No podía haber empezado mejor la temporada para el base de Mahón que no deja de acaparar elogios, premios individuales y, sobre todo, victorias para su equipo. Pocos dudan ahora de su capacidad y talento, convirtiéndose, junto a Felipe Reyes en el cuerpo y alma del Real Madrid, pero su fichaje generó, de inicio, muchas dudas para los aficionados madridistas.
Estaba claro que Llull era una apuesta de futuro y más cuando el Madrid lo fichó para los playoffs de 2007 con sólo 19 años, procedente de un Manresa en el que no era titular. Cuando llegó, se decantó por el 23 de su ídolo, Michael Jordan. A Manresa había llegado a los 15 años desde La Salle Mahón, después de que la Federación Española le convocase para la preselección cadete tras un partido con su club en el que había anotado 71 puntos. Finalmente, no fue convocado, pero ya se había dado a conocer en el mundo baloncestístico. En el verano de 2004, volvió a ser preseleccionado para la selección júnior y se había quedado a las puertas de entrar en el equipo cuando una lesión de última hora de un compañero, le permitió participar y alzarse con la medalla de oro en el Europeo de Zaragoza.
El Madrid no fue el equipo con el que debutó en la ACB, ya que, a los 17 años, ya lo había hecho con Manresa de la mano de su mentor Xavi García en Bilbao. Desde su llegada al Madrid, no ha tenido un puesto claramente definido, aunque llegó como alero. En su primer año, tuvo de maestros a dos jugadores de la talla de Raúl López y Bullock, del primero fue aprendiendo a imprimir la pausa necesaria al juego y la visión de juego, ya que su explosividad y rapidez le hacían, a veces, pasarse de vueltas y cometer errores. En su primera temporada, no sólo aprendió a calmarse, también a anotar y para ello aprendió del mejor, Bullock. El norteamericano era capaz de generarse él solo los tiros y, en un abrir y cerrar de ojos, romper los partidos. ¿Os recuerda a alguien?
Uno de los mayores lunares de Llull cuando llegó al Madrid estaba en su tiro, capaz de superar a cualquiera en el 1c1, sufría en ataque si le flotaban. Por eso, se empeñó en mejorarlo y a base de tirar y tirar, adoptando las correcciones teóricas de un experto como Randy Knowles, ayudante de Plaza, consiguió pulirlo. Ahora es muy común ver al base de Mahón resolviendo partidos con tiros imposibles.
El verano de 2009 no fue uno más. A finales de junio llegó el draft más español de la historia de la NBA. Mientras Ricky era elegido en el puesto 5 por Minnesota y Víctor Claver, en el 22, por Portland, Llull era drafteado en el puesto 34 por Denver, que inmediatamente traspasaba sus derechos a Houston. Esa no sería la única sorpresa de ese verano, ya que fue invitado por Scariolo para entrenar con la selección de cara al Europeo, a base de talento y trabajo se ganó la confianza del entrenador y un sitio entre los elegidos para el campeonato. Tal fue su entrada en el equipo que Scariolo le dio el último balón para jugársela frente a Turquía, no salió bien y provocó un conato de cisma en la selección, que se quedó en nada tras conquistar el primer oro continental.
Tras un par de años viendo como el Barça acaparaba todo los títulos, la llegada de Laso al banquillo madridista dio un giro a la carrera de Llull. Una de las primeras decisiones del técnico fue definirle en el puesto de uno, junto a Sergio Rodríguez. Los hubo que dudaron de esta decisión, pero el tiempo ha dado la razón a Laso, sobre todo, tras la marcha del Chacho. Este año se ha convertido en el referente del equipo en ataque, en la última semana se ha convertido en el jugador que más valoración ha conseguido en la historia de la ACB en menos tiempo, 37 de valoración (24 puntos, 6 asistencias y 3 rebotes) en poco más de dieciséis minutos; y en el MVP de noviembre de la Euroliga, promediando 21.4 puntos y 5.6 asistencias en los cinco partidos disputados este mes.
Con actuaciones así, seguro que Houston seguirá llamando a su puerta el próximo verano. En 2015, Llull decidió renovar con el Madrid hasta 2021, rechazando la oferta de los texanos, aunque en la rueda de prensa posterior dejó bien claro que “nunca hay que cerrar las puertas a la NBA”. De momento, podremos seguir disfrutándolo en el Real Madrid hasta final de temporada.
Por Víctor Escandón Prada
Entrenador superior de baloncesto. Periodista
Gabinete técnico JGBasket
Foto: ACB Photo