrices. Además, es bueno que prueben otros deportes para saber qué se les da bien”. Vivimos en una época de inmediatez en la que los objetivos se tienen que conseguir ya, pero “esto es una carrera de fondo, nadie sabe dónde va a llegar jugando porque influyen muchos factores. Es verdad que es importante la táctica individual, sabiendo qué decisiones tienen que tomar en cada momento, porque cuanto antes tengan esas experiencias, es mejor para ellos, pero no hay que presionarles”. La mayor dificultad viene a la hora de elegir dónde jugar, “yo les animaría a jugar en un nivel un pasito por encima de lo que pueden dar, porque muchas veces por ganar más ligas se van a un club con un nivel muy superior y vienen las frustraciones. Es fundamental que los jugadores desarrollen su talento y no se comparen con otros, tienen que tener paciencia porque a esas edades, de un año para otro, puede haber muchos cambios, principalmente a nivel físico”.
Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete técnico JGBasket