Cuatro perfiles diferentes en los banquillos y un destino

Este viernes dará comienzo la última fase que coronará el domingo al nuevo campeón de la Euroliga, un trono que actualmente ostenta el Olympiakos, y que no será capaz de revalidar al ser eliminado en cuartos de final por el Real Madrid. No hubo sorpresas, y los principales favoritos al título se darán cita en Milán, el fuego se abrirá con el apasionante partido entre Maccabi y CSKA, para finalizar la jornada con un enfrentamiento que se antoja de alto voltaje entre el Real Madrid, y el Barcelona. Más allá de gustos y preferencias personales los aficionados podrán observar cuatro equipos con cuatro filosofías diferentes, cuatro estilos de juego con el sello inconfundible de los entrenadores que habitan sus banquillos, y que vamos a tratar de analizar a continuación.

David Blatt se presenta de nuevo a una final four con el objetivo de lograr su primer título, el entrenador israelí tiene tras de sí una extensa carrera en los banquillos, con títulos en países como Italia, o Rusia, con la que además obtuvo brillantes títulos a nivel de selección, sin embargo la Euroliga sigue siendo un trofeo que no aparece en su palmarés. Formado en Estados Unidos bajo la dirección del mito Pete Carril en la Universidad de Princeton, la filosofía de este entrenador pasa por ser una de las más atractivas para los aficionados. El juego rápido es una de las señas de identidad de este equipo, que además cuenta con jugadores como Tyrese Rice, o Ricky Hickman, cuyo estilo encaja a la perfección en la filosofía de Blatt. El ratio asistencias-pérdidas que presenta es uno de los más equilibrados de la competición, si el juego rápido de transición no da sus frutos, la selección de sistemas permite encontrar ventajas para jugadores como Devin Smith, o Schortsanitis.

Los equipos de Blatt no se caracterizan por ser especulativos en el plano defensivo, el nivel de intensidad hace que sea de los equipos que menos anotación reciba, será habitual ver cambios defensivos continuos durante el partido con el objetivo de no permitir al rival encontrar su ritmo de juego. El equilibrio entre ataque y defensa será vital para ellos, el dominio del juego de transición marcará que su porcentaje de opciones de victoria aumente. Aunque se presenta como el rival más asequible, nadie puede dar por rival fácil a un equipo que cuenta con jugadores tan experimentados como David Blu, o Joe Ingles. Quizás el punto más débil sea su profundidad de banquillo en comparación al equipo de CSKA. Sin presión, y sin ningún tipo de preocupación llegan a Milán con la moral por las nubes, además la dinámica entre los jugadores y Blatt no puede ser mejor como quedó en evidencia tras la clasificación tras la Final Four. Junto a ellos no hay que olvidar que estará su animosa y fiel afición que siempre les da ese punto extra para competir.

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Ante ellos, está junto a Obradovic el mito por excelencia de la Euroliga, Ettore Messina. Lo que a priori debería ser una eliminatoria más o menos plácida para los moscovitas ha derivado en un mar de dudas y confusión, y todo ello por las dos últimas derrotas recibidas en su competición doméstica. Las declaraciones previas del técnico de Catania no parecen las más optimistas para afrontar el asalto a un título tan importante:

Honestamente, no sé qué hacer, mis conocimientos y habilidades no son ilimitadas. Al parecer mi nivel no es suficiente para entrenar a este equipo. Eso es todo… Tenemos inseguridades que no hemos conseguido solucionar en estos dos años, no estoy seguro si 4 días antes de la Final Four esto pude cambiar, una vez estamos allí vamos a ir con todo y a intentar ganar, pero la naturaleza humana no puede cambiar”.

