Con la ausencia de Maccabi, sorprendente campeón la pasada edición, Real Madrid, CSKA, Olympiacos y Fenerbahçe llegan a Madrid con la ilusión de levantar un título que les consagre como mejor equipo de Europa. No vale con ser favorito en las apuestas y sobre el papel, hay que demostrarlo en la cancha y ahí, en el Barclaycard Center, se va a dirimir la batalla.
El Real Madrid llega a la cita con los deberes hechos después de asegurarse el primer puesto en la ACB y ganar la Copa del Rey, pero la ansiada Novena son palabras mayores. Veinte años llevan esperando los blancos para recuperar el trono europeo y el marco es idílico: en su ciudad y ante su afición. Esperemos que nos les pese tanta presión. Aún así, no va a ser fácil, las derrotas en las dos últimas finales tienen que haber servido a los de Laso para aprender de sus errores y no confiarse. Y parece que así lo han hecho. Para empezar, los madridistas llegan a la cita al completo, tras recuperar a Rudy y Carroll de sus esguinces, y en un momento físico, a priori, óptimo después de haber superado varios baches necesarios durante la temporada. En las últimas dos ediciones, se achacaba a los blancos haber llegado bastante justos de gasolina a los momentos claves de la temporada.
El rival en semifinales será el Fenerbahçe de Obradovic –8 Euroligas con cuatro equipos distintos–. Curiosamente, Zeljko dirigía a aquel Madrid que levantó la octava Copa de Europa en Zaragoza. El técnico serbio llegó al Fenerbahçe para hacerle un equipo grande, aunque el año pasado no cumplió las expectativas, a pesar del gran desembolso económico, esta temporada ya lo ha metido, por primera vez en su historia, entre los cuatro mejores del continente.
El desenlace del choque dependerá, en buena medida, del día que tenga la Armada Española –Llull, Chacho, Rudy y Felipe– del Real Madrid y el dominio del rebote. Los pívots blancos tendrán que fajarse duro en ambos aros para controlar la versatilidad de la pareja Vesely-Bjelica. Además cuentan con Goudelock, un jugador de rachas al estilo Tyrese Rice –verdugo del Real Madrid en la final del pasado año y del Gran Canaria, este año, en Eurocup–, capaz de finiquitar un partido en cuestión de minutos. Su punto más débil quizá sea en el puesto de base, el veterano Zisis soporta las riendas del equipo durante casi todo el partido al no tener un recambio de garantías. Ahí tiene que notarse la explosividad de los Sergios para desgastarle y hacerle llegar a los minutos finales sin frescura para tomar las mejores decisiones.
Si el partido llega igualado a los instantes finales, los focos se centrarán en los banquillos. La inexperiencia de la que, en las últimas temporadas, tanto se ha acusado a Laso volverá a sembrar de dudas a los seguidores blancos, sobre todo, al tener en frente al maestro Obradovic. El técnico madridista podrá, de una vez por todas, espantar los fantasmas del pasado y acabar con ese estigma de perdedor que le persigue, haciéndose, por fin, un hueco entre los mejores entrenadores europeos.
La otra semifinal enfrenta al millonario y eterno candidato CSKA y al efectivo Olympiacos. Los rusos llegan a Madrid con unos números de escándalo, pero si, realmente, echamos mano de las cifras, éstas dicen que siempre bajan sus prestaciones en la Final Four: dos títulos en las últimas doce participaciones. El dinero no es un problema para los moscovitas que accedieron a todas las peticiones de Messina y que, este año, cuentan con el presupuesto más alto de la Euroliga –más de 40 millones de euros–. Con el fichaje a mitad de temporada de Kirilenko y la recuperación para la causa de Khryapa, el CSKA es el gran favorito, pero esa vitola ya le pasó factura la temporada pasada al caer en semifinales ante Maccabi y en la dolorosa derrota en la final de 2012, precisamente, ante Olympiakos.
Los griegos tienen tomada la medida al CSKA, al que han vencido en Final Four en sus últimos dos títulos de Euroliga (2012 y 2013). Los griegos no partían como favoritos en las quinielas, pero nunca hay que darles por muertos. Eliminaron al Barça en cuartos con factor cancha en contra y con Spanoulis arrastrando molestias. Printezis anotó el triple que daba el paso a la Final Four y en Moscú empezaron a recordar aquella canasta del pívot griego que fue el colofón a una remontada histórica –19 puntos en el último cuarto– en la final de Estambul. Es cierto que si analizamos la plantilla griega es un equipo sin alardes y con jugadores con menos nombre que los Kirilenko, Teodosic y compañía, pero su gen competitivo está sobradamente demostrado y, además, cuentan con Spanoulis. Por las manos del base, por el que suspiran en Barcelona, pasan la mayor parte de las opciones de su equipo. Los rusos saben que tendrán que desplegar su mejor versión para doblegar a un Olympiakos que no ha ido a Madrid a pasar el fin de semana.
Semifinales. Viernes, 15 de mayo
CSKA Moscú – Olympiacos (18.00 horas)
Real Madrid – Fenerbahçe (21.00 horas)
Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Analista Euroliga para JGBasket
Foto: Euroleague