En cada partido profesional que vemos, observamos cómo los jugadores tienen una orden clara de evitar que su rival anote al contraataque, cortando el juego con faltas en el medio del campo sin ninguna opción de robar el balón. Así consiguen impedir una opción de canasta fácil y ajustar su defensa. Hay muchas voces críticas al respecto, ya que con esta tendencia, el juego se vuelve más lento y se pierde espectáculo, pero ¿es bueno enseñar esto en categorías inferiores?

Partiremos de la premisa de que hay que conocer y entender el reglamento. Por tanto, todo lo que el reglamento recoge es bueno que nuestros jugadores lo conozcan. El problema surge cuando las faltas para parar el contraataque están tan asumidas por todos que se pitan sin más y sin entrar a valorar si son o no antideportivas.

Hubo una época en la que los árbitros tenían la consigna de pitar, en la mayoría de los casos, falta antideportiva en todas aquellas situaciones en las que el defensor no tenía ningún tipo de intención de robar el balón, pero eso ha pasado y los defensores paran al atacante y ya están levantando la mano para reconocer la falta e ir a defender.

La FIBA tendrá que buscar el equilibrio y el término medio, porque al final tratan de incorporar medidas en el reglamento (bajar el tiempo de posesión después de rebote) para agilizar el juego y, sin embargo, se premia a los que quieren parar el juego constantemente. La solución pasa por analizar esta situación tan repetida y valorar castigarla con algo más que una simple falta porque mientras lo permita el reglamento se va a seguir aplicando continuamente.

Los jugadores en formación son auténticas esponjas y absorben lo que ven a sus ídolos en la televisión, sobre todo en el aspecto ofensivo. En el aspecto defensivo, quizá al no ser tan vistoso, no le dan importancia a lo que hacen los jugadores profesionales. Por eso, a muchos les cuesta entender que tengan que hacer una falta para parar el juego y cargarse ellos de faltas, lo que les puede llevar al banquillo. Aun así, los entrenadores tratamos de insistir a nuestros jugadores a que paren el juego en un contraataque cuanto más lejos de nuestro aro mejor, porque al final esas situaciones suelen acaban con una falta en acción de tiro como mal menor, ya que es habitual que sean un 2+1.

En mi opinión, los jugadores –cadetes, júnior e, incluso, infantiles– tienen que conocer esta situación y poder ponerla en práctica en los partidos. La podemos incluso entrenar, como entrenamos la técnica individual o el tiro, a lo largo de la semana en situaciones de partido, dando un punto a la defensa si para un contraataque cometiendo una falta sin que sea antideportiva, aunque el balón siga en poder del ataque.

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete comunicación JGBasket

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