Gran victoria del equipo blanco (91-79) en el segundo partido para remontar la eliminatoria, sobreponiéndose a un ambiente hostil, un arbitraje casero y a las bajas. Carroll (22 puntos), en la primera mitad, y Thompkins (17 puntos) y Llull (21 puntos), en la segunda, lideraron a los españoles. Quinto título Intercontinental para las vitrinas madridistas.

El campeón de la Euroliga entró muy metido en el partido, conocedor de las virtudes y defectos del Baurú. La entrada de Felipe Reyes en el quinteto titular era una declaración de intenciones con el objetivo de frenar la productividad ofensiva rival. Los brasileños no iban a cambiar el guion que tan bien les había funcionado en el primer choque y su primera opción pasaba por el lanzamiento de tres. Laso ajustó bien la defensa para que los tiros no fuesen tan cómodos y los anfitriones tardaron más de cinco minutos en anotar su primer punto.

Un 12-0 de inicio que parecía encarrilar el duelo para los blancos, pero el Baurú ya ha demostrado ser un equipo de rachas. Los árbitros pitaban la primera técnica al banquillo madridista y Hettsheimer anotaba su primer triple para responder con un parcial de 3-11. Un gran Carroll, con 10 puntos en el primer cuarto, y el triple a tabla sobre la bocina de Nocioni cerraban los primeros diez minutos con una cómoda renta para los españoles (24-15).

El partido iba a tirones y a cada intento de escapada del Real Madrid, los de Guerrinha tiraban de manos en defensa y de la ayuda arbitral para igualar el marcador con otro parcial de 1-11. Los blancos se iban desesperando, ataque tras ataque, con la permisibilidad de los colegiados hasta el punto de que un gesto del Chacho, tras anotar un tiro libre, le costó ser descalificado. Otro contratiempo más a sumar a las bajas de Taylor y Rudy. A pesar de todo, lejos de venirse abajo, los pupilos de Laso, de la mano de Llull, reaccionaron y consiguieron mantener la ventaja al descanso (49-40).

Si el Real Madrid quería alzar la Intercontinental tendría que pelear cada canasta en esta segunda mitad. Los triples seguían siendo la primera baza de los brasileños, pero sólo Fischer (26 puntos) parecía acertado desde el 6.75, mientras que Hettsheimer sumaba desde el tiro libre. La ausencia de jugadores exteriores obligó a Laso a utilizar a Nocioni de tres. Los blancos dominaban el rebote con claridad (41capturas por 21 de su rival), permitiéndoles realizar transiciones rápidas y volver a dar un tirón al marcador (66-57).

El último cuarto arrancaba con un gran reto para Doncic, el joven canterano se veía obligado, por una mala caída de Llull, a dirigir al equipo blanco. Álex García, prácticamente desapercibido durante el resto del encuentro, calentaba su muñeca y el Baurú se acercaba en el electrónico. Ahí surgió la figura de un colosal Thompkins, excelente fichaje para el juego interior, y coincidió con la reaparición en pista de Llull. El menorquín entró eléctrico y, con dos triples consecutivos, rompió definitivamente el partido (80-68). El Real Madrid arranca la temporada como acabó la anterior, levantando títulos.

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista y entrenador superior de baloncesto
Analista JGBasket

Foto: FIBA Américas

 

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