Con una gran exhibición defensiva, la selección de Lucas Mondelo recuperó el trono Europeo que le había arrebatado, precisamente, Francia en las semifinales del último campeonato de Europa. Si había pocas dudas de que estábamos ante la mejor generación de la historia del baloncesto femenino español, tras los éxitos de los últimos años y la histórica plata olímpica del pasado verano, la victoria ante Francia por 71-55 no hizo más que ratificarlo.

El choque, calificado en la previa por la diferencia de altura entre ambos conjuntos como un duelo entre ratones colorados (España) y elefantes (Francia), empezó con una Alba Torrens muy entonada en ataque, anotando diez puntos en el primer cuarto que daban las primeras ventajas a España. Según avanzaban los minutos, las españolas pisaron el acelerador y, poco a poco, fueron ampliando su renta hasta llegar al 32-20. Ahí apareció Dumerc, la capitana francesa lideró un parcial de 0-7 que daba vida a las galas, pero que se quedó en una intentona, ya que las de Mondelo enderezaban el rumbo antes del descanso para llegar nueve puntos arriba (39-30).

La segunda mitad arrancó con una defensa sublime por parte de las nuestras que sólo dejó anotar dos puntos a su rival en los primeros cinco minutos, aumentando la ventaja hasta los quince puntos, con una portentosa Sancho Lyttle (19 puntos y 8 rebotes). Francia no se rindió, pero su esfuerzo fue en vano porque España no les dejó ni un resquicio para la esperanza. La ventaja seguía ampliándose, lo que permitió a la selección vivir un final plácido y que todas las jugadoras pudiesen disputar algún minuto en la final, poniendo la rúbrica a un partido perfecto.

Atendiendo sólo a los resultados, no se puede decir que el Europeo de las españolas haya sido perfecto al sumar una derrota intrascendente en la primera fase ante las anfitrionas, la República Checa, pero eso no fue más que un pasito atrás para arrancar como motos en los cruces y pasar por encima de todos los rivales hasta llevarse el campeonato. Una superioridad basada en una defensa asfixiante y un juego rápido que les hizo merecedoras del título. Un título que se suma a los dos conseguidos en 1993 y 2013.

Con la veteranía de Laia Palau, el brazo ejecutor de Alba Torrens –MVP del Europeo–, la polivalencia de Marta Xargay, el talento de Silvia Domínguez, la potencia física de Sancho Lyttle, la garra de Laura Nicholls, la clase de Anna Cruz, la solvencia de Laura Gil, la constancia de Bea Sánchez, la juventud de María Conde, el trabajo de Leonor Rodríguez y la soltura de Leti Romero. Todo barco que quiere llegar a buen puerto tiene que tener un capitán y ese es Lucas Mondelo, bien secundado por Víctor Lapeña. El técnico español es un acumulador de títulos, cosechando triunfos con todos los equipos en los que ha estado, sin ir más lejos ha ganado la última Euroliga con el Dynamo Kursk.

Aún es pronto, pero ahora toca pensar en el futuro y, en el futuro, está marcado en rojo en el calendario el Mundial del próximo verano que se celebrará en España. Laia Palau, la jugadora con más partidos disputados con la selección, parece haber puesto el punto final a su carrera vistiendo la camiseta española, pero, visto lo visto en este campeonato, esperemos que recapacite durante su periplo australiano y vuelva el próximo año al equipo para mantener la columna vertebral del equipo.

 

Por Víctor Escandón Prada
Entrenador superior de baloncesto. Periodista
Gabinete técnico JGBasket

Foto: FIBA Europe

 

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