En ocasiones, el futuro suele estar escrito, y simplemente has de encontrar el camino correcto para alcanzar el éxito en él.

«Estados Unidos es el país de las oportunidades», cuantas ocasiones habremos escuchado esa mítica frase, en series de televisión, películas, etc…uno de esos clichés repetidos hasta la saciedad que calan en el subconsciente colectivo.

Erik Spoelstra nació en 1970 en Evanston, Illinois, en el seno de una familia formada por un padre de ascendencia holandesa, e irlandesa, y una madre filipina. En ocasiones, el futuro suele estar escrito, y simplemente has de encontrar el camino correcto para alcanzar el éxito en él. La vida del joven Spoelstra siempre estuvo ligada al mundo del baloncesto, y es que su padre, Jon Spoelstra, fue un prestigioso ejecutivo de marketing en la NBA, trabajando para franquicias como los Nets, Buffalo Braves, Denver Nuggets, o Portland Trail Blazers.

Fue precisamente en Oregón donde la familia encontró cierta estabilidad, y en Portland Erik pasó la mayor parte de su infancia, y adolescencia. Sus primeros contactos con el mundo NBA llegaron a una edad muy temprana, y es que era un asiduo a los partidos y entrenamientos de los Blazers. El entrenador de entonces, Jack Ramsay, era bastante obsesivo, y tenía como norma que tras los entrenamientos, todo el mundo presente en el pabellón realizase ejercicios de estiramientos, ningún fisioterapeuta, médico, utillero, directivo se libraba de esa norma, y el joven Erik no sería una excepción.

Formado en un instituto Jesuita en Portland, ya destacó en su etapa de High School como un buen base, sus actuaciones le sirvieron para ser invitado a prestigiosos campus como el de Sonny Vaccaro, en New Jersey. Con 17 años tuvo la ocasión de comprobar su verdadero nivel ante los mejores jugadores del país. Según llegó a las instalaciones de Princeton, un entrenador le dijo: «Haz un par de tiros, pero tu función es dar balones a Zo». Erik no sabía quién era Zo, pero cumpliría con lo que le marcaban desde el banquillo, ese jugador era Alonzo Morning, el mejor poste del país, un jugador con el que curiosamente luego coincidiría en Miami en el futuro. Fue una experiencia impactante en su formación como jugador, como lo fue también la sesión de atletismo que presenció en esas instalaciones a cargo de un jugador de baloncesto llamado Shawn Kemp, jamás vio un despliegue físico como el de ese joven, que luego triunfaría en la NBA. Comprobó que su nivel real para convertirse en un profesional de este deporte estaba algo alejado, y más cuando «fue aniquilado por un muchacho blanco un año menor que él», Bobby Hurley, otro futuro NBA, para Spoelstra no fue una experiencia placentera.

De vuelta a Portland, y finalizando su etapa High School recibió numerosas propuestas de Universidades, pero se decantó por continuar su formación en la ciudad que le vio crecer, Portland, donde se graduó en Comunicaciones. Tras una brillante temporada de Freshman (novato), incluido en los mejores jugadores de la West Coast Conference en 1989, en su año de Sophomore tuvo que vivir una de las experiencias más duras en su vida. Ante Loyola Marymount recibió un mate en contraataque por parte de Hank Gathers, cuando éste pasó a su lado para realizar el balance defensivo se desplomó a los pies de Spoelstra, había sufrido un infarto fulminante que acabó con su vida en la misma cancha, Erik confesó que fue «Un silencio penetrante, estremecedor, algo que no olvidaría jamás».

Tras graduarse en Portland decidió dar un giro a su vida, e hizo las maletas y puso rumbo a Alemania, su siguiente equipo sería el TuS Herten, su primera experiencia semiprofesional en un equipo de la segunda división alemana. Desde el primer momento ejerció como jugador-entrenador, y recuerda que «El entrenador jefe y yo iríamos a tomar un par de cervezas, y yo llevaría los balones al entrenamiento», el nivel de profesionalidad no era muy alto, pero la experiencia enriqueció considerablemente a Spoelstra, quién además tuvo su primer contacto oficial con un banquillo, siendo entrenador del equipo juvenil. Aprende el idioma en el caos que suponen dichos entrenamientos. Sin embargo sus problemas de espalda, que arrastraba desde la Universidad, hacen que deba poner punto y final a su aventura alemana, volviendo de nuevo a Estados Unidos.

Presentó su currículum a un gran número de Universidades, pero ninguna le dio respuesta. Gracias a Chris Wallace (actual General Manager de Memphis), obtuvo una entrevista con Dave Wohl, General Manager en esa época de los Miami Heat. La llamada del padre de Erik, Jon, a su viejo amigo Wallace, con el que coincidió en Blazers fue la clave de su entrada en el mundo NBA.

