Han pasado ya cuatro temporadas desde que la FIBA introdujese el paso 0 y parece que todavía hay entrenadores reacios a introducirlo en sus sesiones, algunos por desconocimiento a la hora de explicarlo y otros, porque no creen en ello, limitando muchísimo a sus jugadores técnicamente y dejando en inferioridad de condiciones respecto al resto.

Es verdad que puede llamar la atención y chocarnos ver acciones nuevas que, durante tantos años, evitábamos enseñar porque eran pasos, pero hay que evolucionar con las reglas y si nos quedarnos anclados en el pasado, va a ser contraproducente para nuestros jugadores. Por eso, desde JGBasket os vamos a explicar una serie de ejercicios sencillos con los que enseñar el paso 0, llevando a cabo una progresión de menos a más.

Lógicamente, es más difícil enseñárselo a los jugadores cuando ya tienen unos conceptos adquiridos previamente que les condicionan a la hora de ejecutarlo. Uno de los objetivos del paso 0 es dar velocidad al juego, por lo tanto, el jugador tiene que asimilarlo para ganar confianza y sacar ventaja con él. Si duda a la hora de recibir el balón y frena su avance para marcar los apoyos y no cometer pasos, no va a sacar ventaja.

Por tanto, lo más fácil será que en un principio aprendan a coger el balón en carrera sin necesidad de frenarse. Tienen que perder el miedo a frenarse y una vez que lo consigan, ya podemos hacer hincapié en que recepcionen el balón con un pie apoyado en el suelo. Para trabajarlo, ponemos a los jugadores en dos filas en las esquinas del medio campo, hacemos que se hagan un autopase, lanzando el balón hacia delante para, con un pie apoyado, cogerlo en carrera, sin frenarse ni dar pasos cortos para que no pierdan la velocidad. Después, un par de botes y que finalicen a canasta.

Lo ideal sería que finalizasen con paso 0, porque aunque, en teoría, ya lo teníamos que haber entrenado si hemos trabajado las entradas a canasta, tanto si es un equipo benjamín que empieza, a los que resulta absurdo enseñarles de la manera clásica –con dos pasos–, como si se trata de un equipo de canasta grande que ya aprendió a entrar dando solo dos pasos. El trabajo es similar, ya que tienen que coger el balón sobre un apoyo y luego dar los dos pasos para finalizar.

Podemos entrenar estas situaciones, poniendo las filas en el triple, haciéndose un autopase hacia delante y cogiendo el balón y desde el paso, sin botar, dar los dos pasos para finalizar. Es importante que sean conscientes de que el paso 0 les va a permitir ganar espacio y eso lo consiguen cogiendo el balón para saltar y no al revés, saltar a coger el balón.

El siguiente escalón en la progresión es trabajarlo en las salidas. Hay que recordar que para que exista la posibilidad de aplicar el paso 0, el jugador debe recepcionar el balón en movimiento. A partir de ahí, tras dar el paso 0, el jugador –esta es la gran diferencia, ya que antes no podía levantar el pie de pivote antes de botar– puede dar el primer paso, teniendo que soltar el balón antes de tocar el suelo con el paso 2. Un buen ejercicio es, partiendo desde el triple a la altura del tiro libre, colocar dos filas, todos con balón menos el primero de una de ellas. El jugador sin balón trabaja para recibir, frontal a la canasta, el pase del primero de la otra fila y salir, utilizando el paso 0, con bote, pudiendo ir alternando salida directa, cruzada, en reverso…

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete técnico JGBasket

 

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