En un artículo anterior hablamos sobre el juego mano a mano y la importancia que ha vuelto a tomar desde que la línea de tres puntos se ha alejado a 6,75 metros, ya que se ha generado un mayor espacio para jugar este tipo de situaciones.
Desde pequeños ya los jugadores cuando un compañero tiene el balón y para de botar, todos se acercan a él. Aprovechemos esta inercia para crear una ventaja en nuestro juego y no, una más que probable, pérdida de balón. Hagamos ver a nuestros jugadores que no tienen que acercarse todos al balón, que con uno que vaya es suficiente y que los otros tienen que abrirse bien para crear espacios.
Comenzaremos con un ejercicio básico de 2×0 en el que una de las filas tendrá balón y la otra tendrá que trabajar para recibir frontalmente y, a partir de ahí, jugar una situación de mano a mano. Es importante insistirles en varios aspectos, principalmente en dos. El primero, que el jugador que recibe mire al aro y no dé directamente la espalda a su defensor, porque si no ve lo que tiene alrededor, puede perder opciones de pase al resto de sus compañeros.
En segundo lugar, que trate de no botar nada más recibir. Esto es importante porque el mano a mano puede no salir y se quedan sin opciones de atacar él. Esto mismo que les explicamos cuando comienzan a trabajar con situaciones de bloqueo directo, ya que si les vienen a poner un bloqueo y ya han botado, se reducen mucho las opciones de ventaja.
En este ejercicio podemos meter varias variantes a la hora de finalizar que nos sirvan para emplearlas luego en la situación de 2×2. Hay que hacer ver al jugador que recibe el pase para jugar el mano a mano que, una vez que su compañero venga a por él, continúe a la canasta porque puede ser él, el que tenga la ventaja. También puede darse el caso de que el jugador que recibe el pase, cuando su compañero se acerca a él para realizar el mano a mano, vea que su defensor se quiere anticipar, siendo él quien ataque la canasta, pero para ello es preciso que no haya botado antes.
Pasamos ahora a un ejercicio de 2×2, en el que el defensor pasará el balón arriba y tanto él como su compañero irán a defender. Pondremos como condición que el atacante que recibe el primer pase ha agotado el bote, exigiendo a su compañero a que trabaje para recibir y, a partir de esa recepción, jugar el mano a mano. Dejaremos libertad a la defensa para que sean los atacantes los que tengan que ver dónde tienen la ventaja y actuar en consecuencia.
Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete comunicación JGBasket