Ya está próximo el verano y con él, una edición más del Campus JGBasket. Con la idea de seguir creciendo en la formación de jugadores, en esta ocasión, contaremos con Víctor Hernández Gómez, preparador físico del Viten Getafe de LEB Plata, que se encargará de dirigir, cada día, sesiones de 30 minutos con cada grupo de trabajo, en las que se alternarán fuerza, resistencia, coordinación y velocidad.

El objetivo, como señala el propio Hernández, es que, durante los entrenamientos, “aprendan ejercicios que puedan hacer luego por su cuenta durante el resto del año y, lo más importante, que los hagan bien, porque hacer mal los ejercicios es peor que no hacerlos”. El trabajo no sólo está destinado a desarrollar su forma física sino también para “prevenir lesiones”.

El trabajo para prevenir lesiones resulta esencial porque, aunque parezca lógico, “si no estás lesionado, puedes jugar, que es, básicamente, para lo que se entrena”. Muchas veces las lesiones se producen por una debilidad física. Por eso, durante el Campus, “les enseñaremos, además del trabajo concreto, algo fundamental, aprender a respirar”. La respiración es “esencial en la correcta ejecución técnica de cualquier ejercicio” y, por tanto, si no saben cuándo expulsar el aire, no habrán trabajado bien.

Si bien es cierto que cada jugador tiene una edad madurativa fisiológica diferente, lo normal es que los más jóvenes tengan “la velocidad y la flexibilidad innatas”, aún así hay que seguir trabajándolas para no perderlas y seguir mejorándolas. Lo que sí se pierde con la edad y hay que entrenar, ya que es básico para el baloncesto, es la “fuerza explosiva”. Y para ello, se pueden “usar desde gomas a balones medicinales”. Hay que enseñar a los jugadores “qué trabajo se aplica para cada situación”.

Otro problema que nos encontramos, cuando se habla de preparación física a los jugadores, es la asociación que hacen de ese concepto con el de correr y sufrir, pero eso es un mito con el que hay que acabar. Se puede perfectamente trabajar el aspecto físico “en la cancha, a través de circuitos o ejercicios con balón”. Lo importante es saber lo que queremos trabajar y conocer cómo hacerlo.

Durante el Campus, la intención es que “haya un progresión en el aspecto de físico de los jugadores que asistan y ven diferentes maneras de entrenar”. A aquellos jugadores que asistan a más de un turno, se les dará una planificación general para que puedan llevarla a cabo durante el año. Además, se les dará unas fichas para que puedan ir controlando su evolución (flexibilidad, potencia de salto, velocidad…) tanto dentro del Campus como durante la temporada.

Lo que tienen que tener claro los jugadores es que “si tú trabajas, algo vas a mejorar”. A ciertas edades, con “cositas muy concretas, pueden ver una gran evolución”. Eso sí, dependiendo de la fisiología de cada persona, tendrán que trabajar unos aspectos físicos u otros. Por ejemplo, “un jugador de más de dos metros tendrá que centrarse en desarrollar su fuerza”. Lo que es un hecho es que “si solo entreno lo que se me da bien o me gusta, no voy a progresar o mejorar”. Por muchos triples que uno meta, si deja a un lado la preparación física, “acabará por estancarse, ya que la limitación física tiene una mayor repercusión en el juego que la técnica o táctica”.

 

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete comunicación JGBasket
Publicada el: 20 abr de 2015

 

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