La filosofía de muchos entrenadores ha cambiado y no quieren mirar más allá del siguiente choque. Les conviene que sus jugadores estén concentrados en cada envite y evitar así relajaciones que pueden provocar, además de una derrota, una mala dinámica o generar dudas a la plantilla.

Laso, al más puro estilo Simeone, sabía de la importancia del derbi ante el Estu, más aún tras la derrota en Euroliga, y así se lo hizo ver a sus jugadores, ya que durante toda la semana la plantilla colegial lanzaba mensajes a su afición para tratar de hacerles felices con una victoria ante el eterno rival, acabando con su imbatibilidad, pero no pudo ser. El Madrid en la ACB es mucho Madrid.

Una historia similar a lo que sucede en Euroliga, aunque una derrota inesperada ante el Zalgiris le relegó al segundo puesto de grupo y a enfrentarse al Olympiacos –actual campeón de la competición–. Los blancos podían “elegir” rival, ya que jugaban sabiendo el resultado del CSKA. Ahí empezaron las cábalas y los “¿y si?” de los periodistas y aficionados. Hay quienes querían un triunfo que les consolidase en el liderato y medirse a Panathinaikos, sin embargo, otros preferían lo que, finalmente, sucedió. Su argumento era que el campeón de las últimas dos temporadas es más asequible a cinco partidos que en una hipotética final, recordando lo sucedido el año pasado. Sea como fuere, tanto el Madrid como el Barça, que se medirá al Galatasaray, tendrán eliminatorias duras. Eso sí, con el factor cancha a favor y si pasan el morbo estará servido, ya que se enfrentarían en semifinales.

En Barcelona habían entrado las dudas tras sumar tres derrotas consecutivas, pero las aguas han vuelto a su cauce, recuperando la senda del triunfo en la ACB y poniendo fin al nerviosismo creado. El que no pudo contener los nervios fue Schortsanitis, el enorme pívot griego se volvió loco cuando un aficionado mencionó a sus hijos y saltó a la grada a por él. Una imagen que ha dado la vuelta al mundo y que le puede salir muy cara a Sofo para el que piden ocho partidos de sanción, 11.000 euros y servicios comunitarios.

La ACB se ha puesto ya manos a la obra de cara al futuro y empieza a trabajar para vender su producto. El contrato con TVE llega a su fin y quieren sacar rentabilidad a la competición, de momento, se lo han ofrecido a varias cadenas privadas e, incluso, Movistar TV parece haberse mostrado interés en adquirir los derechos y emitir los partidos de pago, sin anuncios y en multicámara, como hace ya con las motos y la Fórmula 1. La pregunta es evidente, ¿estaría la gente dispuesta a pagar por una competición que en abierto no tiene casi audiencia? Además, existen varios problemas añadidos, por un lado, los horarios dispares de cada jornada, ya que los equipos de Euroliga pueden jugar de jueves o de viernes lo que condicionaría el horario de su choque en la ACB. Por otro lado, la próxima temporada no tendrían los derechos en exclusiva, los tendrían que compartir con la FORTA, lo que puede restar interés.

La crisis económica es un hecho y, aunque ningún club nacional se clasificase entre los ocho mejores de la Euroliga femenina, el baloncesto español ha estado muy representado (Nuria Martínez, Anna Cruz, Silvia Domínguez y el entrenador Roberto Íñiguez). Y por supuesto, las dos estrellas del equipo campeón: Alba Torrens (MVP del campeonato) y Sancho Lyttle (19 puntos y 12 rebotes en la final). El baloncesto femenino español goza de muy buena salud.

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Analista Liga Endesa para JGBasket

Foto: ACB Photo / A. Martín

 

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