El Viernes 11 de Mayo dará comienzo una nueva edición de la Final Four de la Euroliga, en la que seguramente estén presentes los equipos más fuertes de esta temporada.

Y es que el nivel que ha tenido la competición este año ha sido altísimo, ya desde una primera fase en la que una gran cantidad de jugadores NBA estaban presentes gracias al lockout (Rudy, Gallinari, Lawson, Batum, TJ Ford, Ilyasova, Sefolosha, Pachulia, Farmar, Pekovic), y que elevaron el listón de exigencia al máximo, para no quedar apeados de la competición a las primeras de cambio. Cuando el desenlace del lockout llegó a su fin, el éxodo de sus estrellas dejó algunos equipos más que debilitados, incapaces de afrontar la exigencia del Top 16.

Los cuartos de final supusieron el fin del camino para cuatro equipos que se quedaron a las puertas de la gloria, el Unics Kazán sucumbió ante el Barcelona Regal, el novato Gescrap Bizkaia plantó cara al todopoderoso CSKA, Montepaschi Siena no acudirá a su cita anual con la final four, y es que el equipo de Pianigiani perdió ante el Olympiakos, y el Maccabi de Tel Aviv nos ofreció una memorable eliminatoria que se resolvió en el quinto partido por tan sólo un punto a favor del Panathinaikos. Estambul tendrá el honor de acoger esta fase final, y lo hará sin ningún equipo otomano, lo cual supone un duro golpe, dado que se ha realizado un gran esfuerzo a nivel económico para que uno de sus equipos alcanzase esta final four.

La primera semifinal la disputarán Panathinaikos, y CSKA de Moscú, para muchos la final anticipada. No fue fácil para los de Obradovic plantarse en estas semifinales, sin embargo nadie duda que son el coco a evitar. Su combinación de calidad, talento, y experiencia les convierte en aspirantes a dar la sorpresa, y más cuando quién dirige la nave helena desde el banquillo es Zeljko, maestro de maestros. No serán pocas las trampas defensivas que vaya a plantear para desnaturalizar el juego de los moscovitas. El duelo de directores de juego será de primer nivel, y es que enfrente estarán los dos mejores bases del continente, el griego Diamantidis, prolongación de Obradovic en la cancha, y el serbio Teodosic, jugador que si despliega todo el talento que posee puede decantar el signo de cualquier partido. El gran problema al que deberá hacer frente el conjunto griego tiene nombre, y apellidos, Andrey Kirilenko, cuya movilidad puede suponer un problema para la defensa helena, dado que no hay muchos jugadores capaces de frenar la versatilidad del ruso. El siguiente problema será si el estado de forma de Krstic es el adecuado, coleccionista de dobles-dobles supone un quebradero de cabeza desde las posiciones de poste bajo, su capacidad de lectura del juego, y de pase es alta. Por el contrario la fuerza de Batiste puede contrarrestar el poderío de los rusos en el juego interior. Ya conocemos el rol que Obradovic suele dar a jugadores como Maric, o Vougioukas, sin embargo, su rol en este partido se antoja clave para equilibrar fuerzas, la salida de Tsartsiaris, y su acierto desde el perímetro puede suponer un factor a tener en cuenta para los rusos. La concentración que genera Batiste a su alrededor, y las lecturas de pick and roll de Diamantidis suponen una cantidad de posiciones cómodas de tiro para los exteriores helenos, los porcentajes en el tiro de 3 de Logan, Smith, Calathes, Sato, o Perperoglou supondrán medio pase a la final.

