Cada vez los jugadores empiezan antes a practicar baloncesto –último año de infantil y primero de primaria– con lo que los entrenadores nos frotamos las manos pensando que si comienzan tan pronto, en benjamines ya habrán aprendido a botar y entrar a canasta. Esa creencia para mí es falsa. ¿Cuántas veces habremos oído aquello de este chaval haga el deporte que haga se le va a dar bien? ¿A quién no le ha pasado que le venga un niño nuevo en minibasket y destaque por encima de compañeros que llevan dos años jugando? El motivo principal no es otro que su coordinación.

Los jugadores tan pequeños lo primero que tienen que aprender es a controlar y coordinar su cuerpo. Para esos entrenadores que empiezan y se desesperan porque enseñan a sus jugadores a entrar a canasta, poniéndoles aros en el suelo para que den un paso y luego otro, y no consiguen que sean capaces de acertar con el primer paso o de dar sólo dos, no es un problema de la capacidad de los niños, sino de su falta de coordinación. Sucede lo mismo cuando queremos que corran, muchos arrastran los pies, pero hay que ser conscientes de que para que corran, primero tienen que saber andar.

Excepciones hay en todos los sitios, pero, por desgracia, en muchas ocasiones, los entrenamientos se convierten en clases de educación física, ya que, por mi experiencia, en muchos colegios, dicha asignatura se convierte en un mero trámite para el profesor, que no está especializado en educación física y que apura las pocas horas que tiene a la semana en darles un balón para que jueguen o a hacer juegos. Por suerte, la tendencia está cambiando en los últimos tiempos y se apuesta más por mejorar la psicomotricidad y coordinación de los niños. Hay entrenadores que ven en el atletismo el complemento perfecto en la iniciación de los más jóvenes al deporte.

Por eso, es importante que, en estos primeros años, se trabaje más con ellos otros aspectos que los estrictamente deportivos. Eso sí, no hace falta obviar el balón, podemos trabajar con ellos agarre, coordinación de salto, disociación de manos y pies, usando la pelota. Lo que les permitirá divertirse, entrenar e introducirse en el mundo del baloncesto. Como veis no hacen falta medios técnicos para conseguir un trabajo de calidad. Lo que no podemos es caer en la decepción porque no les salgan las cosas, tendremos que intentar conseguir el mismo objetivo, variando el camino.

Desde JGBasket, queremos haceros reflexionar y conocer vuestra opinión sobre cómo afrontáis los primeros años de entrenamiento de los jugadores. ¿Sois partidarios de que practiquen sólo baloncesto o preferís que lo compaginen?, ¿apostáis por un entrenamiento basado en el volumen de repeticiones o por buscar alternativas para lograr el mismo objetivo?

 

Por Víctor Escandón Prada
Entrenador superior baloncesto y periodista especialista en baloncesto
Gabinete técnico JGBasket

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