Foto portada Miguel Ángel Forniés
En el día en que Toni Kukoc cumple 55 años hablamos con Zeljko Pavlicevic, su entrenador en la Jugoplastika de Split, por entonces Pop 84, en la temporada 90/91.
De la mano de Zeljko conoceremos a fondo a aquel jugador que maravilló a Europa conquistando su tercera Copa de Europa de manera consecutiva.
Toni Kukoc (Split, Croacia. 55 años) es un jugador de leyenda, uno de los mejores europeos de todos los tiempos. A pesar de sus 2,08 metros de altura podía hacer de todo en la cancha, estando capacitado para jugar en casi todas las posiciones, aunque su posición natural era la de alero. Antes de dar el salto a la NBA en 1993, dejó su huella en el viejo continente tanto con la selección yugoslava y croata, como con la Jugoplastika. En la temporada 90/91 afrontaba un auténtico reto para él, ganar su tercera Copa de Europa consecutiva con los de Split, que contaban con importantes bajas en el equipo. Pero aquel año y pese a las dificultades, los croatas, con Kukoc a la cabeza, escribieron una de las páginas más gloriosas de la historia del baloncesto europeo. Para descubrir a fondo cómo era este jugador por entonces, hablamos con Zeljko Pavlicevic, su entrenador aquella temporada en la Jugoplastika, quien ya había entrenado a grandes estrellas del baloncesto continental, como Kresimir Cosic y Drazen Petrovic.
ZELJKO PAVLICEVIC SOBRE TONI KUKOC
El lado humano.
Era muy educado. Es una persona muy centrada, muy serio, muy concentrado y un hombre que respetaba al resto de gente del equipo, que para un líder, para una estrella, es algo que es muy importante. Toni como persona era perfecto. Como entrenador no puedo decir nada malo de él. Siempre era correcto en el entrenamiento, ayudando a la gente, con una colaboración con el entrenador muy buena. Yo creo que no existe ningún entrenador que se quejara de Toni. Los grandes jugadores son personas especiales, como pasa en la música o en el mundo de las letras. Por eso, a estas grandes personas y grandes deportistas, hay que respetarlos de una manera diferente.
Su liderazgo.
Es una pregunta muy interesante. Yo vine a Split después de estar en el Taugrés, y varios jugadores habían abandonado el equipo. Radja se fue a los Boston Celtics,
Ivanovic quería salir fuera del país, y Sobin se fue al Aris porque le hicieron una oferta muy fuerte. Es decir, tres jugadores del cinco inicial de la temporada anterior se fueron. En esta nueva situación, Kukoc era un líder natural, pero no ese tipo de líder que va a hablar, que va a hacer todo, no. Él fue un líder porque todo el mundo le respetaba como jugador y como persona. Todo el mundo sabía que él era algo especial en la cancha. Y esto para mí y para todos los entrenadores es una situación muy fácil.
Cuando yo estaba como director de la Federación de Croacia, en el año 1996, antes de los Juegos Olímpicos en Atlanta, teníamos un equipo muy fuerte. Estaban Radja, Toni, Vrankovic, Komazec, etc., pero no había un líder claro después de Drazen, ¿sabes? En este momento, Toni no se imponía como un verdadero líder. Es verdad que estaba en una situación un poco comprometida porque había muy buenos jugadores, pero él no ponía su carácter como cuando estaba en Split, con su carácter correcto, no muy agresivo, pero siendo el líder indiscutible. En esta situación, rodeado de otros grandes jugadores, él no tomaba una actitud de decir, soy el primero, soy el líder. Por esto la selección croata, después de Drazen, no hizo nada especial, a pesar de que tenían un
gran equipo. Todo el mundo miraba al otro y ninguno quiso estar como el único líder, el líder indiscutible.
La NBA.
Para él fue la última temporada en Split. El club sabía que después de tres Copas de Europa es lógico que tuviese derecho a salir y cobrar más dinero fuera. Durante este
año, Jerry Krause, de Chicago, venía varias veces a hablar con él, con su familia, con gente del club. Tenían un interés real. Jerry estuvo muy listo, no tenía mucha prisa por llevárselo a la NBA porque sabía que por su talento y trayectoria era mejor que jugara algún año más en Italia. Él hizo algo muy importante para Toni porque cuando llegó a la NBA era un jugador de alto nivel para jugar allí. En aquella época en la NBA no es como ahora, había más problemas para los europeos. Jerry Krause hizo un trabajo muy digno, esperando dos o tres años, viniendo a Split, hablando con todo el mundo, con Toni… Y por fin, él se fue a la NBA en el momento oportuno.
La final de Copa de Europa frente al Barcelona.
Otro punto, para que veas cómo es Toni. La final de la Copa de Europa contra Barcelona fue bastante complicada para nosotros, era lógico. Barcelona estaba muy fuerte, Maljkovic estaba allí, al año siguiente eran los Juegos Olímpicos. En primera fila estaba todo el mundo del baloncesto, de Barcelona, Núñez, el presidente, Samaranch…
Todo estaba en contra para nosotros, pero jugamos bien, hicimos un partido muy serio. Y en un momento dado, no voy a decir que los árbitros querían ayudarlos, pero Toni tenía cuatro faltas y tuvo que salir fuera. Era un punto psicológico porque todo el mundo estaba concentrado en qué va a hacer Kukoc, lógico, era un jugador extraordinario. Pero a veces, un jugador extraordinario no puede hacer todo solo, es normal. Entonces, psicológicamente, Barcelona pensó: “Kukoc está fuera. Ahora es nuestro momento”. Sin embargo, en los siguientes siete u ocho minutos no pasó nada.
