España ya ha conseguido el primer objetivo que se había marcado cuando llegó a China, sellar su pase para los Juegos Olímpicos de Tokio y, de paso, luchar por la que sería su segunda medalla mundialista, después del oro de Saitama. Para ello, tuvo que deshacerse de una correosa Polonia y ahora espera la Australia de Patty Mills.
El choque de cuartos ante los polacos fue una prueba de fuego, en la que una vez más salió a relucir la mejor versión de Ricky Rubio. El base sumó 19 puntos, 5 rebotes y 9 asistencias, anotando dos triples decisivos en el último cuarto que acabaron por romper el partido. Hasta entonces había sido determinante el acierto en el triple de Rudy (5/5) y las grandes actuaciones individuales de los hermanos Hernangómez, que sostuvieron a la selección en los momentos complicados.
El rival en semifinales será la temida Australia, que se deshizo de una más que digna República Checa. Los boomers están ante su gran oportunidad de ser campeones del mundo y no la quieren dejar desaprovechar. Con un juego coral, en el que destaca Mills, pero en el que todos aportan, sabedores de lo que tienen que hacer en cada momento. Han llegado en forma al campeonato y con la moral por las nubes tras derrotar en un amistoso a Estados Unidos.
El otro finalista saldrá del choque entre Argentina y Francia. Los franceses derrotaron a una selección estadounidense que han cumplido con los peores presagios y se va a casa sin poder, ni siquiera, pelear por las medallas. Un entrenador de la talla de Popovich no se merecía pasar por este bochorno ante las innumerables bajas que se fue encontrando en el camino. Eso sí, el técnico norteamericano demostró ser todo un caballero y no quiso poner excusas a la derrota, felicitando a los vencedores.
El duelo más esperado de cuartos era el que enfrentaba a serbios y argentinos. Los de Djordjevic, que partían como grandes favoritos, ya habían demostrado sus limitaciones ante España y fueron incapaces de superar a una Argentina, liderada por unos espectaculares Campazzo y Scola. Los argentinos pudieron vengarse de la derrota sufrida en la final del Mundial 2002 ante Yugoslavia.
Si algo se ha demostrado en este tipo de campeonatos es que no hay nada más importante que la humildad. Djordjevic pecó de arrogante y ante el supuesto favoritismo de su selección, lanzó un recado a los Estados Unidos, advirtiéndoles de que en un posible cruce que “Dios les ayude”. Y cosas del destino, ese enfrentamiento se va a producir, pero seguro que donde él menos se esperaba, en la pelea del quinto al octavo puesto. Llega el momento de la verdad y ahí están los que realmente se lo han merecido.
Cuartos de final
Australia, 82–República Checa, 70
España, 90–Polonia, 78
Estados Unidos, 79–Francia, 89
Argentina, 97–Serbia, 87
Semifinales
Australia–España
Francia–Argentina
Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Gabinete técnico JGBasket
Foto: FIBA Photo