El fallecimiento de David Stern, ex comisionado de la NBA durante 30 años, a principios de 2020 fue un auténtico shock y quedó, en parte, eclipsado por la muerte de Kobe Bryant. Stern llegó a la NBA en una época de crisis y consiguió transformarla de manera eficaz, siendo el artífice de los años de máximo esplendor de la liga norteamericana.

Su carácter amable y cercano, junto a su ética de trabajo empezó a forjarse en el negocio familiar, el Stern’s Deli, una tienda ubicada en el barrio de Chelsea (Nueva York), en la que estuvo trabajando tras el mostrador cuando salía de la escuela. Sus padres trabajaron duro y se sacrificaron, cerrando el negocio solo dos días al año y abriendo más horas que los supermercados cercanos para poder ofrecer a su hijo una buena educación y una mayor libertad para elegir su futuro. Esos inicios le sirvieron para no perder la perspectiva y buscar lo mejor para todas las partes.

Después de graduarse en la prestigiosa facultad de Derecho de Columbia en 1996, Stern estuvo siempre vinculado a la NBA, primero como asesor externo de algunas franquicias antes de convertirse, en 1978, en el asesor legal de la liga. Su buen hacer en los despachos, le sirvió para ser nombrado vicepresidente ejecutivo, con la clara idea de que impulsase una competición en franca decadencia.

El 1 de febrero de 1984 fue elegido comisionado de la NBA, cargo que ostentaría durante tres décadas. Desde su llegada tuvo claro que había que cambiar el enfoque y convertir la NBA en un negocio global, a través de una gran gestión y una visión comercial, apoyándose en las grandes estrellas. Aprovechó la rivalidad entre Magic Johnson y Larry Bird para convertirles en ídolos de una sociedad poco atraída por el baloncesto, dividiendo a los aficionados entre Lakers y Celtics, consiguiendo atraer al público blanco a una competición considerada “de negros”.

Como si de una premonición se tratase, el primer draft de la era Stern es considerado el mejor de la historia de la NBA, con jugadores legendarios como Hakeem Olajuwon, Michael Jordan, Charles Barkley y John Stockton, que darían un nuevo impulso a la liga, convirtiéndola en lo que es hoy en día. Las estrellas emergentes sirvieron para lograr atraer a aficionados de todo el mundo, que se fueron identificando, cada vez más, con la NBA al ver como se empezaba a apostar por los mejores jugadores extranjeros, abriéndose a nuevos mercados y aumentando sus ventas. Un clarísimo ejemplo fue el impacto que causó la llegada de Yao Ming.

Durante su mandato, continuando con su apuesta de lograr que la NBA funcionase como una empresa, estableció los límites salariales y los impuestos de lujo para nivelar los gastos, conseguir un equilibrio económico y una mayor igualdad entre las diferentes franquicias. Con estas propuestas consiguió frenar la crisis económica, consiguiendo que algunos equipos –Knicks, Lakers y Bulls– pasasen de estar al borde de la quiebra a revalorizarse, ampliando, con su marcha en 2014, el valor medio de cada franquicia en un 55%.

El nuevo modelo de negocio de la NBA pasaba por limpiar su imagen y uno de los grandes problemas era el consumo de drogas. A finales de los 70 y principios de los 80 el consumo de sustancias estupefacientes estaba a la orden del día y eran bastantes jugadores los que lo hacían. El punto de inflexión llegó con la muerte de Len Bias, una futura estrella de la NBA que murió por sobredosis de cocaína, día y medio después de ser elegido por los Boston Celtics en el número dos del draft de 1986. Stern, que ya se había mostrado intransigente desde su llegada, consiguió erradicarlas con suspensiones vitalicias, siendo los dos primeros sancionados John Drew (Utah Jazz) y Michael Ray Richardson (New Jersey Nets).

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete técnico JGBasket

Foto: NBA Photo

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