Si ha habido un gran protagonista en la clasificación del Real Madrid para la Final Four, ese ha sido Facundo Campazzo. El base argentino, desde su vuelta al conjunto blanco, se ha convertido en todo un referente y el canalizador ofensivo de su equipo gracias a su intensidad, su visión de juego y, por supuesto, su talento. La ausencia de Llull contra Panathinaikos, le daba una mayor responsabilidad al Facu y ¡vaya como ha respondido! Ha sido el mejor, liderando a los de Laso con 12,3 puntos; 8,3 asistencias; 4,6 rebotes; 3 robos; y 24,3 puntos de valoración, dando toda una lección de baloncesto en los momentos decisivos y secando en defensa a Langford y Calathes.
Pero Facundo Campazzo no es un rara avis dentro de los bases argentinos. Por suerte, en España, hemos podido disfrutar en las últimas décadas del talento de los directores de juego argentinos. Aunque con sus diferencias, todos estaban cortados prácticamente por un mismo patrón, derrochando energía, intensidad y creatividad. La época dorada de la albiceleste – subcampeona del Mundo de Indianápolis 2002, medalla de plata en el FIBA Américas 2003, medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y bronce en los de Pekín 2008– tenía como bases a Alejandro Montecchia, Pepe Sánchez, Pablo Prigioni o Lucas Victoriano.
Da igual el tiempo que hayan estado en su club, porque, desde el primer día, han dejado huella, sintiendo los colores y dándolo todo por su equipo. Tres de ellos, Montecchia, Sánchez y Victoriano formaron la tripleta de bases de la selección argentina que lograron el subcampeonato del Mundo en Indianápolis, logrando un hito histórico, ser la primera en derrotar a una selección de Estados Unidos compuesta al completo por jugadores NBA desde que en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, los estadounidenses dejaron de llevar a los jugadores universitarios para sustituirlos por las estrellas NBA.
Ha pasado mucho tiempo de aquello, pero para el recuerdo queda el partidazo de los argentinos, con un Pepe Sánchez que volvió loco a los estadounidenses, manejando a la perfección el balón, volviendo loco a sus rivales. Un jugador zurdo con una visión espectacular de juego, gran asistente y con buena mano. Hizo una gran carrera en España, pero antes de llegar se había convertido en el primer argentino en ganar la NBA y se había proclamado campeón de la Euroliga con el Panathinaikos de Obradovic. Después de debutar con el Etosa Alicante, fichó por Unicaja, con quien ganó una Copa del Rey y una Liga ACB, antes de recalar en el Barça y, posteriormente, en el Real Madrid.
Por su parte, Montecchia recaló en las filas del Pamesa Valencia tras proclamarse subcampeón del Mundo con 30 años. En sus tres temporadas en el equipo taronja dejó un gran recuerdo, pero no se fue de la mejor manera. Fue de los pocos jugadores de la Generación Dorada que no jugaron en la NBA, pero no porque le faltasen ofertas, ya que su amigo Ginóbili, tras proclamarse campeones en los Juegos Olímpicos, dio muy buenos informes sobre él a Popovich y éste le llamó para ficharle, pero Montecchia rechazó la propuesta porque todavía tenía contrato en vigor con Valencia. Había rechazado a Pop y a unos Spurs se esa temporada se alzarían con el anillo. Después del compromiso mostrado con la entidad valenciano, al acabar su contrato al año siguiente, el club tenía la opción de ejercer la renovación automática y no la ejecutó, lo que no sentó nada bien a Montecchia después de haber renunciado a la NBA.
No solo han compartido vestuario con la albiceleste, ya que Pepe Sánchez y Alejandro Montecchia, junto con el mejor jugador argentino de la historia: Manu Ginóbili, tienen un punto de origen común, todos han nacido en Bahía Blanca. Una ciudad que ha vuelto a juntar, después de su retirada, a Montecchia y Sánchez al frente del club Bahía Basket, entrenado por Sebastián Ginóbili, hermano de Manu.
Uno de los jugadores con más proyección y que, finalmente, no brilló tanto como se esperaba de él en las categorías inferiores de la selección, fue Lucas Victoriano. Llegó muy joven al Real Madrid, con 20 años y una gran capacidad anotadora, pero pronto se le puso el cartel de “pasota”, ya que se cuestionaba su intensidad en los entrenamientos. Su talento no dejaba ninguna duda, pero su actitud sí. Fue de los primeros jugadores en lanzar casi desde ocho metros, algo no frecuente por entonces. Después de varias cesiones, jugó un par de temporadas en el Real Madrid antes de jugar en Girona y Argentina.
Otro que ha marcado una época es Pablo Prigioni. Después de catorce temporadas en España, vistiendo la camiseta de Fuenlabrada, Alicante, Tau y Real Madrid, dio el salto a la NBA a los 35 años, jugando cuatro temporadas en Estados Unidos y demostrando su gran profesionalidad. El base argentino demostró durante toda su carrera que el trabajo y el esfuerzo eran sus señas de identidad. Prigioni, aunque capaz de anotar, tenía como mayor virtud la lectura del pick and roll, haciendo mejores a sus compañeros y superando las 1 500 asistencias en la ACB. Pero su inteligencia no la ponía solo al servicio del ataque, ya que, en defensa, sabía perfectamente dónde colocarse y era capaz de anticiparse, utilizando muy bien las manos, lo que le convirtió en un gran ladrón.
No podemos olvidarnos del actual base del Divina Seguros Joventut, Nico Laprovittola. El año pasado llegó en enero a Badalona para salvar al equipo y esta temporada se ha hecho con las riendas siendo el gran artífice de la espectacular campaña de su equipo, que se metió en la Copa del Rey y está peleando por meterse en el playoff. El ex de Baskonia y Estudiantes batió el récord absoluto de valoración en el partido de cuartos de final de la Copa 2019 con 50 de valoración. Una actuación soberbia con 36 puntos, 4 rebotes y 7 asistencias. Laprovittola quizá sea el más anotador de todos los bases de esta lista, pero eso no impide que otra de sus virtudes sea el pase. Sin ir más lejos, se puede convertir en el primer jugador en la historia de la ACB en comandar las estadísticas de máximo anotador y mejor pasador.
Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete técnico JGBasket