Después de más de treinta años en los banquillos, a sus 62 años, a George Karl (12/05/1951, Penn Hills, Pennsylvania) le ha llegado el mayor reconocimiento de su carrera al ser designado “Entrenador del año” en la NBA. Su camino hasta llegar a la cima no ha sido nada fácil.
El primer gran revés para el actual entrenador de Denver Nuggets llegó cuando dirigía al Real Madrid. Corría el año 1989 y Karl tuvo que sobreponerse a la muerte de Fernando Martín, el primer jugador español en jugar en la NBA, e intentar levantar a su equipo ante un golpe tan duro. Pero éste sería sólo el comienzo de una larga travesía por el desierto.
En el verano de 2005, le detectaron un tumor en la próstata y tras someterse a cirugía quedó limpio del cáncer. No habían pasado ni seis meses cuando Karl se enteró de que su hijo Coby, jugador de baloncesto profesional y con sólo 22 años, tenía cáncer de tiroides. Tras dos operaciones y sesiones de quimioterapia, se recuperó completamente y continuó con su carrera profesional para jugar en la NBA en Lakers, Rockets y Cavaliers y en la ACB en Joventut y Granada. Pero esta no sería la última vez que la familia Karl se enfrentó a esta temible enfermedad. En 2010 y tras dirigir al Oeste en el partido de las estrellas, George hizo público que tenía cáncer de garganta. Se enfrentó a un tratamiento muy duro que le apartó un tiempo de los banquillos, incluso a su regreso aún padecía dolores y nauseas.
Un importante premio con un sabor muy amargo, ya que, tras conseguir un récord histórico para la franquicia al acabar la temporada regular con 57 victorias y 25 derrotas, su equipo perdió en la primera ronda de los playoff ante Golden State. Discreto y trabajador, Karl, tras conocer la noticia y aún dolido por la derrota, se limitó a decir en su cuenta de twitter: “Honored receive coach of the year award. Tribute to great players and assistants. Many others equally deserving”. (“Recibo honrado el premio al entrenador del año. Un reconocimiento a grandes jugadores y ayudantes. Aunque otros muchos también se lo merecen”.). El galardón lleva el nombre de Red Auerbach, el mítico entrenador que ganó 9 anillos con los Celtics entre los años 50 y 60.
Pero todas estas experiencias no han hecho más que marcar su carácter y hacerle trabajar aún más. Antes de su llegada a los banquillos, George Karl, que cursó sus estudios en la Universidad de North Carolina, nunca destacó como base. Por eso, no paso del decimocuarto puesto 14 de la cuarta ronda del draft, siendo elegido por los New York Knicks. Sus escasas opciones de jugar, le hicieron fichar por San Antonio Spurs de la ABA. Allí estuvo cinco temporadas, las dos últimas en la NBA, tras la incorporación del equipo texano.
Con 29 años decidió colgar las botas y convertirse en entrenador. Su primera experiencia fue en los Montana Golden Nuggets, de la CBA. Sus grandes temporadas allí, donde consiguió en dos ocasiones el título de entrenador del año, le sirvieron para tener su primera oportunidad en un banquillo NBA. Cleveland apostó por él y, tras dos años en los Cavaliers, se hizo cargo de Golden State Warriors. Karl se dio cuenta de las dificultades de entrenar en la NBA y dos temporadas más tarde decidió volver a dirigir en la CBA a Albany Patroons.
En la temporada 1989-90, con sólo 38 años llegó al Real Madrid, con el difícil reto de sustituir a Lolo Sainz. Sus métodos de trabajo y su carácter causaron desde el inicio gran impacto en la plantilla madridista, lo que provocó que sus jugadores tuviesen un gran respeto y admiración por él. Karl vivía el baloncesto las 24 horas al día, planificando detalladamente cada entrenamiento y cada partido y analizando exhaustivamente al rival. Una de las novedades que instauró el entrenador estadounidense en el vestuario blanco fue guardar un minuto de silencio antes de saltar al campo por si algún jugador quería rezar o simplemente para que existiese un momento de concentración previo al partido.
Tras finalizar su primer año en Madrid sin conseguir ningún título, Ramón Mendoza decidió prescindir de él, anunciando su sustituto, Wayne Brabender. George Karl no pudo contener las lágrimas en su despedida. Su etapa en España había acabado y volvió a coger las riendas de Albany Patroons. Su gran temporada le sirvió para volver a ser nombrado mejor entrenador del año y que Mendoza se fijase de nuevo en él como futuro entrenador del Real Madrid si venciese en las elecciones presidenciales. En su segunda etapa, los resultados tampoco le acompañaron y en enero, decidió presentar su dimisión y volver a la NBA.
Seattle Supersonics apostó por Karl y a punto estuvo de devolverles la confianza recibida al llevarles a la final de la NBA en 1996, pero, en frente, estaban los Chicago Bulls de Michael Jordan, un gran rival al que plantaron cara hasta el sexto partido. Después de siete temporadas, en las que no bajó en ninguna de 55 victorias, puso fin a su periplo en Seattle por su mala relación con el presidente del equipo, a pesar de que esa temporada hubiesen alcanzado las 61 victorias.
La siguiente parada en su carrera fue Milwaukee Bucks a los que logró devolver a la élite y llevarles al título de la División Central. Sus grandes campañas le sirvieron para que en 2002 se convirtiese en el entrenador mejor pagado de la NBA con siete millones de dólares por temporada. Pero ese año, George Karl no sería recordado por su sueldo sino por ser el entrenador que dirigió a Estados Unidos en el Mundial de Indianápolis, en el que los profesionales de la NBA cosecharon tres derrotas y finalizaron en sexto lugar. Un borrón que, tras acabar su contrato en Milwaukee, le hizo estar dos años en el dique seco hasta que Denver, en 2005, decidió hacerse con sus servicios.
En su octava temporada en los Nuggets, ha conseguido la mejor marca en la historia de la franquicia, pero se le siguen resistiendo los playoff. George Karl ha confesado en muchas ocasiones que dejaría de entrenar en la NBA si le llegase una oferta de Europa o de “su” Universidad, Carolina del Norte. Después de ser nombrado mejor “Entrenador del año” en la NBA, ¿será el momento del cambio?
Por Víctor Escandón Prada
Periodista y entrenador superior baloncesto
Gabinete contenidos JGBasket
Fotografía
Chris Humphreys US Presswire
Publicada Publicada el: 15 mayo 2013 19:03 pm