La NBA es un negocio y como tal ha de ser rentable. Por eso, a pocos les pueden sorprender los datos que ha publicado la revista Forbes en su informe sobre la salud del baloncesto estadounidense. Si, simplemente hablamos de cifras, la NBA ha incrementado el valor de sus franquicias un 13% en el último año, nada más y nada menos que en 1.250 millones de dólares. El negocio es redondo, pero no para todos, ya que los Brooklyn Nets son el único equipo que ha generado pérdidas (5,7 millones de dólares) en el último ejercicio.

Cuando Mikhail Prokhorov compró los Nets aspiraba a hacer realidad su sueño americano, el traslado de Nueva Jersey a Brooklyn parecía la opción perfecta para los ávidos turistas, sobre todo los europeos, que abarrotan Nueva York durante todo el año y que les tuviesen en mente para disfrutar de la NBA cuando no jugasen los Knicks en la Gran Manzana, pero la alternativa no se ha convertido en realidad.

La calidad de los equipos y los resultados, a veces, no resultan indispensables en este negocio, porque ¿quién no ha ido a Nueva York y ha buscado entradas para ir al Madison a ver a los Knicks? Una alternativa de ocio imprescindible al igual que los musicales en Broadway o subir el Empire State. Por eso, los Knicks han conseguido colocarse en el primer lugar del ranking de las franquicias, desbancando a los Lakers, con un valor aproximado de 3.000 millones de dólares. Con este incremento se han colocado como la cuarta sociedad del deporte profesional estadounidense con más valor, sólo por detrás de los equipos de la NFL: Dallas Cowboys (4.000 millones de dólares) y New England Patriots (3.200 millones de dólares) y sus vecinos del béisbol, los New York Yankees (3.200 millones de dólares).

Es cierto que la gran expectación que han generado los Golden State Warriors la pasada campaña les ha servido para convertirse en el equipo con mayor valoración de un año a otro, incrementándolo en un espectacular 46%. Los Curry, Thompson y compañía aspiran ya han destronado a los Lakers en el baloncesto y aspiran a poder hacerlo en el mundo de las finanzas, pero eso parece más complicado, ya que ocupan el sexto puesto en el ranking con 1.900 millones de dólares, a 800 millones de los de púrpura y oro.

En la última temporada, los equipos de la NBA generaron 5.200 millones de dólares en ingresos, con 900 millones de dólares de beneficios (antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización). Dos cifras récord que vienen refrendadas por el espectacular contrato televisivo firmado por la NBA con Disney (ESPN y ABC) y Turner (TNT) por el que los equipos percibirán 24.000 millones de dólares por nueve años. Este contrato permitirá a las franquicias subir su tope salarial para la campaña 2016-17 hasta los 89 millones de dólares.

Además, los beneficios para la NBA seguirán aumentando, ya que, a partir de la temporada 2017-18, entrará en vigor el contrato que firmaron con Nike (125 millones de dólares por temporada) por ocho años, en el que la marca deportiva pondrá por primera vez el logo en las camisetas de las franquicias estadounidenses.

La NBA busca cualquier resquicio para explotar el rendimiento económico. Así se entiende que después de 28 años, la liga estadounidense de baloncesto haya decidido, en 2015, prescindir de su acuerdo con Coca-Cola y firmar con Pepsi para las próximas temporadas. Una vuelta de tuerca más para seguir incrementando sus ingresos y seguir creciendo, demostrando que más allá del deporte, la NBA es un negocio.

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete comunicación JGBasket

Foto: NBA Photo

 

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