Pedro Martínez puede presumir de saber lo que es ganar una final de la Liga Endesa al Real Madrid y parece que le tiene cogida la medida al equipo de Laso al que venció en un primer duelo vibrante en el WiZink Center, recuperando el factor cancha para los vitorianos.
En un día convulso en el que hubo cambió de seleccionador de fútbol y de Ministro de Cultura y Deportes, los protagonistas saltaron a la pista y en los quintetos ya se vislumbró que se iba a librar una gran partida de ajedrez entre ambos entrenadores. El baskonista puso de inicio para castigar a Campazzo a Vildoza, el tercer base a principio de temporada que ha ido superando a base de trabajo y talento a Huertas y, sobre todo, a Granger, dos jugadores contrastados. La apuesta le salió muy bien, ya que el argentino fue el mejor de los suyos con 16 puntos.
El Madrid comenzó el partido dominando las zonas con un Tabares imparable, mientras que los visitantes aguantaban gracias a Vildoza y Timma, yéndose con una mínima ventaja (17-19) al término del primer cuarto. La batalla estaba servida y los vitorianos, mediado el tercer cuarto, hicieron un primer conato de romper el partido (24-31). Ahí apareció Carroll, el mejor de los blancos –20 puntos y 5/7 en tiros de tres–, que con dos triples equilibró el choque e hizo posible que se llegase con el marcador igualado al descanso.
Tras el descanso, Laso volvió a confiar en Tabares, pero ahí Martínez en vez de sacar a Poirier le dio la alternativa a Voigtmann que fue un auténtico quebradero de cabeza para la defensa madridista. Si el caboverdiano se quedaba hundido, el pívot alemán castigaba desde la línea de tres y si le salían a puntear, penetraba, sacando siempre algo positivo. Beaubois cogía las riendas del ataque vitoriano y un triple de Janning sobre la bocina les daba la máxima renta (58-67).
El Madrid tenía que buscar soluciones al mal partido de Doncic y a base de los triples de Carroll y Llull volvieron a engancharse al partido y frenaron las acometidas visitantes. Con todo por decidir, hubo un impase y ambos equipos se tomaron un respiro, cogiendo fuerzas, sabedores de la dura contienda que se les presentaba en los minutos finales.
Con tanta igualdad, los pequeños detalles iban a decidir el primer punto de la eliminatoria y, en esos instantes, Ayón cometió dos faltas un poco absurdas que llevaron a los baskonistas al tiro libre, desde donde anotaron sus diez últimos puntos sin fallo en el último minuto. De nuevo, Llull y Carroll con dos triples a la desesperada intentaron lo imposible, pero no fueron capaces de superar a un Baskonia, que fue mucho más equipo y en el que seis jugadores superaron la decena de puntos, a los que hay que añadir, los nueve de Janning y los siete de Huertas. Una gran victoria para poner el 0-1 en la final.
Final ACB
Real Madrid, 90–Kirolbet Baskonia, 94
Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete comunicación JGBasket
Foto: ACB Photo / E. Cobos