Por su lado el equipo de Kazlauskas ha conformado una plantilla porfunda, y completa en todas las posiciones del campo, el trío formado por Teodosic, Kirilenko, y Krstic es sólo la punta de iceberg de un equipo confeccionado con un sólo objetivo, conseguir esta Euroliga. La trayectoria en la competición es simplemente brillante, sólo 2 derrotas en 20 partidos. El nivel defensivo mostrado no ha sido igualado por ningún equipo, el físico de sus jugadores, y las rotaciones permiten imponer un ritmo a los partidos tan alto que termina por doblegar a sus rivales. El talento de Teodosic se complementa con la juventud, y descaro de un Alexey Shved que se convertirá en una estrella del baloncesto europeo. En el interior la rotación la completan dos jugadores eficientes en su parcela, un Lavrinovic que abre las defensas gracias a su amenaza desde el exterior, y Sasha Kaun, jugador rocoso, más peligroso cuanto más cerca del aro se encuentra. CSKA puede disponer de 4 jugadores exteriores en pista, alternativa que castiga aquellos equipos con plantillas con posiciones más definidas. Hay otro duelo más que interesante entre dos lituanos, veteranos, que reinaron el baloncesto europeo, y que ahora disponen de un rol más secundario, Siskauskas, y Jasikevicius, cualquiera de los dos puede surgir desde el banquillo para generar algún parcial positivo para su equipo. La batería moscovita se completa con el atlético Khyapa, Jamont Gordon, y Vorontsevich.

Una vez finalizado el partido será el turno para el Barcelona Regal, y el Olympiakos. El conjunto de Xavi Pascual tiene la espina clavada de lo ocurrido la temporada pasada, y más concretamente un Navarro que llega a esta fase de la temporada en pleno estado de forma, eso supone un arma ante la que no hay mucha defensa capaz de contrarrestarlo. La profundidad de banquillo de los blaugrana sólo es comparable a la del CSKA, los rumores de la marcha de Lorbek a los Spurs no debería descentrar al otro pilar ofensivo del equipo, sus actuaciones resultan decisivas para los intereses del Barcelona, peligroso a corta, media, y larga distancia, su aportación en la pintura también contribuye a que el equipo de Pascual sea uno de los que menos puntos encaja en la competición. La intimidación de Ndong, Vázquez, o Perovic, y el control del rebote son claves para este equipo. La pareja formada por Sada, y Huertas se complementa a la perfección dirigiendo la nave blaugrana. Otro de los que se esperaba más, y que parece que recupera sus mejores sensaciones es Chuck Eidson, que junto a Mickael conforman la pareja de aleros altos más determinantes de la competición. El control del ritmo de juego es vital para los intereses del Barcelona, evitando al máximo posible las pérdidas de balón. Factores que pueden romper algunos esquemas son los de Rabaseda, o Ingles, el primero va adquiriendo mayor protagonismo en la rotación culé, y el segundo puede justificar su elevada ficha en cualquier momento desde el perímetro. En frente otro maestro de los banquillos, Dusan Ivkovic, experto en el plano defensivo, tratará de enmarañar una red para controlar, y minimizar al máximo el talento de Navarro, y Lorbek.

El equipo heleno, con una plantilla inferior a la de otras temporadas, se ha plantado en esta final four dejando en la cuneta a uno de los aspirantes, y ya clásicos en estas fases finales como el Montepaschi Siena. Liderados por Spanoulis, el equipo se sustenta con el americano Kyle Hines, que a pesar de no llegar a los dos metros se siente dominador en la pintura, y el pivot macedonio Pero Antic. El resto de jugadores no son considerados como grandes estrellas a nivel europeo, pero si son excelentes jugadores, repletos de calidad, como el caso de Marco Keselj, un alero de 2,08 con una gran versatilidad, o el renacido Printezis, que nos recuerda al excepcional jugador que era antes de su aterrizaje en Málaga. Acie Law se encarga de dirigir el juego del equipo del Pireo. La línea exterior deberá mejorar sus paupérrimos porcentajes desde la línea de tres puntos (29,4% en playoff) para poder estar en condiciones de optar a la victoria.

No hay rival fácil, pero parece sobre el papel que el único equipo que parte con cierta ventaja es el Barcelona Regal. El desenlace de la otra semifinal será bastante más incierto, dado que CSKA puede contar con un punto más a su favor en cuanto a jugadores determinantes, y profundidad de banquillo, pero la sombra de Obradovic es muy alargada, y seguro que no regalará nada a lo largo del partido, por lo que se antoja una batalla más que interesante para todos los aficionados al baloncesto.

 

Por Alex Senra del Cerro
Analista Euroliga JGBasket

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