Se acabó la época en la que Ayuntamientos o Comunidades Autónomas daban dinero a espuertas para sanear a los equipos de sus ciudades o provincias. Los tiempos han cambiado y las preocupaciones también. La gente prefiere que sus políticos se gasten el dinero en sanidad o servicios sociales antes que poner fin a una mala gestión de una directiva que pretendía ganar prestigio con el dinero de otros.

Bilbao ha demostrado, con el apoyo de la afición y la construcción de un nuevo pabellón, que apostaba por su equipo de baloncesto, pero ha dicho basta. Las necesidades económicas y sociales no permiten un desembolso tan grande y la solución tiene que buscarse en otro sitio. De momento, parece que la nueva directiva está dispuesta a pedir un crédito para pagar a sus jugadores. La descomposición de la plantilla puede ser un hecho en los próximos días, después de la salida de Kavaliauskas rumbo a Lituania, pero, por lo menos, el primer paso está dado y han conseguido desconvocar una huelga que podía haber dejado tocado y hundido al club. Eso sí, los jugadores se presentaron en Barcelona, pero con la cabeza puesta en otro sitio. Normal dada su situación y después de una semana llena de reuniones y promesas. Tendrán que ponerse las pilas si no quieren acabar sufriendo más de la cuenta.

Pero no es la única ocasión en la que se mezcla política y deporte. Sin ir más lejos, esta misma semana Mejri, el pívot tunecino del Real Madrid, recibió numerosas críticas desde su país por jugar en Israel ante el Maccabi, siendo acusado de ir contra su fe y avergonzar a sus familiares. Una situación tensa que, afortunadamente, acabó pasando prácticamente desapercibida.

La temporada avanza y cada vez queda menos para que los equipos puedan lograr sus metas. Aún así, son muchos los que siguen intentando dar con la tecla y retocar su plantilla para alcanzar los objetivos fijados. Rio Natura Monbus se ha descolgado en las últimas semanas en su lucha por meterse en playoffs, pero no puede descuidarse, ya que los de abajo vienen pisando fuerte y, como no quieren pasar apuros de aquí al final, han apostado por un valor seguro y con experiencia –Ricardo Guillén–, que ha abandonado la LEB Oro para reforzar su juego interior.

El Valladolid se aferra a las pocas opciones que le quedan de salvar la categoría deportivamente, ya que, luego como sabemos, el verano es muy largo y los equipos LEB, que han conseguido el ascenso, tienen que acabar renunciando al no poder hacer frente a los cánones y avales varios que pone la ACB. Por eso, de momento, los pucelanos han roto una racha de doce derrotas consecutivas y suman su tercer triunfo de la temporada a costa de una Bruixa d´Or que está pagando la juventud e inexperiencia de su plantilla y que continúa en puestos de descenso.

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Analista Liga Endesa para JGBasket

Foto: ACB Photo / C. Minguela

 

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