Cuando se sortearon los grupos del Mundial, los finos analistas vaticinaban que España estaba encuadrada en el grupo de la muerte. Y así ha sido. Las cuatro selecciones clasificadas (España, Brasil, Francia y Serbia) para octavos superaron, a excepción de los franceses, sus compromisos con cierta comodidad.
Djordjevic ha impregnado a los jugadores de su carácter ganador y los serbios van creciendo a lo largo que avanza el campeonato, dejando por el camino a una invicta Grecia. Contra España, a pesar de la desventaja en el marcador, no se rindieron y mostraron su gen competitivo. Un duro rival para Brasil que, en el último precedente en la primera fase, sólo pudo imponerse por dos puntos. Pero esto será otra historia. Los de Magnano, por fin, rompieron su maleficio ante una Argentina, en la que se notó que la sombra de Ginóbili es muy alargada.
Francia defenderá su título de campeón de Europa en su país el verano que viene. Después de quitarle la organización a Ucrania, la FIBA ha trabajado a contrarreloj y para no dejar descontento al resto de candidatos ha decidido, como novedad, que la primera fase se dispute en cuatro ciudades de cuatro países diferentes (Alemania, Croacia, Francia y Letonia). ¿Ha abierto una puerta la FIBA a la “deseada” Liga Europea de clubes?
Antes de esa cita, la selección bleu quiere volver a eliminar, por segundo año consecutivo, a su bestia negra en los últimos años. Los franceses se han conjurado para acabar con España. La posible lesión de Pau, a la que Orenga restó importancia, puede equilibrar la balanza, ya que su gran momento asusta a todos y más si es capaz de seguir anotando canastas imposibles como la del partido ante Senegal, metiendo el balón por debajo del aro.
Por el otro lado del cuadro, Estados Unidos se encontrará con el primer rival de entidad, Eslovenia. Los hermanos Dragic marcan el ritmo de una selección que aspira a meter el miedo en el cuerpo a los estadounidenses, pero tendrán que emplearse a fondo para dar la gran sorpresa del Mundial.
A Australia no le salió bien la jugada, ya que, tras su más que dudosa derrota ante Angola –que será investigada por la FIBA– para evitar a los pupilos de Krzyzewski hasta semifinales, cayeron a la primera de cambio. Preldzic anotó dos triples en quince segundos y los turcos dieron la vuelta a un choque que estaba perdido. Su rival será Lituania, que pasó más apuros de los previstos para deshacerse de una correosa Nueva Zelanda.
Por Víctor Escandón Prada
Periodista deportivo y entrenador superior de baloncesto
Analista Mundial 2014 para JGBasket
Foto: FIBA