“El ataque gana partidos, la defensa campeonatos”, con estas palabras Chuck Daily, entrenador de los míticos Detroit Pistons –más conocidos como los Bad Boys–, ganadores de dos anillos (1989 y 1990), dejaba claro que en el baloncesto moderno, el compromiso defensivo es el que, al final, acaba dando los títulos. Lo que está claro es que cualquier sistema defensivo tiene que contar con una serie de conceptos básicos que lo configuren.

En primer lugar, podemos destacar el balance defensivo. No podemos conceder al rival canastas fáciles. Para ello, hay que tratar de anticiparse al contraataque, bajar corriendo a defender el aro sin perder de vista el balón, tratar de parar el balón –llegando a valorar incluso hacer falta– y comunicarse con los compañeros para ajustar el balance.

La comunicación es fundamental en cualquier buena defensa. Es esencial tener un lenguaje común que todos conozcan con frases cortas y claras y que les permitan avisar de los bloqueos o de los cambios defensivos. Además, tiene que fomentarse el uso del lenguaje en los entrenamientos porque si se entrena en silencio es difícil que luego en los partidos los jugadores se comuniquen.

Se tiene que presionar al jugador con balón, no dejándole pensar ni permitir que pueda realizar pases o tiros cómodos. Hay que estar lo suficientemente cerca de él para que no pueda tirar con facilidad, pero dejando la distancia necesaria para que no rompa a su defensor con un simple bote. El uso de las manos también es importante no para parar al atacante sino para mantener una presión constante e intentar molestar e, incluso, interceptar algún balón.

Es importante evitar las penetraciones a canasta tanto del jugador que bota como del que corta al aro. Cuando el defensor está pendiente del jugador con balón y éste no ha dejado de botar, tiene que seguir en tensión y evitar ser superado por las fintas del rival, utilizando el paso de caída y obstruyendo a su rival, obligándole a que no vaya en línea recta y tenga que dar un rodeo. En lo que se refiere al defensor del jugador sin balón, debe estar colocado en una posición que le permita ayudar a su compañero si es superado y, al mismo tiempo, estar preparado para impedir el corte. Para ello, tiene que ponerse en la trayectoria del atacante, evitando que le corte por delante de su cara y que vaya directo a canasta.

Y por último, impedir segundas opciones de tiro. Hay que concienciar a todos los jugadores que bloqueen el rebote, chocando primero con su atacante y luego yendo a por el balón. En la mayoría de las ocasiones, el jugador que coge el rebote es el que más desea capturarlo, hay que atacar el rebote. Pero esto no es suficiente. También hay que estudiar los lanzamientos, por lo general, los tiros más alejados producen rebotes largos y, estadísticamente, los tiros realizados desde el lateral suelen ser capturados en el lado débil en un 70% de las ocasiones.

A estos conceptos, cada entrenador puede sumar los que considere también esenciales en su filosofía defensiva, pero, básicamente, aquí hemos agrupado los que creemos que son fundamentales, esperando que sean de gran ayuda para aquellos entrenadores que quieran configurar sus conceptos defensivos.

 

Por Víctor Escandón Prada
Entrenador superior de baloncesto y periodista
Gabinete técnico JGBasket

Publicada el: 3 noviembre 2013 19:30 pm
Revisada  el: 27 Agosto 2015 a las 09:30

[Visitas 83, visitas totales web 384124]