Conocedor de la importancia de saber vender bien un producto, Stern no quiso perder la oportunidad de mostrar a “sus” jugadores en el evento deportivo más visto del planeta y peleó porque los jugadores profesionales participasen en los Juegos Olímpicos. Y lo consiguió. La selección estadounidense acudió a Barcelona con las estrellas de la NBA –Michael Jordan, Larry Bird, Magic Johnson, Charles Barkley…–, un Dream Team que se convirtió en historia del deporte y que hizo disfrutar a los aficionados del mejor baloncesto que se recuerde.

Su idea de expandir la NBA propició la creación de siete nuevas franquicias: Miami, Charlotte, Orlando, Minnesota Toronto, Vancouver –posteriormente, Memphis–y New Orleans. Por primera vez, se traspasaban las fronteras de los Estados Unidos con dos equipos canadienses. En 2010, la NBA compró la franquicia de los New Orleans Hornets para asegurar su estabilidad, gestionándola dos años hasta que encontraron comprador. Durante ese tiempo, se produjo, por parte de la propia NBA, el veto del traspaso de Chris Paul de New Orleans a Lakers. Además, multiplicó por 40 los derechos televisivos y amplió el negocio de la NBA a otros mercados, abriendo trece oficinas a lo largo del planeta y consiguiendo que se disputen fuera de Estados Unidos y Canadá, no solo partidos de pretemporada sino también de temporada regular.

Durante toda su vida, siempre demostró una especial sensibilidad con los problemas sociales y personales que rodeaban a los jugadores. Stern tuvo que abordar una gran crisis cuando Magic Johnson tuvo que retirarse al contraer el VIH. El comisionado, ofreciendo su imagen más comprometida, estuvo en todo momento a su lado, aprovechando esa oportunidad para calmar y educar al mundo, cambiando la imagen que, por entonces, se tenía del SIDA. Cuando Magic quiso regresar a las canchas, tras dar positivo, la idea fue recibida con miedo y desconfianza por parte de jugadores y propietarios. Ahí entró la NBA, de la mano de su comisionado, para realizar una importante campaña de concienciación, con médicos especializados, para despejar las dudas que tuviesen y acabar con ese temor al contagio al más mínimo roce. Todo un éxito que sirvió para cambiar el concepto que se tenía de la enfermedad.

La cara más comprometida del comisionado la volvió a mostrar cuando decidió dar su apoyo a John Amaechi, que en 2007, ya retirado, anunció públicamente su homosexualidad, siendo el primer jugador de la NBA en hacerlo, señalando al respecto que “la sexualidad de los profesionales no es importante, ya que la única cuestión que deben responder es si pueden ser capaces de jugar como profesionales al baloncesto”.

A lo largo de sus tres décadas al frente de la NBA, también hubo momentos complicados, sobre todo en los en los periodos de cierre patronal (1995, 1996, 1999 y 2011), que resolvió con maestría, demostrando que era un gran negociador, mediando entre propietarios y jugadores para evitar que se suspendiese una temporada completa la competición, como sí sucedió en otros deportes.

En 2005, quiso lavar la imagen negativa que estaba proyectando la NBA, con jugadores acudiendo a los partidos vestidos como raperos. Para combatirlo, creó un código de vestimenta que alejase ese estereotipo de la sociedad, pero no solo afectaba a aquellos como Iverson que vestían como auténticos malotes, con ropa tres tallas más grande y llenos de collares y joyas, pero también lo extendió a aquellos que iban con ropa de andar por casa. La NBA estaba creciendo y había muchos millones de patrocinadores en juego como para no imponer una forma de vestir más acorde con los aficionados.

David Stern dejó de ser comisionado de la NBA, el 1 de febrero de 2014, siendo sustituido en el cargo por su hombre de confianza y mano derecha, Adam Silver. Desde su retirada era accionista en una decena de startup, dedicadas a la realidad virtual aumentada y aplicadas al deporte, sobre todo al baloncesto, permitiendo, de forma interactiva y en tiempo real, añadir información de los jugadores como sus niveles de ácido láctico o las pulsaciones a la hora de lanzar un tiro libre. Hasta su fallecimiento, siempre demostró ser un adelantado a su tiempo.

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete técnico JGBasket

Foto: NBA Photo

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