Nosotros teníamos 7 o 8 puntos de diferencia a falta de dos minutos para el final, que era una diferencia, para un equipo serio como éramos nosotros, casi suficiente para
ganar. Quiero decir, no éramos un equipo que iba a perder cinco balones en un minuto. Mientras, yo estaba pensando en ese momento: “No es correcto que Kukoc no
vaya a estar en los últimos momentos del último partido de un campeonato en el que ha sido un jugador muy importante”. Entonces, yo le llame: “Kuki, venga dentro”. Y él
me dijo: “Coach, ellos están jugando mejor sin mí”. Yo le dije: “Tú tienes que estar dentro estos dos últimos minutos”. Y él entró… Esta anécdota refleja muy bien su
carácter, su forma de ser. Él no estaba enfadado por estar sentado en el banquillo, si no, no me hubiese dicho: “Coach, ellos están jugando mejor sin mí”. Toni no fue el
mejor jugador en este partido, el mejor fue Savic, pero en muchos partidos anteriores había sido un jugador clave. Y yo, como entrenador, tenía que reconocer y homenajear su labor. Era su último partido.
Lo que menos le gustaba.
Él, como todos los grandes jugadores, no sé qué pasa con ellos, pero a ninguno le gusta el calentamiento. Es algo que no puedes creer. Y Kukoc fue un ejemplo perfecto, ¿sabes? Muchas veces le tenía que decir: “¡Vamos, Kuki! Venga, vamos”. Un poco para motivarle. Y después, cuando tenía el balón en sus manos y empezábamos a jugar, era otra persona. Ahí veías que realmente le gusta el baloncesto.
Más anécdotas.
En los entrenamientos no había ningún problema con él porque estaba como hombre de equipo y sabía que el equipo era lo más importante. El único problema es que, algunas veces, durante algunos partidos contra equipos no muy buenos, Toni, en comparación con otros jugadores como Petrovic, que quería jugar estos partidos y meter 120 puntos, no tenía tantas ganas de meter 30 o 40 puntos en estos partidos.
Así que empezaba a pasar balones por todos los lados para compañeros que no tenían su calidad y, algunas veces, tuvimos situaciones complicadas en estos partidos. Esto es
lo único que puedo decir, pero no es su culpa, es su estilo. Él iba hacia canasta y sacaba el balón a un compañero para el tiro de tres y el otro compañero no metía…
Te voy a contar otra anécdota. Yo, como entrenador, no acepto cuando algunos jugadores se enfadan y dan una patada al balón. Esto para mí siempre es un castigo.
Una mañana se veía que Kukoc venía enfadado de fuera y, después de veinte mil minutos de calentamiento, en un momento, ¡pam! Le dio una patada al balón. Yo le dije: “Kuki, esto es castigo”. Le llamábamos Kuki aquí, ¿sabes? Y él dice: “Coach, estoy enfadado por esto y le he dado una patada al balón para poner mis nervios fuera”.
Tenía un sentido para el tiro que también tenían algunos jugadores de la NBA, es decir, no crees que pueden hacer esas cosas con su cuerpo. Podía meter canastas increíbles.
Tenía cosas de genio. Recuerdo su último partido en la antigua Yugoslavia. Jugábamos la final de liga contra Partizan, y Kuki jugó en Belgrado un partido extraordinario. Yo le senté a falta de cinco minutos para el final, todo el pabellón se levantó y le aplaudió.
Todo el mundo le respetaba. Él jugó un partido extraordinario, hizo unas cosas increíbles, tiros, defensa… Y nosotros ganamos 3-0. Aquí se puede ver el talento que tenía Toni por entonces porque, al año siguiente, Partizán fue el campeón de Europa con el mismo equipo.
El pasado 13 de septiembre se estrenó en Sarajevo una película sobre Toni Kukoc, la
única hasta este momento. (Fotos y vídeo, cortesía de Zeljko Pavlicevic).
Entrevista por JAVIER BALMASEDA
«Clásicos del baloncesto. Charlando con los protagonistas. Historias y entrevistas de Javier Balmaseda».
MIGUEL ÁNGEL FORNIÉS nació en Badalona el 18 de septiembre de 1952. Estudió en los Salesianos Badalona y en el Colegió Badalonés. Servicio Militar en Campo Soto,
Cádiz.
Fotoperiodista de Devoción. Colaboró con Eco Badalonés, 5Todo Baloncesto. Desde
1981 con Nuevo Basket como fotógrafo. Primer fotoperiodista en viajar a ver y fotografiar partidos de la NBA en 1984. Europeo de 1973, cinco Mundiales Júnior (de
1983 a 1999). Quince meses trabajando, viviendo y jugando a baloncesto en Argelia
(Sidi Bel Abbès).
Mundial de España 1986, Mundial de Argentina en 1990. JJOO de Barcelona 1992 como adjunto del jefe de prensa de baloncesto. Ha escrito dos libros, Crónica de un
viaje alucinante (en 2009) y Memorias Vividas (en 2015). Durante 19 temporadas (1996-2014) responsable de prensa del Club Joventut Badalona.
FELICIDADES, Miguel Ángel. Hoy también es tu cumpleaños.
Kukoc, un líder diferente. Zelko Pavlicevic sobre Toni Kukoc.
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