Hablábamos en un artículo anterior de la intensidad defensiva y cómo conseguir que nuestros jugadores ataquen el balón y no se limiten a acompañarlo o retroceder con él. En esta ocasión, desde JGBasket, vamos a ofreceros una serie de ejercicios donde poder trabajarlo para conseguir que nuestros jugadores empiecen a crear unos buenos hábitos defensivos.

Lo primero que tenemos que hacer es darle valor al trabajo defensivo y, para ello, nada mejor que reconocérselo a los jugadores a base de puntos. El carácter competitivo es innato en la mayoría de los jugadores y parece que si no gana nadie, el ejercicio es más irrelevante o no se le da la misma importancia. Premiemos también a los que defienden y no solo a los que meten canastas. Está claro que al marcador solo suben los puntos conseguidos tras anotar, pero si no hay un buen trabajo defensivo detrás, va a ser difícil superar al rival.

No hace falta contar con una canasta para comenzar a entrenar la defensa al jugador con balón. Estamos hablando de jugadores que empiezan a jugar, por lo que tenemos que proponer ejercicios sencillos y, a la vez, útiles. Seguro que la mayoría, en alguna ocasión, hemos hecho el siguiente ejercicio, pero no está de más recordarlo. Todos los jugadores con balón, delimitados en un espacio del campo –medio campo, triple, zona–, cuanto más pequeño, más dificultad tendrán los jugadores. El objetivo es que sin dejar de botar, vayan a robar el balón de los rivales y lo echen fuera del espacio delimitado, sumando un punto cada vez que lo logren.

Muchas veces, los jugadores más jóvenes no son capaces de entender el concepto de defender la canasta. De ahí que podemos hacerles proteger algo más tangible y material como puede ser, por ejemplo, un cono. Delimitaremos el espacio con otros cuatro conos y colocaremos, en el centro, el cono que tienen que defender. Para facilitarles, inicialmente, el trabajo, el atacante solo podrá pasar por el lado que le indiquemos para tocar el cono. Según vayamos avanzando, podemos permitir que el atacante tenga más puertas de entrada.

Para que haya tensión durante el ejercicio, podemos dar un tiempo limitado de cinco segundos, que se puede ir aumentando o reduciendo, según consideremos. Los dos jugadores saldrán a la vez y el defensor tendrá que ponerse delante del atacante para evitar que alcance su objetivo. Si el atacante toca el cono, suma un punto, mientras que si el defensor evita que lo toquen, es él quien suma el punto.

Para terminar con esta serie de ejercicios, os proponemos uno en el que vamos a utilizar ya la canasta. El defensor se coloca detrás del atacante –ambos mirando hacia la canasta–, que está botando el balón y va a robárselo. El atacante no ve cuando viene el defensor y, sin moverse, lo más que  puede hacer es ir cambiándolo de mano. Una vez que lo roba, el jugador ataca la canasta, mientras que el que estaba botando es el que tiene que ir a defender.

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete técnico JGBasket

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