La burbuja de Orlando está llegando a su fin. Lakers y Heat lucharán por el título después de imponerse a Denver y Boston, respectivamente. En su décima presencia en las finales NBA, LeBron James, intentará conseguir su cuarto anillo ante la franquicia con la que consiguió los dos primeros. No habrá sentimentalismo por parte del «Rey», que ha exhibido, sobradamente, su mentalidad ganadora.
Han tenido que pasar diez años para que los Lakers vuelvan a pelear por el campeonato. Con el objetivo de llevarles a lo más alto, fichó, en el verano de 2018, LeBron. Y está a un solo paso de conseguirlo. Han ido eliminando, paulatinamente y por un contundente 4-1, a Blazers, Rockets y Nuggets. El mejor equipo del oeste busca no solo levantar el trofeo, sino también honrar la memoria de Kobe Bryant.
Para ganar, necesitan, además de la aportación de Anthony Davis y James, que el resto de la plantilla rinda a un buen nivel, sobre todo, Danny Green, que está lejos de su mejor versión. Lo más positivo para los de Frank Vogel es el paso al frente que han dado, tras el parón, dos jugadores veteranos como Rondo y Howard. A estos últimos hay que sumar el buen hacer en estos playoffs de Kuzma, Caruso y Caldwell-Pope.
Miami no estaba en las quinielas para llegar hasta esta última ronda, pero se ha clasificado por méritos propios, demostrando ser, actualmente, el equipo más en forma. Después de acabar quinto la temporada regular, ha dejado por el camino, con gran solvencia, a Pacers, Bucks y Lakers. Sin, a priori, el cartel de favorito, pero con un entrenador que sabe lo que es ganar, aspirar a dar mucha guerra a los angelinos.
Spoelstra ha sabido dirigir a la perfección a un equipo que combina juventud y veteranía. A un Goran Dragic excelso en la dirección y en la anotación, y a un Jimmy Butler decisivo en los instantes finales, se ha sumado un grupo de jóvenes muy talentosos y descarados como Tyler Herro–primer año en la NBA–, Duncan Robinson y Bam Adebayo, que está a un nivel espectacular. No podemos olvidarnos del más veterano, Andre Iguodala disputará su sexta final consecutiva, su aportación y experiencia resultará clave para que los de Miami tengan alguna opción.
Los Lakers, sobre el papel, son favoritos, pero no se pueden confiar, porque Miami no tiene nada que perder y a LeBron le puede pasar factura la presión, sobre todo, después de haber desperdiciado tantas oportunidades y haber sido derrotado en seis finales. Lo que está claro es que el «Rey» busca recuperar su trono.
Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete técnico JGBasket
Foto: NBA Photo