Salvo raras excepciones, la igualdad está marcando este inicio de Europeo. Los partidos se deciden en los últimos segundos y el triunfo puede caer del lado de cualquiera.
La primera en salvar los muebles y evitar meterse en un gran lío fue Croacia, que tuvo que echar mano de Tomic para que la rescatase en la última acción, llevándose el triunfo por la mínima ante Georgia. En el mismo grupo, el de España, la República Checa endosó la segunda derrota a Polonia por un ajustado (69-68), dejando claro que cualquiera puede clasificarse.
Montenegro es el claro ejemplo de que es peligroso jugar con fuego. Tras ganar de uno a Macedonia, vio como Letonia le pagaba con la misma moneda y le vencía por 73-72. En 24 horas, la película cambia y mucho. Si Alemania sorprendió a todos con su victoria ante la favorita Francia, eso pareció ser sólo un espejismo, ya que los germanos no pudieron superar a Bélgica en la segunda jornada y, tras una prórroga, sumaron su primera derrota.
En el grupo D, a priori, el más fuerte, al contrario de lo que pudiera parecer, los encuentros se solventaron con cómodos triunfos. Destacando la segunda derrota de Turquía, esta vez ante Italia, que se postula como una de las sensaciones del campeonato.
En cuanto a España, primera derrota en todo el verano. Dos minutos finales desastrosos condenaron a los de Orenga ante una Eslovenia muy intensa y llevada en volandas por sus aficionados, que contagiaron a los suyos en los peores momentos. Marc Gasol no fue suficiente y el desacierto en los últimos tiros fue aprovechado por los anfitriones para cerrar el partido y lograr su máxima ventaja (78-69).
Por Víctor Escandón Prada
Periodista y entrenador superior baloncesto
Analista Eurobasket para JGBasket
Foto: FIBA Europe