¿Piel de cordero?, ¿Estrategia?, ¿Desea quitar presión a su equipo? Quizás todas las opciones sean válidas, y es que Ettore Messina es un estratega que desea tener el control sobre todos los aspectos relacionados con su equipo, los deportivos, y también los extra deportivos. Quizás su figura no sea puesta en consonancia por los aficionados españoles con su palmarés debido a su trayectoria al frente del Real Madrid, en la que no obtuvo el éxito esperado. Pero su palmarés nos habla claramente del tipo de entrenador que es, un técnico que saca el mayor rendimiento posible a sus equipos, siendo éstos unas máquinas competitivas difíciles de contrarrestar. Pocas fisuras pueden encontrarse en sus equipos, y el CSKA actual no es una excepción.

Acusado en repetidas ocasiones de ser un entrenador ultra defensivo, y con tendencia al juego lento, su equipo posee la mejor marca respecto a puntos encajados, y sexta mejor media de anotación del torneo. A lo largo de esta edición hemos podido ver algo más desatado en el juego de transición al equipo de Moscú, sin excesos, el único jugador con cierto margen a la improvisación es Teodosic y aún así está atado en corto por Ettore, donde realmente destaca este equipo y se convierte en un rodillo es en el juego en estático, en la que la toma de decisiones está muy direccionada para castigar al máximo las debilidades de la defensa rival. Con un presupuesto como el del CSKA el repertorio de amenazas se amplía considerablemente, aunque por encima de todos destaquen el poste Serbio Krstic, imparable en la pintura, y Sonny Weems, un alero que ha explotado definitivamente en Europa siendo candidato a MVP de la Euroliga.

Messina estructura su rotación de forma clara, poco amigo a la improvisación, esta temporada ha sido capaz de abrir más el abanico de minutos concediendo mayores responsabilidades a jugadores con experiencia como Fridzon, Kaun, o Micov. Es destacable la recuperación para la causa de Aaron Jackson, olvidado en la rotación en primera fase, sus minutos han aumentado, al igual que su confianza de cara al aro. Dos piezas se antojan clave para su éxito,y con ellas dos incógnitas, ¿el talento de Teodosic aparecerá para solventar los momentos de mayor presión?, y ¿Será Kyle Hines la pieza clave en la estructura defensiva como lo fue en Olympiakos?. Desde el poderío de su estructura defensiva y la inteligencia de su juego en estático tratará de cimentar un nuevo éxito para el CSKA. Un nuevo reto para un Messina que sigue recibiendo cantos de sirena desde EEUU, ¿Será su último asalto a la Euroliga?.

La siguiente semifinal será presidida por un exceso de intensidad, un fuego alimentado con gasolina tras la última batalla en la competición doméstica. Una batalla marcada por dos filosofías diferentes. Xavi Pascual a pesar de su juventud ya posee un título de Euroliga en su palmarés, y se presenta en Milán con un equipo que no es considerado como favorito por los especialistas, sin embargo sus armas son capaces de neutralizar el juego del Real Madrid. Con una obsesión casi enfermiza por los detalles, el control del ritmo del juego es la pieza sobre la que cimenta el éxito el Barcelona. No dado a concesiones al juego rápido, toda la responsabilidad de construcción y elaboración recae sobre los hombros de Huertas, que interpreta a la perfección los dictados desde la banda de Pascual.

Como hemos comentado los detalles son pieza básica en la filosofía del técnico de L´Hospitalet, el análisis de las fortalezas y debilidades respecto al rival es clave en la elaboración de un plan de partido, en esta ocasión ante el conjunto blanco el guión pasará por castigar el juego interior de los de Laso. No será difícil ver sistemas elaborados en las que el objetivo final sea poner el balón cerca de la zona en las manos de gente como Tomic, o Lorbek. La interpretación de la defensa blanca, la calidad del juego entre postes o la salida del balón hacia el exterior marcarán la obtención de un mayor número de tiros en posiciones relativamente cómodas. Armas para castigar desde el perímetro tampoco faltan en un equipo que cuenta junto a la de Laso con la plantilla más profunda y compensada del torneo.

