Ya hemos hablado en otras ocasiones de la defensa y su importancia en el juego desde pequeños. En este artículo nos vamos a centrar en el trabajo de defensa individual al jugador con balón tanto en el perímetro como en el poste bajo o a campo abierto, siendo la primera de las pautas que sean agresivos. No sirve de nada tener una buena posición corporal y estar defendiendo a dos metros del jugador con balón o del posible receptor sin intensidad.

En primer lugar, hablando de la defensa del balón, tenemos que dejar claro a nuestros jugadores la importancia de la zona del campo en la que están defendiendo, porque no es lo mismo defender a campo abierto que en el perímetro. No pueden estar a la misma distancia del jugador porque el objetivo final no es el mismo, sobre todo antes de que echen el balón al suelo. Cuando presionan toda la pista tienen que estar un poco más separados del atacante que en posiciones cercanas al aro, pero tampoco en exceso, porque el atacante al tener más espacios, puede superar con más facilidad a su defensor. Eso sí, tenemos que concienciar a los defensores de que tienen que ser igual de agresivos al balón, cerrando los espacios, para evitar que avance el rival.

Les tenemos que enseñar que, a diferencia de, en posiciones cercanas al aro, en las que el defensor tiene que estar en línea con el cuerpo, a campo abierto, el centro de su cuerpo tiene que estar alineado con el hombro del atacante o incluso con el balón, porque si se colocan delante del atacante al tener mucho más espacio, le acabará desbordando con más facilidad.

Otro de los aspectos que tenemos que recalcar y que ya hemos señalado en otros artículos es la disociación del trabajo de manos y pies, los pies tienen que estar activos, trabajando sobre las punteras para reaccionar ante cualquier movimiento, mientras que las manos trabajan por otro lado, utilizando la más cercana al atacante para evitar los cambios de mano por delante. Eso sí, si van a robar el balón, es básico que solo lo hagan con las manos, porque si adelantan las piernas, al atacante le va a resultar más fácil superarle. En cuanto se vea superado, el defensor tiene que girarse a toda velocidad y esprintar para recuperar, porque si da un primer paso de caída lateral, hay pierde una ventaja difícil de recortar.

En la defensa al balón en el perímetro, en mis entrenamientos insisto a los jugadores que sean agresivos al balón, ya que no me gusta ver como el jugador con balón está cómodo en el triple, pudiendo ver con claridad las posibles líneas de pase e incluso llegar a lanzar casi sin oposición porque el defensor está muy retrasado, cerrando el aro. El problema que nos encontramos con esto es que si está muy separado antes de que su contrincante reciba y no interpreta bien el movimiento hacia el atacante, el rival sacará aún más ventaja, porque es habitual ver como los defensores están alejados del atacante y en cuanto éstos reciben el balón, dan un paso al frente y ahí es cuando se produce el desequilibrio y la ventaja para el ataque.

Al igual que explicábamos antes, el defensor tiene que estar flexionado, teniendo el centro de gravedad bajo y las punteras de los pies preparadas para reaccionar con pasos cortos. Las manos, independientes del tren inferior, tienen que estar muy activas, siempre de abajo a arriba, sobre todo para que si el atacante sube el balón por encima de la cabeza, le impida bajarlo, ya que así limitaría sus opciones de tiro o bote, obligándole a  proteger el balón, teniendo que defenderse en vez de preocuparse por atacar. Además, el cuerpo del defensor tiene que estar en línea con el del rival, tratando de evitar caer en las fintas, puede intentar acompañarlas, pero siempre sin perder su centro de gravedad, ya que si se levanta o se mueve, ahí es cuando el atacante puede sacar ventaja y superarle.

Por último, la defensa al poste bajo. Las pautas son las mismas que la defensa del 1c1 al perímetro, pero con algunas matizaciones. La primera de ellas, el trabajo con el antebrazo para aguantar al defensor rival, con el que lo fijan, no lo desplazan. El orientar hacia un lado u otro depende de cómo tengamos estructurada nuestra defensa y de si las ayudas, en caso de producirse, vengan del centro o por línea de fondo. El objetivo es claro, que el atacante no pise el centro de la zona. Por lo que, el defensor tiene que estar flexionado y preparado para desplazarse, evitando ser superado.

 

Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete técnico JGBasket

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