Casi todos los que hemos jugado al baloncesto durante años hemos tenido alguna vez un esguince de tobillo, de mayor o menor intensidad. Suele producirse por pisar sobre una superficie irregular tras un salto o dar un mal paso. Lógicamente, lo mejor antes que tener que trabajar su recuperación es prevenirlos.
Para ello, es aconsejable usar un calzado adecuado, fortalecer el tobillo con ejercicios de propiocepción y, sobre todo, a pesar de la costumbre de muchos jugadores de usar tobilleras después de haber sufrido un esguince, la mayoría de los fisioterapeutas recomiendan no usarlas, a menos que el jugador tengan una gran laxitud o inestabilidad de tobillo, ya que impiden el movimiento normal y generan dependencia. A pesar de tomar las precauciones necesarias, nada impide que nos podamos hacer un esguince. Evidentemente, lo primero es curarlo bien, ya que si no lo hacemos, lo más normal es que se vuelve a sufrir un nuevo esguince.
En cuanto al trabajo que podemos hacer por nuestra cuenta, después de haber acabado la rehabilitación con el fisio, para fortalecer el tobillo y ganar confianza en la vuelta a las canchas, nos encontramos con ejercicios sencillos, pero muy efectivos. Para empezar, el trabajo de equilibrio sobre una pierna. Nos colocamos con todo el peso del cuerpo apoyado sobre la pierna con el tobillo afectado, manteniendo una ligera flexión de la rodilla, intentando en todo momento mantener una posición fija y equilibrada. El siguiente paso de este ejercicio, sería realizarlo, realizando el apoyo sobre una superficie inestable, por ejemplo un BOSU, pero como habrá jugadores que no puedan disponer de él, les basta con cerrar los ojos y tratar de mantener el equilibrio.
Otro ejercicio que podemos realizar es la de elevar los talones y trabajar sobre las punteras, subiendo y bajando lentamente, pudiendo incluso poner peso sobre los hombros para tener una mayor resistencia. También podemos usar una colchoneta no muy gruesa y caminar por el borde, metiendo medio pie en la colchoneta y el otro dejarlo en el aire, manteniendo el equilibrio y evitando que toque el suelo.
Por último, podemos hacer un trabajo en círculos con el tobillo. Tumbados y con la pierna estirada, trabajamos en círculos, moviendo el tobillo primero hacia un lado y luego hacia el otro. En la misma posición, podemos doblar el pie hacia nosotros y luego estirarlo. El número de repeticiones puede oscilar entre cinco y quince por pie y con descansos. Antes de hacer algo que no estemos seguros si será beneficioso para nuestro tobillo, es bueno preguntárselo al fisio y consultarle también el trabajo a realizar o el nuevo de repeticiones. Sabemos que todo lo que hagamos para evitar lesiones o recuperarnos de la mejor manera posible, nos permitirá disfrutar del baloncesto.
Por Víctor Escandón Prada
Entrenador superior de baloncesto. Periodista
Gabinete técnico JGBasket
Publicado el: 14 Feb 2017 a las 00:02