Quizás de su época como ayudante de Ivanovic heredó el poco gusto por las defensas zonales, empleadas en contadísimas ocasiones no se prevé que pueda ser un arma a emplear durante el torneo. La defensa individual cobra vital importancia, los despistes defensivos suelen ser imperdonables para el técnico, castigados con banquillo, o en algunos casos han servido para “limpiar” de la rotación algunos jugadores como Pullen, o Lampe, aunque en ambos casos su participación se da por segura ante el Madrid por motivos diferentes, en el primer caso el estado físico de Navarro hará que el americano sea una amenaza desde el perímetro, por su lado el poste polaco será otra bala más en la voraz batalla que se librará en la pintura.

Pablo Laso está ante su mayor reto como entrenador del Real Madrid, el ansiado noveno título europeo. Su filosofía de entender el baloncesto ha enganchado al aficionado durmiente del Real Madrid, que había estado en letargo tras numerosos años de proyectos fracasados, se perdió la conexión con la grada hasta la llegada del técnico vasco. Electricidad, ataques vertiginosos, o creatividad son algunos de los calificativos que se asocian al estilo de juego de los blancos. Probablemente el equipo más atractivo de ver en Europa desde los tiempos del Maccabi invencible de Jasickevicius.

Todo el mundo valora el juego rápido del Real Madrid, pero para desplegar ese juego se ha de construir desde el plano defensivo, quizás el punto más olvidado en el elogio de este equipo. Sin ser el conjunto más disciplinado y efectivo en cuestiones defensivas, la implicación de todos sus jugadores en las rotaciones defensivas, su capacidad de sufrimiento, de llegar a todos los balones, de apretar las líneas de pase hasta casi media pista, y los cambios defensivos son los auténticos responsables de la orgía de juego rápido que podemos ver luego en las transiciones del Real Madrid. Todo ello se apoya desde un control férreo del rebote defensivo. La profundidad del banquillo merengue, y la calidad de esos jugadores hace que ese nivel no baje durante todo el partido. En líneas generales es un equipo sólido, pero ha creado ciertas dudas ante los rivales más fuertes, tanto en la competición doméstica como en Europa.

El arsenal en el juego ofensivo es interminable, aumentado aún más gracias al talento inagotable de Sergio Rodríguez y Rudy Fernández, ambos con opciones de ser encumbrados como MVP de la Euroliga. Siempre nos quedará la duda de ver cómo responden al cambio en la tendencia y permisibilidad arbitrar existente en Europa que favorece más el juego de contacto. El equilibrio que además sepan dar a jugadores como Mirotic, o Boroussis será clave para doblegar al Barcelona. El Real Madrid cuenta con un ramillete de tiradores de alta calidad, si consiguen ajustar correctamente la puntería pueden resultar demoledores gracias a la obtención de parciales que pueden ayudar a romper los partidos, algo habitual de ver esta temporada.

Xavi Pascual no permitirá ese juego rápido, y es precisamente en el juego en estático donde el Real Madrid sufre más, los ajustes defensivos ante el juego de pick and roll empiezan a ser de mayor calidad según avanza la temporada, los espacios se cierran y las líneas de salida del balón desaparecen, encontrar alternativas y respuestas ante los ajustes defensivos será determinante para alcanzar la final. Pablo Laso ha conseguido cambiar el rumbo de un club histórico como el Real Madrid, pero al buen juego hay que sumarle títulos, y mucha gente desea el siguiente paso, Copas del Rey, y Ligas son un buen botín, pero el prestigio que da la Euroliga no es comparable a nada. Cuatro entrenadores, cuatro perfiles, y un destino, Milán, ante ellos el mayor objetivo para un entrenador europeo, la Euroliga. ¿Quién ganará la batalla en los banquillos, y qué filosofía se impondrá?

Por Alex Senra del Cerro
Entrenador superior baloncesto
Analista Euroliga para JGBasket

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