Hemos hablado muchas veces del contraataque y cómo ejecutarlo, pero ahora vamos a ir un paso más allá y explicar los espacios que tiene que ocupar cada jugador para obtener la mayor ventaja posible y conseguir anotar con facilidad. Indudablemente, habrá variantes en función de quién coja el rebote o dependiendo de en qué parte del campo se encuentren los jugadores, pero tienen que tener bien claro hacia donde se tienen que dirigir cuando su equipo haya recuperado el balón.

Partimos de varias premisas claras, uno es el jugador que pide el primer pase, los dos aleros correrán bien abiertos pegados a la banda y, por último, un pívot caerá al poste bajo y el otro quedará abierto en el triple, en este sentido, lo más normal es que el que coja el rebote, sea el que se abra y el otro el que caiga al poste, ya que, en teoría, podrá salir antes hacia el campo contrario, pero tendríamos también que considerar las virtudes de cada uno de nuestros jugadores a la hora de asignarles dicho rol.

La primera de las opciones, es que el base se abra a la altura del triple y reciba el pase del poste tras un tiro o una recuperación, siendo él, el que lance el contraataque y también lo finalice. Suele ser una de las opciones menos frecuentes, porque cualquier rival suele, por lo menos, conseguir salir a parar al base, pero por las circunstancias del juego o del balance defensivo, puede darse esta situación.

Las finalizaciones de los aleros son la situación más frecuente en el contraataque, para ello tienen que correr bien abiertos, pegados a la banda. El base tras recibir el balón, lanza un pase largo a cualquiera de los dos exteriores, lo que suele desembocar en una entrada a canasta o un tiro liberado. Cada vez es más normal que el alero, si tiene un defensor metido en la zona, pueda pararse y tirar de tres.

Es importante que tengamos un jugador interior que corra el primero el contraataque porque obtendrá muchísima ventaja. Podemos jugar tres situaciones con él, bien si sale muy rápido, que el balón le llegue directamente desde el base. También puede ser que el balón haya llegado al alero y este aproveche el corte del poste para dárselo y que sea quien finalice.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por último, la finalización de 5 puede llegar tras un pase desde el poste alto de 4, que ha recibido abierto y con ventaja. En esta situación, si nuestro 4 es buen tirador también puede ser él quien acabe el contraataque con un tiro o pudiendo penetrar a canasta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Con estas variantes, involucramos a todos los jugadores a la hora de poder finalizar un contraataque, lo que les hace estar en tensión y muy atentos para ocupar bien los espacios cuando recuperen el balón, con la clara intención de sacar el mayor beneficio.

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete técnico JGBasket

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