Este artículo surge a raíz de las dos charlas dadas a entrenadores de Colegio Luther King y del Club Baloncesto Canarias durante mi estancia con ellos en abril del 2022 en Tenerife.

Siempre he pensado que formarse es una obligación. Te dediques a lo que te dediques, debes tratar de ser la mejor versión de ti mismo en eso que haces, lo cual seguro implica leer mucho y escuchar a otros. El mundo del baloncesto no es distinto, pero siempre percibí en él una incómoda sensación de que el que tienes delante de ti hablando sabe menos que tú y está equivocado, aunque tu hayas hecho poco para ser merecedor de esa superioridad que te autoimpones.

En cualquier actividad tratar de dar tu mejor versión puede no ser suficiente, pero ya es un primer paso muy importante. Es por ello que debemos intentar disfrutar dónde estamos y con lo que hacemos, aunque podamos tener sueños más ambiciosos. “Disfrutad donde estéis y soñad con lo que tenéis, porque así ganaréis a lo que aspiráis”.

Cuando estás en un sitio, dar lo mejor allí y disfrutar del camino por el que transitas, creo que te puede llevar de una forma más segura a otros destinos que ambicionas, que llegarán o no, pero seguro que lo que tienes ha llegado. Disfruta el momento, practica la atención plena.

“Motivación, respeto y autoridad son claves para ganar el entrenamiento”

La labor del entrenador es más importante de lo que seguramente muchas veces sospechamos. Es por ello por lo que creo que debemos en algún momento pararnos a pensar por qué somos entrenadores, qué nos llevó a ese mundillo que puede ser fantástico, pero también una prisión. Las respuestas a esta pregunta deberían salir fácil, aunque no las tuvieras en tu mente antes de hacerte la pregunta. Sino tal vez tengamos un problema. En las respuestas que demos deberían ir incluidos objetivos de otros junto con alguno nuestro. Los objetivos compartidos suelen ser más completos y en el mundo del baloncesto creo que son obligados. Aprende a viajar acompañado.

Sin embargo, creo que lo normal es que al dar respuesta a la pregunta piense en mí. Pero de verdad que lo que da nota, lo que da valor, lo que genera satisfacción vital es hacer algo por otros…sin olvidarme de mí. Al fin y al cabo, para que el objetivo sea sostenible debo ser sujeto activo también del mismo. Vive con propósito.

Para que una actividad nos proporcione satisfacción consistente creo que además de gustarme debería tener algo de talento para su desarrollo, pues si no el entorno es fácil que te acabe alejando por confrontación. Talento sin pasión y pasión sin talento son malas mezclas en el desarrollo de una actividad profesional que queremos que sea estable y longeva.

El problema es que creo que muchas veces no estamos preparados para desarrollar la labor que hacemos en este mundo del baloncesto. Lo que pasa es que para enseñar a alguien algo basta con saber más que él de ese algo, sin necesidad de saber mucho. Y esto que nos abre puertas, puede ser un problema si no ampliamos conocimientos. Deberíamos preguntarnos si nos consideramos preparados para hacer lo que estamos haciendo en el mundo del baloncesto.

Una forma de acelerar procesos es aprovecha la opinión de los expertos que se crucen por nuestra vida. Te acorta el largo camino hacia la maestría. Escuchar a los mayores, suelen ser un cajón de sabiduría que por desgracia con frecuencia no queremos abrir. No sabemos que no sabemos y damos por hecho que nada tienen que aportar a nuestra mediocridad no consciente. A veces cuanto más sabes más se genera la sensación de que no se te quiere escuchar. No deberíamos hacer eso con otros. Hay personas con maestría acreditada que aparecen a nuestro alrededor, pero también están esos maestros anónimos que continuamente y de repente se entrecruzan con nuestra vida. Nos educan y forman todos los días “personas anónimas” y más cuanto más queremos que lo hagan.

Una cosa importante que debemos reflexionar es que seguramente seamos mucho peores de lo que nos creemos, pero también seguramente pensemos que somos peores de a donde nuestras capacidades con esfuerzo real y compromiso nos pueden llevar. Seamos exigentes con nosotros mismos y ante un problema valoremos seriamente nuestra gestión, para identificar errores y necesidades de mejora, pero también soñemos en grande, apoyando esos sueños en formación continua.

Si crees que te rodea la mediocridad, igualar a la baja no debería ser opción cuando la mejor alternativa es perseguir la excelencia, que considero que es algo que se persigue, pero que tal vez no se pueda conseguir. La alternativa no debería valernos.

Como dice Tom Peters: “Si no es la Excelencia, ¿qué?. Y si no es ahora, ¿cuándo?”.

Pero en esta búsqueda deberíamos en algún momento “volver a ser un niño” que pone en duda todo, que duda de que sabe, que duda hasta de lo que no dudaba hace tiempo, que piensa que tiene todo por descubrir.
“En la mente del experto solo hay una solución. En la mente del principiante hay muchas posibilidades” Andrés Martín.
El volvernos a sentir “novatos” despierta nuestra atención y pone foco en cosas a las que ya tal vez no le demos importancia. Esa vuelta a la duda nos abre nuevos caminos y nos llena de nuevos conocimientos.

 

 

Por Juan José Hernández Liras.
Entrenador superior baloncesto. Experto Universitario en Entrenamiento Deportivo
Colaborador JGBasket

Continuará. Próximas entregas

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