Las Navidades pueden ser un punto de inflexión importante en la temporada. No nos damos cuenta, pero es un periodo esencial para poder lograr los objetivos marcados. En muchos colegios, la última semana antes de las vacaciones navideñas se interrumpen los entrenamientos por las diferentes actividades que se desarrollan en los centros. Luego llegan las vacaciones y muchos jugadores marchan por lo que no se puede contar con ellos para entrenar.

El problema viene a la vuelta, ya que se retoman las competiciones y si no se ha entrenado durante las Navidades, los equipos habrán estado casi un mes de inactividad. Por eso, es bueno que se entrene en vacaciones aunque sean pocos jugadores para que no pierdan el ritmo. Una gran opción es tecnificar con los que estén aunque sean de equipos y categorías distintas. Por ejemplo, se pueden realizar entrenamientos con todos los equipos de minibasket.

Puede parecer que no es lo ideal, pero se pueden trabajar algunos aspectos que, con la temporada en marcha, no tenemos tanto tiempo para realizar. Además, sirve para que entre jugadores de diferentes equipos haya más relación y se cree un vínculo de unión. También es bueno para los jugadores porque pueden aprender y practicar con otros entrenadores distintos al que tienen durante todo el año.

En caso de que no podamos juntar equipos y contemos con pocos efectivos, la técnica individual nunca está de más. No olvidemos que cuanto más trabajen, mejor. Eso sí, es importante que el entrenamiento esté bien preparado y sea ameno, ponerles una hora y media a trabajar se les puede hacer un poco pesado y ver que no tenemos nada preparado porque son pocos e improvisamos sobre la marcha, les puede desmotivar.

Para ello, hay que tratar de introducir ejercicios de ritmo e incluso competiciones de tiro, bote, 1c1… Que haya ritmo durante el entrenamiento es fundamental porque hay que ser conscientes de que estamos en mitad de la competición y unas cuantas semanas sin entrenar, además de que les cueste volver a meterse en dinámica, puede pasar factura. Al final, en función del número de jugadores, podemos acabar con un partido entre ellos.

Lógicamente, lo ideal sería contar con todos los jugadores, pero como, en la mayoría de los casos, no puede ser, hay que buscar alternativas como jugar algún partido amistoso o participar en algunos de los torneos que abundan estas fechas. Cualquier trabajo que implique jugar o entrenar siempre es positivo y más en un periodo tan importante del curso.

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete técnico JGBasket

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