El Madrid se quedó a las puertas de la final, en un mal partido de los blancos en el que el entramado defensivo planteado por Obradovic dio sus frutos y dejó sin argumentos a su rival. El Fenerbahçe buscará, antes su público, su primera Euroliga frente a un Olympiacos que volvió a ser la bestia negra del CSKA de Moscú.
Los anfitriones no sólo cuentan con la ilusión de quien busca estrenarse en la competición sino también con un factor diferencial, el entrenador más laureado de la competición. Obradovic llegó a Estambul con un objetivo claro, hacer al Fenerbahçe campeón de Europa, de momento lo ha metido en su segunda final consecutiva.
Los turcos dominaron su semifinal ante el Madrid desde el salto inicial. En el primer cuarto, sólo Llull era capaz de ver aro –11 de los 13 puntos de su equipo– y así parecía difícil plantarles cara. La renta iba, poco a poco, aumentando hasta que los madridistas, en el único momento del partido en el que pudieron hacer su juego, con un parcial de 0-11, se pusieron a dos puntos (26-24). Fue un espejismo. Bogdanovic se echó el equipo a la espalda y el Fenerbahçe volvió a abrir brecha en el marcador, 44-34 al descanso.
En la segunda mitad, si los de Laso querían optar a su décimo título necesitaban que alguien más que Llull apareciese en ataque, ya que el juego interior blanco estaba inédito, sobre todo Ayón, que hizo, posiblemente, su peor partido de la temporada. Los turcos alcanzaban su máxima renta (52-37) y el choque parecía sentenciado, pero entonces emergió la figura de Carroll para dar esperanzas a los suyos desde el 6,75. Unas esperanzas que se esfumaron con el acierto de media distancia del mejor del encuentro, Ekpe Udoh campó a sus anchas por ambas zonas –18 puntos, 12 rebotes y 36 de valoración– y fue un dolor de cabeza para todos sus defensores.
El Madrid, que llegó fundido a los instantes finales, hizo un último intento por aferrarse al partido, pero Llull (28 puntos) y Carroll (21 puntos) no fueron suficientes, se echaron de menos en exceso los puntos de Doncic y Rudy. Obradovic había vuelto a ganarle la partida a Laso.
No se podrá reeditar la final de la pasada edición de la Euroliga porque Olympiacos lo volvió a hacer. El CSKA parecía tener controlado el partido, pero si algo tiene que haber aprendido en los últimos años es que ni los griegos ni, sobre todo, Spanoulis se rinden. El base de Olympiacos, que no había estado nada acertado en los tres primeros cuartos –sólo 4 puntos desde el tiro libre–, fue clave en los momentos decisivos con 10 puntos, todo lo contrario que Teodosic que, a pesar de anotar un triple en el último minuto, no supo manejar el tempo del partido, tomando decisiones erróneas que decantaron el duelo del lado heleno.
Semifinales
CSKA Moscú, 78 – Olympiacos, 82
Fenerbahçe, 84 – Real Madrid, 75
Por Víctor Escandón Prada
Entrenador superior de baloncesto. Periodista
Gabinete técnico JGBasket
Foto: Euroleague