Siempre insistimos a nuestros jugadores que no miren el balón cuando botan, ya que por muy bien que lo hagan, si lo miran no obtendrán ninguna ventaja. Pero en el baloncesto la mirada va más allá del simple hecho de observar y cumple otras funciones básicas dentro del juego como comunicar, conectar con los compañeros y engañar al defensor.
Por eso, las gafas limitadoras de visión son una herramienta perfecta para trabajar estos aspectos del juego a la vez que nuestros jugadores dominan el bote de balón sin saber que lo están haciendo. Si son capaces de acostumbrarse a no mirar el balón, tendrán mucho ganado. Por eso, el uso de las gafas cumple una función esencial que permite al jugador centrarse en otros aspectos.
Os ofrecemos una serie de ejercicios con los que poner en práctica estos consejos. Además, como ya venimos incidiendo en otros artículos, son ejercicios sencillos que el jugador puede realizar por su cuenta en cualquier sitio y momento.
Para empezar, podemos realizar un ejercicio básico de manejo de balón. En estático, bote con una mano, con la otra, cambios por delante, entre las piernas, por la espalda. Alternándolos, por ejemplo, cada diez botes. Luego, realizaremos el mismo trabajo, pero en movimiento, desplazándonos tanto hacia adelante como hacia atrás, fijando un punto concreto en el que clavar nuestra mirada para evitar mirar el balón. Si contamos con la ayuda de alguien, nos puede ir marcando números con la mano, lo que le obligará a mantener la concentración.
También podemos realizar ejercicios de autopases, utilizando una pared. Al igual que antes, fijamos un blanco donde lanzar el balón y, tras dar un par de botes, introduciendo algún cambio de mano, hacemos el lanzamiento. Es importante incidir en que esté mirando siempre el blanco que han fijado y se olviden de mirar el balón. Con dos jugadores podemos trabajar el mismo ejercicio, pero obligando al pasador a mirar a su compañero, que puede ir desplazándose por la pista.
El primer pase de salida de balón al contraataque es un aspecto que también podemos trabajar con las gafas limitadoras. Por ejemplo, en una situación de 2×0, el jugador obligado a soltar el primer pase, puede hacerlo directamente o tras bote. En el caso de hacerlo tras bote, las gafas obligan al jugador a que no mire el balón y vea la situación de su compañero que sale al contraataque.
Cualquier ejercicio es bueno siempre que tengamos claro cuáles son los objetivos a desarrollar y los llevemos a cabo. Por tanto, las gafas limitadoras son un buen material para ayudarnos en nuestra mejora individual.
Por Víctor Escandón Prada
Entrenador superior baloncesto
Gabinete técnico JGBasket
Foto Campus JGBasket
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Publicada el: 25 Ago de 2013 @ 22:33