En Miami no había por entonces ningún responsable que se encargase de la edición de video. En el viejo Miami Arena habilitaron un cuarto, que ni siquiera estaba cerca de las oficinas, para que Erik pudiese desempeñar su nueva función. Curiosamente Spoelstra no tenía ni idea sobre la edición de vídeos. Sus primeros años no fueron muy fáciles, recuerda como tenía que llevar en su Toyota muchas noches la información que sacaba hasta la terminal de carga del aeropuerto dado que la oficina de FedX de Miami cerraba demasiado pronto. Hacía llegar los informes hasta el mismo avión, y los entregaba en mano para que los entrenadores dispusiesen de ellos para el siguiente partido.
Su voluntad para quedarse hasta tarde, y su trabajo no pasó desapercibido para los ejecutivos de los Heat, quienes fueron ascendiendo a Spoelstra año tras año. Pasó de aprendiz a coordinador, y de coordinador a responsable jefe de la edición de vídeo, para terminar como responsable absoluto del todo el staff de video, y scouting de la franquicia. Además participó activamente en el desarrollo y diseño de una base de datos propia de Software para los Heat que evaluaba la producción individual, y colectiva de los jugadores. La aplicación de las nuevas tecnologías y la integración en los métodos de trabajo fue otra de las aportaciones claves de Erik con los Heat. Stan Van Gundy en su época como entrenador de los Heat confesó que sólo dos entrenadores le habían impresionado tanto que tendrían un gran futuro en la NBA, Sean Miller (actual entrenador de la Universidad de Arizona), y Erik Spoelstra.

Su ascensión era imparable, y era habitual verle cerca de Pat Riley, cuyo trabajo en la sombra permitió ver las cualidades de Spoelstra, su reputación como gran instructor le condujo a ser técnico asistente de Miami, y el responsable como entrenador de los Heat en las ligas de desarrollo, su trabajo de tecnificación y desarrollo con los más jóvenes ayudó a que en la temporada 2008/2009 los Heat fuesen el equipo con menos pérdidas de la NBA.

28 de Abril, Pat Riley nombró como su sucesor a un joven Erik Spoelstra como entrenador jefe de los Miami Heat, «Coach Spo» como era conocido por sus jugadores, tuvo un tratamiento duro por parte de la prensa, Miami era una franquicia potente y los satélites que orbitan alrededor de la misma exigían un entrenador con más caché para poder ser más competitivos. Sus jugadores jamás dudaron de su valía, principalmente por que conocían de primera mano su forma de trabajar, y la exigencia que pedía a todos los que le rodeaban. «Coach Spo» comenta que «Para tener éxito hay que tener habilidades gerenciales y personales, sólo así manejas los egos de las superestrellas».

Esa gestión de egos se magnificó con la llegada en 2010 de Chris Bosh, y la gran figura de la NBA, Lebron James, un movimiento en los despachos que catapultó al éxito en pista a los Heat, consiguiendo dos anillos de forma consecutiva en 2012, y 2013. A nivel individual, Spoelstra se ha convertido en el 7ª entrenador con un mejor % de victorias en Playoff, su juventud, 43 años, y su reputación le auguran un futuro con letras de oro en la NBA. Su ética de trabajo y carácter bien lo conoce Dwayne Wade, quién desde 2003 ha ido refinando su tiro en suspensión con los consejos de Spoelstra, y quién confesó que:
«No importa si eres un ex jugador, si vienes del College, o de la sala de video, debes ganarte la confianza de los jugadores cada día, debes mostrar ser competente, que tienes una ética de trabajo, un plan, y unos pensamientos organizados. Entonces, en algún punto, esos jugadores creerán que puedes ayudarlos a lograr lo que ellos desean lograr, esa es la clave de Coach Spo».
Sus largas charlas con los jugadores, especialmente con las estrellas es una de las claves del éxito de sus Heat. De carácter muy reservado, las personas que le rodean confiesan que su obsesión por el trabajo apenas le lleva a tener vida social, tan sólo es conocida su relación con Nikki Sapp, y porque ella era cheerleader de los Heat. Se refugia en su escaso tiempo libre en el Joga, Jogging, y Spinning. Aunque su conciencia social le impulsó a crear la fundación Spo´s Shooters, que junto a la Heat Community Education ticket program de Miami se encarga de ayudar a los más desfavorecidos del Sur de Florida para que puedan asistir a los partidos de los Heat, y conocer a sus ídolos. Es uno de los principales pioneros en la iniciativa NBA Fit, aconsejando a las familias, y niños las ventajas de las actividades físicas, y hábitos saludables en la vida. Tampoco olvida sus raíces Filipinas, es habitual verle en el país asiático en vacaciones, incluso en 2009, junto a la NBA, y otros entrenadores fue a dar clinics a los entrenadores, promoviendo además la importancia de la educación, la salud, y bienestar.

«Estados Unidos es el país de las oportunidades», sin duda Erik Spoelstra puede afirmar esta frase, es posible que los contactos que tenía su padre le abriesen la puerta para entrar en la NBA, pero su ética de trabajo, su capacidad para desarrollar al máximo las funciones encomendadas, su continua formación, y su habilidad para gestionar los grupos humanos han hecho posible que el sueño del joven Spoelstra se convirtiese en realidad.

Por Alex Senra del Cerro
Entrenador superior baloncesto
Contenidos JGBasket

Publicada el: 2 febrero 2014 15:13 pm

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