Dicen que las victorias sufridas saben mejor y se disfrutan más. Pues si es así, el Real Madrid tendrá que celebrar durante mucho tiempo su cuarta Copa del Rey consecutiva. Su triunfo más complicado en los últimos años, sudando cada victoria hasta el último segundo, teniendo que tirar de fe, épica y acierto para remontar los dos primeros partidos, llevándoselos en la prórroga, y ganar por dos puntos una gran final.

El Madrid llegaba a Vitoria como líder de Euroliga y ACB, pero desde el primer día quedó claro que esto no iba a ser un paseo. Ganar es muy complicado, pero el Madrid se está acostumbrando y no se cansa, con la sed de triunfos intacta. Llull consiguió su segundo MVP con una suficiencia al alcance de muy pocos (22.3 puntos de media por partido), siendo capaz de caérsele los puntos de las manos en los minutos decisivos. Forzó la prórroga ante el Baskonia y ejecutó al Valencia con 8 puntos –dos triples– en un minuto.

El Valencia, después de eliminar a Herbalife y Barça, se plantaba en la final con la ilusión de quien sabe que se enfrenta a un día histórico. Por eso, cada intento de escapada de los madridistas era contestado por los taronjas, supliendo su falta de acierto con una agresividad en el rebote ofensivo que les hizo superar con creces a los blancos en ese aspecto (19 capturas a 7).

La igualdad fue la nota predominante durante gran parte del choque, aunque los de Laso intentaron escaparse mediado el segundo cuarto (40-30), la reacción valencianista no se hizo esperar y con un parcial de 7-15 dejaron todo por decidir para la segunda mitad. Con Carroll, por primera vez enchufado después de muchos partidos, y Randolph y Ayón (20 y 18 puntos, respectivamente) anotando con facilidad, el Madrid mandaba, pero no era suficiente para acabar con la resistencia del Valencia, capitaneados por un excelso Dubljevic (28 puntos) y un eterno San Emeterio.

La aparición de Llull en un abrir y cerrar de ojos parecía sentenciar la final, a falta de un minuto y medio, poniendo el 95-87 en el marcador, pero estaba claro que si el Madrid quería ganar esta Copa tendría que sufrir. Un triple a la desesperada de San Emeterio colocaba a los suyos a dos puntos con dos segundos por jugarse. Y como el destino es caprichoso, el desenlace no pudo ser más rocambolesco e irónico, del campo atrás que fue el primer día ante el Andorra y no se pitó al que no fue en esta ocasión y se pitó, aunque los árbitros se reunieron y rectificaron dándole el balón al Valencia. Los de Pedro Martínez tenían nueve décimas para anotar, pero no pudieron llegar ni a lanzar. Los madridistas por fin podían celebrar el título después de tanto sufrimiento.

 

Cuartos de final

Baskonia, 90 – Iberostar Tenerife, 81

Real Madrid, 99 – MoraBanc Andorra, 93

Valencia Basket, 88 – Herbalife Gran Canaria, 72

Barcelona Lassa, 82 – Unicaja, 70

 

Semifinal

Baskonia, 99 – Real Madrid, 103

Valencia Basket, 76 – Barcelona Lassa, 67

 

Final

Real Madrid, 97 – Valencia Basket, 95

 

 

Por Víctor Escandón Prada
Entrenador superior de baloncesto. Periodista
Gabinete técnico JGBasket

Foto: ACB Photo

 

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